'The office' (UK): la brillante ridiculización de las oficinas laborales

‘The office’ (UK): la brillante ridiculización de las oficinas laborales

‘The office’ (UK): la brillante ridiculización de las oficinas laborales

Si echas de menos la oficina y ya no puedes más con el teletrabajo, ver The Office a lo mejor te hace cambiar de opinión. En la mejor comedia ambientada en un entorno laboral, llena de humor negro británico, identificarás a muchos tipos de compañeros y jefes que te has encontrado a lo largo de tu carrera, y una vez te acuerdes de ellos veas que es mejor quedarse en casa…


Lorenzo Mejino
Madrid | 27 mayo, 2020

Tiempo de lectura: 4 min



Desconozco si durante este largo confinamiento has tenido la ocasión de echar en falta tu presencia en la oficina y las reuniones con tus compañeros y jefes que en muchos casos han quedado limitadas a multiconferencias de teletrabajo. Para paliar esos efectos nada mejor que seguir nuestra recomendación de series británicas de cada miércoles en El Ágora que hoy te va a recordar la excelsa The Office, la mejor comedia ambientada en un entorno laboral y que dio origen a una celebrada secuela ambientada en los EEUU.

Inocente en la forma pero cruda en el fondo, The Office disecciona sin paños calientes la vida laboral de una empresa cualquiera del siglo XXI. Ricky Gervais, humorista británico que saltó a la fama mundial gracias a este mordaz trabajo, dio en la diana al mostrar todas las miserias que pueblan nuestras oficinas, desde el jefe patético al trepa despreciable pasando por todos y cada uno de los personajes anónimos con los que nos sentiremos identificados si levantamos la cabeza y los encontramos en los cubículos contiguos.

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David Brent es el director de la sucursal de Slough (una ciudad gris y oscura del extrarradio londinense) de la papelera Wernham Hogg y tiene a su cargo  un grupo de empleados a mitad de camino entre el pasotismo y la desmotivación. Todos ellos van a ser  minuciosamente retratados con  unas reflexiones durísimas que no dejan títere con cabeza respecto a las relaciones laborales.

Fue una de las primeras series  que utilizó el formato de falso documental en su rodaje, de esta forma The Office intercala escenas de ficción con otras en las que los protagonistas miran a la cámara directamente o de reojo. En algunas ocasiones, incluso, la cámara hace de testigo y se inmiscuye en conversaciones ajenas, por lo que podemos comprobar cómo responde la gente si se siente observada o no, un efecto que tiene muchas similitudes en la vida real.

A medida que avance la trama conoceremos cómo funciona la empresa (se trabaja poco, francamente) y, sobre todo, conoceremos las andanzas de cada uno de los trabajadores. Ninguno sale bien parado porque todos esconden pequeñas tragedias en forma de defectos.

Lo cierto es que The Office no se anda con rodeos para mostrarnos varios de los pecados capitales del ser humano a través de una serie de personajes bastante ‘frikis’. Todo ello añadiendo unas gotas de drama a un envoltorio en el que predomina la comedia, con enormes dosis de humor negro británico.

The Office es una serie en la que pasaremos vergüenza ajena, en muchas ocasiones nos resultará una rareza, absurda, lamentable y hasta nos frotaremos los ojos ante las cosas que vemos (y oímos), pero  si tienes paciencia, les vas a coger cariño a toda esa tropa de personajes impresentables.

Ricky Gervais es el alma máter de la serie. Jefe de la empresa, ridículo e ingenuo, se cree el ombligo del mundo y una persona respetada por sus compañeros de trabajo, cuando en el fondo no lo pueden ni ver. Y ese contraste es una de las sensaciones más notables que perduran en la mente del espectador. Con todo, Ricky realiza una interpretación soberbia, veraz y estrafalaria al mismo tiempo.

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A su lado destacan tres personajes que dieron a conocer a tres enormes actores, alguno de los cuales se ha hecho enormemente famoso en la actualidad como es el caso de Martin Freeman (Sherlock, Fargo, izquierda de pie), que interpretaba al apocado responsable de ventas Tim, que bebía los vientos por su compañera, la recepcionista  Dawn, a la que daba vida Judy Davis (Las escalofriantes aventuras de Sabrina).

Ambos protagonizan una historia de amor diferente, natural, muy alejada de los clichés y con una especial preponderancia a las miradas, bromas y deseos, con una  aportación que  funcionaba muy bien para contrarrestar las intervenciones de Ricky Gervais.

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Mi personaje favorito era Gareth  el correveidile del jefe, el representante de una peligrosa y despreciable fauna que habita en todas las oficinas del mundo. Son aquéllos cuya única función es ser la correa de transmisión de su superior, lo que conlleva que tiren su dignidad a la basura. El actor Mackenzie Crook  (Piratas del Caribe, Detectorists, sentado) borda su interpretación de personaje sombrío, arribista y carente de encanto, protagonizando varios de los  momentos más lamentables de la serie, superando si me apuráis a los de Ricky Gervais.

Su enorme éxito propició secuelas por muchos lugares, con la versión estadounidense de The Office como la más conocida, pero también puedes encontrarla en lugares tan diversos como Francia como Le Bureau, Alemania (Stromberg), Brasil (Os Aspones), Quebec (La Job), Chile (La Ofis), Israel (HaMisrad), Finlandia (Konttori), Suecia (Kontoret), Chequia (Kandi) e India ( The Office). Todas con la misma fragancia de la original, por si deseas practicar idiomas y comprobar que la mezquindad en las oficinas es algo bastante universal.

Para finalizar te dejo con otro ejemplo de tipo de humor negro y cafre de The Office, con esta memorable escena entre Ricky Gervais y Martin Freeman:

The Office está disponible en DVD.


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