Las consecuencias de la pandemia en España, por Ramón Tamames

Ante una recesión calculable (III)

Por Ramón Tamames

Publicamos hoy la tercera y última entrega del artículo sobre pandemia y recesión del profesor Tamames en colaboración con Antonio Rueda. Después de la primera parte sobre la situación global, y la segunda sobre la desaceleración económica en España y el colapso del mercado bursátil, llega esta tercera entrega que hace una estimación del impacto de la epidemia en términos de PIB sobre la economía española. La incidencia total previsible puede llegar al 11,28 % en las cuentas de este 2020

Terminamos hoy el artículo iniciado dos números atrás; empezando por el tema fundamental de la recesión de la economía española que trataremos de estimar. Para finalizar con las políticas anticíclicas y unas conclusiones preliminares.

5. Caída previsible del PIB: ¿un 12 % respecto a 2019?

Entramos ahora en terra incognita, porque nos hallamos más bien en el principio de la crisis; pudiendo ser una verdadera osadía tratar de averiguar a qué punto podrá llegar la recesión, por la caída de actividad que calcularemos en términos de PIB. Para lo cual repasaremos los sectores más significativos de la economía española según las Cuentas Nacionales del INE, a partir del cuadro adjunto:

  1. Hemos tomado el desglose del PIB en 15 ramas de producción, como puede verse en el cuadro adjunto, a partir de los tres grandes sectores de la economía: agricultura, industria y servicios.
  2. Para cada uno de los 15 sectores de la primera columna numérica, figura la valoración de cada uno en 2019 en millones de euros.
  3. En la segunda columna se han dividido las cifras anuales de cada sector por 12, para obtener el promedio mensual; para los tres meses más duros de la crisis, que se situarían entre marzo y junio de 2020
  4. En la columna caída/mes, hemos hecho una estimación, creemos que razonable, de la reducción en 2020 respecto a 2019. Como se verá, son descensos de más del 50 % sobre la actividad del 2019, en varios epígrafes: industrias manufactureras, por la fuerte contracción de ventas, especialmente en la automoción; comercio, transporte y hostelería, con una incidencia muy fuerte por la salida del turismo extranjero y la confinación del turismo interior; actividades financieras y de seguros hasta tiempos mejores; actividades inmobiliarias con un mercado semiparalizado. Como se apreciará, el sector agrario apenas cae, pues se mantiene muy activo en el suministro de alimentos para los confinados.
  5. En la columna, Equiv €, figura la disminución de actividad, cifrada, para cada rama de la nomenclatura, en millones de euros.
  6. En la columna %PIB figura la traducción de la anterior, pasando a porcentaje de PIB.
  7. En las últimas filas de totales, figura la estimación de la incidencia de la pandemia, en millones de euros y en porcentaje del PIB; en los tres meses de la crisis: un primer mes (3,76 %), el PIB contraído en dos meses (7,52 %, doble que anterior), y finalmente, ídem en tres meses (11,28 %, triple que el primer mes).
  8. La incidencia total previsible es, pues, del 11,28 % del PIB: muy elevado, pero cabe comparar con lo sucedido en dos países que ya han vencido la pandemia: 12 % en China y 7,1 % en Japón.

Naturalmente, con toda la política contracíclica que se reseña después, en este artículo, se pretende suavizar los efectos del desempleo, con un golpe inicial de más de 500.000 parados, según la estimación oficial a partir de los EREs. Como también se pretende la pervivencia de las pymes con las facilidades que se dice van a darse (primero de todo avales del Estado para créditos) a tal fin. El gran peligro es que, con las posibles dilaciones y problemas casuísticos, decenas de miles de pequeñas y medianas empresas hayan caído ya, o vayan a cerrar, en lo mucho que queda de crisis.

Para una eventual profundización en el tema del empleo, este cuadro muestra el detalle de los ocupados (4T, 2019) con un total de 19,967 millones.

6. Política contracíclica

Como parte semifinal de este artículo, convendría apreciar las políticas adoptadas para combatir los efectos de la crisis de la pandemia. En esa dirección, cabe citar la decepcionante postura de la Comisión Europea, que en el mes de febrero situó en cifras muy bajas, 25.000 millones de euros, el monto de apoyo a empresas y trabajadores. A diferencia de la decisión contundente del Sistema de la Reserva Federal en EEUU.[1], desde cuya presidencia, Jerome Powell, decretó el 15 de febrero fijar el tipo de interés básico del sistema en cero, con una cifra de 600.000 millones de dólares de apoyo a la liquidez de empresas, vía compras de bonos corporativos por la FED en el mercado secundario, como verdadero banco central de EEUU.

Posteriormente a lo dicho en sus primeras declaraciones, doña Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, mejoró ampliamente su oferta. En tanto que el BCE planteó la posibilidad de llegar a un billón de euros de compras de Deuda Pública y de bonos corporativos.

«La Comisión Europea tendría que levantar su resistencia a aceptar una Deuda Pública mayor que el 100 por 100 del PIB»

Dentro de la Unión Europea, las actitudes de los gobiernos han sido muy distintas. En ese sentido, Alemania no vaciló en anunciar, el 13 de marzo, un programa ilimitado de garantías de la banca pública para el préstamo, sin límite, a las empresas. “No hay un tope máximo”, dijo Olaf Scholtz, el ministro de Finanzas de la primera economía europea, para aclarar que el gobierno federal inyectaría hasta un total de medio billón de euros para atender las necesidades de recurso de las empresas alemanas.

En cambio, en España, no pude decirse que la primera decisión del Gobierno fuera suficiente. Concretamente, el Real Decreto-Ley de 10 de marzo, puede sintetizarse como sigue:

  • Adelanto de 2.800 millones para las comunidades autónomas, para reforzar su disponibilidad, a precisar después en los Presupuestos Generales del Estado, si es que salen adelante en las Cortes Generales.
  • 14.000 millones de euros para aplazamientos de pagos a la Hacienda Pública por parte de pymes y autónomos.
  • Aplazamiento de reembolsos por los créditos del Estado a empresas industriales, incluidos los apoyados por la Secretaría General de Industria y de la Pequeña y mediana Empresa;
  • 400 millones para evitar la debacle del sector turístico, en una línea del ICO;
  • Medidas de ahorro para el transporte aéreo, flexibilizando los slots, para que no se pierdan por los reajustes en la disminución del número de vuelos;
  • Devolución de billetes vendidos no utilizados por parte de Renfe, sin recargos;
  • Reforzamiento de la competencia en los mercados, por la CNMC, para evitar abusos de precios en productos básicos.

En definitiva, fue un paquete de medidas –según el sentimiento general— de todo punto insuficiente y muy poco operativo. Subrayándose que los créditos del ICO para el turismo (400 millones) ya incluían préstamos otorgados a empresas para compensarles los efectos negativos por el cierre, hace ya meses, de la Agencia de Viajes Cook[2].

El 18 de marzo de 2020 se publicó el segundo RDL de carácter económico frente a la pandemia, mucho más comprometido, subrayándose que la crisis en que estamos es temporal, y en principio, de no más de seis meses tal vez. Las medidas figuran seguidamente en cuatro apartados, con un total de recursos de 200.000 millones de euros, de los cuales, 117.000 de carácter público. Sin que se dijera nada sobre los 83.000 millones de procedencia privada.

I – FAMILIAS

  • Moratoria para pagos de hipotecas, a fin de evitar desahucios.
  • Otras ayudas estatales a través de entidades locales (ayuntamientos y diputaciones provinciales).

II – TRABAJADORES

  • Adaptaciones de jornada laboral para evitar despidos. Lo que significa que se mantiene la reforma laboral de 2012, a pesar de haberse dicho antes, tantas veces, por la izquierda gubernamental, que sería derogada.
  • Flexibilización burocrática para agilizar EREs y ERTEs, en no más de una semana. Algo impensable según la experiencia de mucho tiempo.
  • Apoyo a los trabajadores autónomos en sus pagos a la Seguridad Social. Ojo: solamente a los que entren en paro.

III – EMPRESAS Y AUTÓNOMOS

  • Aplazamiento de cotizaciones a la Seguridad Social.
  • Disponibilidad de liquidez con una línea de avales del Estado para créditos a exportadores y pymes por 100.000 millones de euros. Avales que seguramente se estudiaran con criterios poco realistas, de garantizar la máxima solvencia por parte de los acreditados. Lo que frenaría el efecto deseado.
  • Apoyo a economía digital e I+D+i.

IV –  INVESTIGACIÓN

  • Programa científico de 30 millones de euros al CSIC y a la Universidad Carlos III para investigaciones sobre el virus. Una cifra mínima, pudiéndose haber pensado en más inversión en el I+D+i.

Dada la limitación de espacio de esta publicación, no podemos entrar hoy en un examen detallado del RDL de 18 de marzo. Pero la primera impresión es que no se ha entrado en el fondo del problema, que no se ha analizado suficiente en su complejidad y consecuencias.

Aparte de que no se explica de dónde saldrán los recursos, sin relación a la Comisión Europea, BCE, BEI, Deuda Pública, etc. Nada se dice, tampoco, sobre la posible elevación del déficit público del 1,5 % del PIB previsto a incluso más del 3 %. Ni se aclara el papel del sector privado en los estímulos y apoyos.

Un aspecto interesante y muy positivo dentro de toda la dinámica del proceso de la crisis es el hecho de que ya el 22 de enero, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se reunió con las figuras patronales (Antonio Garamendi de CEOE y Antonio Cuevas de CEPYME) y las dos principales centrales sindicales (Unai Sordo por CCOO y Pepe Álvarez por UGT), llegando al acuerdo de instrumentar medidas para garantizar la protección por desempleo. Frente a las consecuencias de la pandemia, será preciso agilizar los expedientes de regulación de empleo (EREs y ERTEs), para gestionar rápidamente las muchas peticiones que ya se han presentado. Se ha prometido cumplimentar todos los casos en una semana…

«El Gobierno debe percatarse de la gravedad del caso, de lejos, el parón más importante de la economía española en toda su historia»

Recordemos aquí que para 2020 la cifra prevista de gasto en cobertura de desempleo se situó en 18.000 millones de euros. Cantidad que habría de subir mucho para cubrir a los trabajadores despedidos con el seguro de paro, que podrían superar, como ya se ha dicho, los 500.000 más en las primeras oleadas de tres meses[3]. Para llegar seguramente a bastante más cuatro millones de desocupados, como consecuencia de los inmediatos EREs y ERTEs… Pudiendo llegar la cifra final de desempleo a una cota mucho más alta por la psicosis que la pandemia está creando entre las pymes.

7. Conclusiones preliminares

Hemos visto cómo la recesión puede llegar al nivel del 11,28 % del PIB. Algo enteramente nuevo en un espacio de tiempo tan corto. Lo que plantea numerosas incógnitas de cara al futuro.

Se supone que la recuperación será mucho más rápida que en la crisis 2008/2014, cuando se perdieron 8,5 puntos de PIB en seis años (2008-2013). Ahora, para reiniciar el crecimiento tras la pandemia, bastarán seguramente unos meses, al no haber problemas sistémicos, como lo fueron la crisis del sistema crediticio, o los problemas del mercado de trabajo.

«Para reiniciar el crecimiento tras la pandemia bastarán seguramente unos meses, al no haber problemas sistémicos»

El rebote, como se dice ahora, podría demorarse más de lo pensado como hipótesis, en la línea de que en junio o julio podría haber una recuperación manifiesta. Pero hay que tener en cuenta que los reajustes serían más lentos de lo que se querría, por las demoras burocráticas, del Estado y bancarias, a que ya nos hemos referido. En ese sentido, las ayudas estatales a los empresarios en forma de avales, y los fondos de la Seguridad Social para los EREs deberían fluir, pues, con toda rapidez. Es una cuestión vital para evitar muchas complicaciones que podrían suscitarse.

En cualquier caso, el déficit del 1,5 previsto hay que olvidarlo. Se romperá el 3 % planteado en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, con la anuencia de la propia Comisión ante una situación de emergencia como la que tenemos.

En el tema de la Deuda Pública para financiar el déficit público y mantener los servicios normales y el Estado de Bienestar (sanidad, pensiones, educación, dependencia, etc.), se desbordarán también los criterios anteriores de la UE de ir reduciendo el débito económico tan elevado que tenemos. La Comisión Europea tendría que levantar su resistencia a aceptar una Deuda Pública mayor que el 100 por 100 del PIB.

No haría falta decir que ya desde ahora debería iniciarse la preparación de los presupuestos, para afrontar la crisis con el análisis y cuantificación de ingresos y gastos para dos años: 2020 y 2021. Esto es, habría que hacer un presupuesto de dos años, habida cuenta de la fortísima incidencia de la pandemia, y de las dificultades que tendremos para la recuperación. Los Presupuestos deberían tener una amplia ley de acompañamiento, sintetizando las medidas fiscales, económicas, sociales, etc.[4]. Todo ello para afrontar la más dura recesión.

La cuestión es urgente y se recomienda al Gobierno que se percate plenamente de la gravedad del caso: de lejos, es el parón más importante de la economía española en toda su historia. En ese sentido, la comparación con la guerra civil no tiene sentido, pues aquello fue un conjunto de consecuencias estructurales por la destrucción que se produjo y por sus derivaciones en muertes, presidio durante largos años, exilio y, sobre todo, perduración de la división de los españoles en dos mitades, rojos y azules.

Ahora estamos, hay que insistir, ante un parón formidable, con derivaciones más que preocupantes en términos sociales, y de necesidad de reajustar la respuesta total. Para lo cual contamos con unas infraestructuras complejas y capaces, y una población en situación de bienestar como no se había tenido nunca. En cualquier caso, la carga de la recuperación debe redistribuirse con justicia social y cambios estructurales importantes.


NOTA: Este artículo es la tercera y última entrega de la serie publicada previamente en nuestro diario

Sumario: 1. Visión preliminar  2. Algunas reacciones internacionales  3. Desaceleración acelerada en España  4. El colapso del mercado bursátil 5. Caída previsible del PIB: ¿un 12 % respecto a 2019? 6. Política contracíclica 7. Conclusiones

Con la colaboración de Antonio Rueda Guglieri, Profesor asociado, UAM. Ambos coautores ponen de relieve que en el presente artículo, por la urgencia del caso, puede haber no sólo algunas erratas, sino también errores de cierta consideración. Serán bienvenidas las observaciones para mejorar el texto.  


[1] Raymond Torres, Negocios, 15.III.2020.

[2] Ignacio Montero, La Razón, 13

[3] M. Valverde, Expansión, 13.III.2020.

[4] Se agradecerán los comentarios sobre este artículo al correo castecien@bitmailer.net, dejando claro que la contenida en este artículo es una primera aproximación, redactada en un tiempo muy corto y con pasos en el proceso de análisis y previsión que tendrían que haberse planteado de modo más cabal y mayor precisión y fundamento.



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