La limitación de la movilidad a las provincias en el inicio de la desescalada no ha retraído las ganas de viajar y el turismo rural ha comenzado a dar señales de reactivación con un incremento de las reservas del 122% en apenas una semana



Tras ocho semanas de confinamiento los ciudadanos españoles conservan las ganas de viajar. La renuncia a las primeras vacaciones del año, las de Semana Santa, hacen que ni siquiera las restricciones a la movilidad, que impone el Estado de Alarma que no permite desplazamientos entre provincias, hayan retraído la necesidad de salir de casa.
Turismo de proximidad, asequible y no masificado
Si bien el sector turístico apenas abrirá sus puertas hasta la fase 4, a mediados de junio por la ausencia de turistas extranjeros y la imposibilidad de moverse de una provincias a otras, el turismo rural ha mostrado los primeros indicios de recuperación de este sector y en apenas una semana, del 29 de abril al 5 de mayo incrementaron las pre-reservas un 122% según el portal escaladarural.com.
Pero las medidas higiénico sanitarias de prevención frente al coronavirus hacen que los establecimientos deban cambiar sus protocolos para garantizar la salud tanto a los clientes como a los trabajadores.
Según las guías elaboradads por el sector y validadas el pasado 10 de mayo por el Ministerio de Sanidad, el uso de mascarillas, las distancias de seguridad y las medidas de desifección son las claves de esta reapertura.
Los alojamientos turísticos rurales sitúan su ocupación para el mes de agosto en el 54,51%, según Casasrurales.net, que destaca que con el inicio de la desescalada las reservas han dado «un gran impulso» de cara al periodo estival.
«Como era de esperar y después de la incertidumbre que ha golpeado al sector turístico nacional por la crisis del COVID-19, el turismo rural se ha convertido en una de la opciones preferidas por los viajeros para pasar sus vacaciones en el mes de agosto», ha señalado la plataforma. Si bien es verdad que los calendarios de muchos alojamientos continúan cerrados, la previsión es muy positiva y el sector tiene «optimismo» con poder cerrar la campaña estival con unos buenos resultados.
Por comunidades autónomas, el Principado de Asturias con un 62,61% de ocupación estaría a la cabeza desde el 1 al 31 de agosto. Le siguen Baleares (61,20%), País Vasco (59,74%), Cantabria (58,94%) y Navarra (58,20%).
Por el contrario la Comunidad de Madrid (47,55%), Castilla La Mancha (47,16%) y La Rioja (46,01%) se sitúan como las comunidades con menos reservas a día de hoy.
Por provincias, Pontevedra (62,98%), Álava (60,13%) , Guipúzcoa (59,65%) y Vizcaya (59,43%) son las preferidas, mientras que Cuenca (43,91%), Segovia (38,97) y Guadalajara (33,86%) son las que de momento tienen más disponibilidad.
Mascarillas, guantes, desinfección y distancia de seguridad
Los alojamientos de turismo rural deberán solicitar en el momento de la confirmación de reserva la aceptación de las medidas de seguridad implementadas en el establecimiento.
Debe cumplirse con las distancias interpersonales de seguridad; la persona encargada de recibir al cliente lo hará con mascarilla y se recomienda el uso de guantes. Además deben proporcionar solución de base hidroalcohólica para uso de clientes.
Para garantizar la distancia mínima de seguridad entre clientes deben fijar de manera visible marcadores de distancia para evitar aglomeraciones en caso de que se observe necesario.
Desde el sector destacan que la era post-covid es una oportunidad para implementar nuevas tecnologías que contribuyan a frenar el riesgo de contagio, como sistemas de pre-checking online, así como el pago con tarjeta u otros medios electrónicos. Toda la información relativa al destino, restaurantes, atractivos turísticos, folletos, etc., se facilitará en la medida de lo posible por vía informática y telefónica.
En el caso de que existan tarjetas o llaves, éstas deben depositarse en un recipiente con desinfectante al finalizar la estancia o tras cada uso si se depositan en recepción.
Los mostradores deben limpiarse y desinfectarse de forma periódica y al menos diariamente, considerando la mayor o menor afluencia de clientes, así como el equipo informático y cualquier otro elemento de uso (por ejemplo, el teléfono) deberá limpiarse y desinfectarse al inicio y al finalizar la jornada de trabajo, recomendándose disponer de auriculares y cascos de uso individual.
El alojamiento contará con mascarillas para proveer al cliente en caso de que éste lo solicite.
Según establece el nuevo protocolo, los alojamientos de alquiler completo se considerarán como única habitación, ocupada por una unidad familiar o de grupo. La papelera del baño debe contar con tapa, bolsa y accionamiento no manual.
Se debe minimizar la decoración de la habitación en la medida de lo posible y las mantas y almohadas adicionales deben retirarse de las habitaciones y ponerse a disposición del mismo desde recepción.
El covid también cambiará las formas en los servicios de restauración ya que el buffet debe ser en monodosis, contar con alguien encargado de servirlo y con los productos protegidos, y siempre en las zonas comunes velar por el cumplimiento de las distancias de seguridad y respetar los aforos permitidos.