El gobierno adelanta a hoy lunes el reinicio de la actividad cinegética en todos los territorios que pasan a fase 1. La caza inicialmente no estaba permitida hasta la fase 2 pero tras las presiones del ámbito rural por la proliferación de fauna salvaje y el valor económico de la caza se anticipa la apertura



El Gobierno permitirá finalmente la caza en los territorios que ya se encuentren en la fase 1 de la desescalada, según recoge la Orden del Ministerio de Sanidad publicada este sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que entra en vigor este lunes 18 de mayo. Hasta ahora, la caza no estaba permitida hasta la fase 2.
De este modo, queda permitida la actividad cinegética, así como de la práctica de la pesca deportiva y recreativa, «en todas sus modalidades», siempre que se respete la distancia de seguridad y las medidas de higiene y prevención fijadas por las autoridades sanitarias.
Según la Orden, para el desarrollo de la actividad cinegética organizada que implique a más de un cazador, se deberá disponer de un «plan de actuación» por parte del responsable en el que se detallen las medidas de prevención e higiene a observar.
Durante el desarrollo de las actividades cinegéticas y de pesca deportiva y recreativa se seguirán las medidas generales de prevención e higiene frente al COVID-19 indicadas por las autoridades sanitarias.
Además, tanto para la caza como la pesca será obligatorio el uso de mascarilla cuando no sea posible mantener la distancia de seguridad establecida. Tampoco se podrán compartir utensilios de caza o pesca, ni utillaje de comida o bebida.
Asimismo, se deberá limpiar y desinfectar el vestuario después de su uso, de acuerdo con lo previsto (prestando especial atención a las zonas de uso común y a las superficies de contacto más frecuentes, con desinfectantes autorizados), así como de los utensilios de caza y pesca utilizados.
La Asociación de Titulares de Cotos de Caza (Atica) en Castilla-La Mancha ha aplaudido que por fin se permita la actividad cinegética porque el turismo cinegético supone un ingreso importante para muchos pequeños municipios de toda la región y en concreto para Guadalajara, donde algunos tienen prácticamente en la gestión de la caza el único ingreso y «aún se puede salvar la temporada«.
Durante las ocho semanas de cofinamiento por el Estado de Alarma se ha producido un incremento desproporcionado de fauna salvaje, sobre todo de animales de caza mayor (jabalí, corzo, muflón, ciervo), pero también de conejos.
Esta expasión de la fauna y la ausencia de los humanos ha hecho que hayamos podido ver animales en plenos cascos urbanos, comiendo cultivos, atacando a personas.
Este aumento poblacional está causando además, incontables accidentes de tráfico (12.000/año), cuantiosos daños a las infraestructuras (vías férreas, autopistas), lucha por pastos con el ganado, endogamia genética, peligro para la flora y fauna protegida, proliferación de especies invasoras, riesgos de epizootias y zoonosis.