Las autoridades europeas han logrado alcanzar un acuerdo sobre el marco financiero plurianual 2021-2027 tras 10 semanas de negociación y salvan el mayor escollo político que afrontaba el fondo de recuperación



Fumata blanca en Bruselas. El Fondo de Recuperación poscoronavirus, que va a desbloquear una partida sin precedentes de inversiones europeas para reconstruir las economías de los países miembro más afectados por la pandemia al tiempo que acelera la transición ecológica del continente, ha superado el mayor escollo político al que se enfrentaba. Tras dos meses de intensas negociaciones con mediación de la Comisión Europea, los diferentes Gobiernos de la UE y la Eurocámara han alcanzado un acuerdo sobre su marco financiero para 2021-2027. De esta forma, y a la espera del trámite que supone su aprobación oficial, esta paquete de 1,8 billones de euros será el mayor jamás financiado con cargo al presupuesto de la UE.
«Hemos estado luchando muy duro, sin descanso, para asegurar que lográbamos un acuerdo positivo para el corto y largo plazo, para que Europa tenga los medios para abordar la pandemia de COVID-19 y para apoyar la recuperación y la resiliencia de nuestras sociedades en los próximos años», ha asegurado el presidente de la comisión parlamentaria de Presupuestos, Jan van Overtveldt, en una rueda de prensa. Y es que, gracias a la acción de la Eurocámara, se ha acordado reforzar con 16.000 millones de euros adicionales el presupuesto e introducir en los próximos años nuevas tasas y medidas de ingresos para alimentar las arcas comunitarias.
Concretamente, el acuerdo contempla un aumento de 16.000 millones de euros para programas como el Erasmus + (2.200 millones más), el de ciencia e investigación Horizonte (4.000 millones), los de gestión de fronteras (1.500 millones) o el programa de salud Health4EU (600 millones), entre otros. Esto significa que, aunque el incremento se queda por debajo de los 39.000 millones que pedían los parlamentarios en su última propuesta, sí supera los cerca de 10.000 millones que había ofrecido el Consejo (los países) inicialmente.
El grueso del aumento, unos 11.000 millones, saldrá de las multas que impone Bruselas por infracciones a la competencia y el resto de reasignación de fondos durante el periodo y de aprovechar márgenes en ciertas partidas, con lo que el techo de gasto presupuestario se mantiene en 1,074 billones de euros, como pedía el Consejo. En este sentido, además de una contribución vinculada al uso de plásticos a partir de 2021, la hoja de ruta incluye ingresos procedentes del sistema de comercio de emisiones a partir de 2023, probablemente vinculado a un mecanismo de ajuste de carbono en frontera.
También una tasa digital, desde 2024, y una tasa sobre las transacciones financieras que la Comisión propondría en 2024 con vistas a aplicarla en 2026, así como contribuciones ligadas al sector corporativo o una nueva base común para el impuesto de sociedades, a partir de 2026. En cualquier caso, según el comisario europeo de Presupuesto, Johannes Hahn, el fondo «jugará un papel fundamental para apoyar la recuperación y asegurar que los beneficiarios tradicionales de fondos europeos reciban medios suficientes para continuar con su trabajo en estos tiempos difíciles«.
Transición ecológica y digital
Por supuesto, el objetivo de este plan de recuperación no es solo ayudar a que las economías se recuperen de los efectos de la pandemia, sino ayudar a construir, en palabras de la comisaria europea Ursula von der Leyen, «una Europa más ecológica, más digital y más resiliente». Para ello, el compromiso alcanzado entre la Eurocámara y el Consejo contempla medidas específicas en transporte sostenible, transición energética o la agricultura.
Según lo anunciado por la Eurocámara, el acuerdo alcanzado supone que más del 50 % del importe del fondo de reconstrucción servirá para apoyar la modernización de industria, transporte e infraestructuras mediante políticas que favorecerán la investigación y la innovación, a través de Horizonte Europa. También se prevé impulsar las transiciones climática y digital justas, a través del Fondo de Transición Justa y el programa de desarrollo de competencias digitales, que estarán centrados en ayudar a las regiones más desfavorecidas por la transformación económica europea.


«Los ciudadanos y las empresas gravemente afectados por la crisis del coronavirus necesitan ayuda. Nuestro plan de recuperación nos ayudará a convertir el reto de la pandemia en una oportunidad para una recuperación impulsada por la transición ecológica y digital», ha declarado Von der Leyen, que se ha congratulado de que el 30 % de los fondos de la UE se destinará a la lucha contra el cambio climático, «el mayor porcentaje del mayor presupuesto europeo de la historia».Además, dentro de esas políticas de acción climática, el paquete también presta especial atención a la protección de la biodiversidad biológica y a la igualdad de género.
Por supuesto, las políticas europeas tradicionales, tales como la política de cohesión y la política agrícola común, seguirán recibiendo un considerable apoyo financiero, el cual según la Comisión «resulta muy necesario para garantizar la estabilidad en tiempos de crisis y su modernización, que debería contribuir a la recuperación y a las transiciones ecológica y digital«.
Próximas etapas
El acuerdo debería allanar el camino para que los Estados miembros inicien la ratificación en sus parlamentos nacionales la legislación que permitirá a la Comisión emitir la deuda para financiar el Fondo de Recuperación, algo que varios se negaban a hacer hasta tener un acuerdo sobre todo el paquete de recuperación. Sin embargo, el proceso podría toparse ahora con el bloqueo de Hungría y Polonia, que han sido expedientados por Bruselas por sus problemas con el Estado de Derecho y están descontentas con el mecanismo que permitirá suspender el pago de fondos europeos si este no se respeta.
Aunque no pueden vetar la aprobación de este vínculo, que requiere solo del apoyo de una mayoría cualificada de países, sí pueden bloquear el acuerdo sobre el marco financiero o sobre los recursos propios, puesto que ambas requieren unanimidad, así como «secuestrar» el fondo en sus parlamentos nacionales. De hecho, Budapest ya ha advertido por carta a las instituciones de que no puede apoyar el paquete de recuperación si incluye este mecanismo.


El objetivo era que tanto el presupuesto como el Fondo de Recuperación estuvieran en vigor el 1 de enero, pero Bruselas ya da por sentado que, al menos, la emisión de deuda para el Fondo no comenzará hasta el verano. Aún asi, desde la Comisión son optimistas con el avance que supone este acuerdo y confían en que será posible llegar a un acuerdo con Hungría y Polonia para garantizar que no se bloquean los presupuestos
