Colaboración, clave para impulsar las soluciones basadas en la naturaleza

Colaboración, clave para impulsar las soluciones basadas en la naturaleza

El último informe de la Aema destaca el vital papel que juegan las soluciones basadas en la naturaleza en la mitigación y adaptación al cambio climático. Sin embargo, y a pesar de su apoyo, su implementación no es la idónea, por lo que anima a fomentar la colaboración intersectorial entre las partes interesadas y el aumento de fondos para generar una mayor demanda de estas soluciones


El cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la degradación de los ecosistemas están generando una ola de destrucción en forma de fenómenos extremos sin precedentes que de no mitigarse podrían amenazar la estabilidad económica y social de nuestro continente, según la Agencia Europea del Medio Ambiente (Aema). Dada la intensa relación que engloban estos tres fenómenos, la Aema pide en su último informe “una mayor coherencia en las acciones políticas” para que se aborden estos problemas de manera conjunta a través de estrategias como las llamadas “soluciones basadas en la naturaleza”.

El informe destaca que tanto en Europa como en el mundo este tipo de soluciones cada vez están ganando un mayor apoyo dado los beneficios colaterales que desprenden. Así, en nuestro continente la UE no ha parado de incluirlas en sus políticas. En concreto, el informe analiza 15 de ellas que abarcan desde la biodiversidad, pasando por el agua, hasta la planificación urbana.

“La mayoría de las políticas revisadas se caracterizan por ofrecer un fuerte contenido explícito sobre soluciones basadas en la naturaleza. Como era de esperar, aquellas que se formularon tiempo atrás no incluyen este término, aunque eso es algo que está cambiando a medida que se adaptan a los tiempos modernos”, señala el informe.

El problema surge a la hora de transmitir esa teoría a un escenario práctico. Las pruebas en este sentido indican una adopción “históricamente lenta” de las soluciones basadas en la naturaleza que no se corresponde con el grado de apoyo que los actores políticos ofrecen.

Para la Aema, esta laguna tanto a nivel de la Unión como en el resto del mundo solo podría explicarse por una falta de coherencia entre las políticas y una gobernanza fragmentada que, sin duda, “desafían la colaboración y las sinergias entre las múltiples agendas”. Ante esto, pide la construcción de requisitos instrumentos de planificación para facilitar esa colaboración intersectorial.

“En la actualidad, aun no existen acuerdos multilaterales, como lo es el Acuerdo de París o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para incluir el diseño o aplicación de las soluciones basadas en la naturaleza en los distintos niveles gobernanza y con cierto grado de colaboración”, apelan en el texto.

“Aunque se esbozan objetivos ambiciosos y se proporciona información y orientación sobre este tipo de soluciones, las políticas revisadas en gran parte carecen de los mecanismos necesarios para que puedan culminar en acciones tangibles intersectoriales”, añaden.

Asimismo, el informe de la Aema pide una mayor financiación para apoyar los esfuerzos por implementar estos planes teóricos a la práctica, incrementar el conocimiento y la evidencia científica de sus beneficios, así como para fomentar el apoyo y concienciación de aplicaciones potenciales sociales que abordan de forma paralela.

“Las finanzas sostenibles serán clave para apoyar la consecución de estos objetivos al canalizar la inversión privada hacia una economía sostenible y resiliente al clima”, señala el informe que, por último, también aboga por el mapeo de áreas prioritarias de soluciones basadas en la naturaleza para “identificar los enlaces, sinergias y compensaciones entre la adaptación y mitigación al cambio climático y la conservación de la biodiversidad”.

Soluciones para la gestión urbana del agua

El informe de la Aema también arroja algunos ejemplos para aplicar distintas soluciones basadas en la naturaleza en sectores claves en nuestras vidas, como es el de la gestión del agua.

Así, expone que eliminando el exceso de asfalto y hormigón en las ciudades se pueden crear cauces anchos que fomenten la restauración de las riberas. Este aumento del agua podría además actuar como un refrigerante de la ciudad y proporcionar hábitat para la fauna local.

Asimismo, se podrían controlar de manera más eficiente los volúmenes de escorrentía superficial a través de la plantación de más árboles o la construcción de “jardines de lluvia” que ayudasen a la infraestructura del alcantarillado.

“Los análisis a pequeña escala mostraron que los pavimentos porosos reducen la escorrentía hasta un 60%, mientras que los jardines de lluvia lo hacían en un 100%”


Se adhiere a los criterios de transparencia de

Archivado en:
Otras noticias destacadas