El agro murciano rechaza ser el único responsable de la situación del Mar Menor - EL ÁGORA DIARIO

El agro murciano rechaza ser el único responsable de la situación del Mar Menor

Los agricultores murcianos rechazan la responsabilidad exclusiva de su actividad en la situación del Mar Menor y reiteran su compromiso con la recuperación de la laguna salada más grande de Europa para la que piden medidas que tengan en cuenta el resto de actividades implicadas


El sector agrario murciano no está dispuesto a asumir la responsabilidad exclusiva en el estado del Mar Menor, en situación de riesgo por la nitrificación y eutrofizacion de sus aguas agravada por las recientes crecidas y aportes de agua dulce de los últimos doce meses.

En un contundente comunicado las Organizaciones Profesionales Agrarias ASAJA, COAG y UPA de la Región de Murcia, han reaccionado a las decisiones adoptadas por la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Segura y la inminente finalización de la tramitación en la Asamblea Regional de la Ley de Protección Integral del Mar Menor, en la que destacan «una más que evidente falta de coordinación y sintonía».

Con la intención de llevar su mensaje a las Instituciones autonómicas y estatales, los agricultores ha querido dejar constancia de su pesar por el deterioro del Mar Menor y su compromiso con su recuperación.

Han exigido el cese «de los ataques que, en no pocas ocasiones con evidente menosprecio a la dignidad de los agricultores y ganaderos, persisten de forma obsesiva e irracional no sólo en responsabilizar casi en exclusiva al sector agrario del estado del Mar Menor, sino incluso en presentarlo ante la sociedad como el principal enemigo para su recuperación».

Las OPAS añaden en su comunicado que puertos, urbanizaciones, construcciones residenciales (algunas de ellas sin conexión a alcantarillado), redes de saneamiento obsoletas con pérdidas y filtraciones “a pie de playa”, vertidos mineros, actividades náuticas a motor, depuradoras de insuficiente capacidad… sin obviar el grave daño por no haberse puesto en marcha medidas que corrijan los efectos de las lluvias torrenciales sobre la laguna, constituyen presiones sobre el ecosistema del Mar Menor».

A esto añaden aportes contaminantes» que sistemáticamente son minimizados cuando no directamente ignorados por quienes se obsesionan en poner a los productores de alimentos en el centro de la diana social; quien sabe si tratando de sacudirse su parte alícuota de responsabilidad en la deriva del Mar Menor, ya sea por acción o por omisión».

Los agricultores reiteran además que, del mismo modo que el deterioro medioambiental del Mar Menor es consecuencia de la acción de distintas actividades, su recuperación sólo será factible implementando medidas a todas las actividades del entorno.

Por ello consideran una irresponsabilidad «hacer creer que actuar esencialmente sobre la agricultura salvará el Mar Menor» porque las expectativas generadas en la sociedad se verán frustradas.

Han condenado que «la deficiente actuación de las administraciones durante décadas, por ejemplo no ejecutando o paralizando actuaciones e inversiones previstas en los Planes de Cuenca, no asegurando un desarrollo urbanístico ordenado, etc., así como su muy deficiente colaboración y cooperación institucional persistan pese a la gravedad de la situación».

Han insistido en rechazar» las críticas tendenciosas y malintencionadas a cada propuesta del sector agrario» de introducir mejoras en la redacción de la Ley para la protección integral del Mar Menor sustentadas en las soluciones técnicas y el conocimiento científico, «mientras se aplauden alternativas “homeopáticas” sin ningún rigor científico desde posiciones dogmáticas».

desastres
El municipio de Torre Pacheco, junto al Mar Menor, inundado tras el paso de la DANA por Murcia en septiembre de 2019. | Foto: Efe

Han acusado de  “mala fé”, a quienes «desprecian o ignoran las mejoras introducidas por los agricultores en sus prácticas agrarias y técnicas de producción» con costes elevados a lo largo de los años para reducir la “huella medioambiental” de la actividad agraria. Y han resaltado que habría sido deseable que otras actividades hubieran corregido su impacto en el mismo nivel que lo ha hecho la agricultura durante este tiempo.

Han recordado las mejoras introducidas por los agricultores y su contribución a la gestión de las aguas residuales urbanas regeneradas mediante su dilución y reutilización en el regadío que de otra manera habrían acabado vertidas en el Mar Menor.

En su comunicados las organizaciones agrarias han explicado que «resulta inconcebible por ridículo», que se pretenda hacer creer que un producto ecológico necesite menos nutrientes para ser cultivado que uno convencional, del mismo modo que «el empeño de quienes pretenden demonizar el regadío más eficiente como fuente sostenible de producción de alimentos sanos, seguros y de calidad».

Si ha querido dejar constancia de su absoluta condena a las superficies ilegales de regadío y han exigido la actuación comprometida y eficiente de las administraciones en cumplimiento de la Ley para que la noticia sea su erradicación.

Han reiterado su reivincicación  de disponer de agua suficiente, de calidad y a un precio razonable y han anunciado que rechazán cualquier actuación dirigida a reducir los recursos hídricos disponibles para la agricultura.

Finalmente, han abogado porque la Ley de Protección Integral del Mar Menor sea aprobada en la Asamblea Regional por un amplio consenso parlamentario, que debería suponer la mejor expresión de la inequívoca voluntad de todos los ciudadanos de la Región de Murcia de que se den pasos firmes en la recuperación medio ambiental del Mar Menor.

Propuestas agrarias para la recuperación del Mar menor

• Aspirar a una agricultura sostenible ambientalmente implica apostar por una agricultura viable económicamente.

• Legislar con pasión en pos de loables objetivos, en muchos casos compartidos por la mayoría de los ciudadanos, no debe ser incompatible con legislar de la mano de los conocimientos científicos y técnicos.

• Los tipos de alimentos que se producen no los imponen los agricultores, los deciden los consumidores (cuando no la distribución agroalimentaria). Por ello, el crecimiento de la agricultura ecológica o la agricultura biodinámica será consecuencia del comportamiento de la demanda y no de la oferta. Promover, estimular e incentivar su consumo debería ser una estrategia a tener en cuenta.

• La imposición de restricciones, la pérdida de derechos o la implantación de nuevas medidas que agudicen la sostenibilidad deben acompañarse de compromisos de apoyo públicos.

• La imposición de medidas que desequilibren la viabilidad económica de la actividad agraria dañará antes a los más débiles: los pequeños y medianos agricultores y las explotaciones familiares, ligadas al territorio, que no tienen la opción de irse a producir a otras zonas, regiones o países. También aquí, la transición debe ser justa y no dejar a nadie en el camino.


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