Frutas y hortalizas, al alimón, por Juan Guillamón Álvarez

Frutas y hortalizas, al alimón

La agricultura está demostrando ser un sector esencial durante la crisis del coronavirus, garantizando el suministro de alimento esencial para los ciudadanos. El Gobierno ha reaccionado a tiempo para solucionar el problema urgente de la falta de mano de obra en el campo durante la pandemia, que ha generado dificultades extremas para la movilización de trabajadores del campo


Juan Guillamón Álvarez Juan Guillamón Álvarez es ingeniero y experto en agua. Colabora habitualmente en los medios de comunicación


La celeridad con la que el gobierno ha reaccionado, frente a esta otra situación catastrófica posible, dentro de la catástrofe global en la que nos tiene atenazados el bicho de la corona, tiene un valor político indiscutible.

El Real Decreto-ley 13/2020, de 7 de abril, por el que se adoptan determinadas medidas urgentes en materia de empleo agrario, era de necesidad perentoria para el agro español. No hay que olvidar que el sector primario es proveedor de las indispensables materias primas, directa o indirectamente sujetas a transformación, que, como elemento esencial, resuelven el problema alimentario de la población.

«Autorizar al temporero optar al trabajo sin tener que renunciar al salario que pudiera corresponderle, si está en el paro, es una medida tan excepcional como adecuada a las circunstancias»

Estaría bueno que la actividad agrícola quedase al pairo de las acciones promovidas durante este estado de alarma que nos confina. Pero el campo tiene un problema. Debido al confinamiento acordado y limitadas las posibilidades en el transporte y la circulación de vehículos, la oferta de mano de obra, principalmente temporeros, ha quedado tan limitada que los actores principales de la economía agraria están viendo peligrar el suministro material de frutas y hortalizas. El Gobierno ha respondido (no todo lo hace mal según pudiera parecer) con celeridad y acierto.

En la Región de Murcia, en el ámbito de la cuenca del Segura, la situación laboral es bien significativa. Si en el año anterior hubo oferta sujeta a la demanda en número de 90.000 trabajadores, este año necesita al menos, para alcanzar, esa cifra, contratar a 20.000. Se han ofertado esos empleos en condiciones muy ventajosas para el trabajador. No se ha parado en mientes para solucionar el problema que, ahora el gobierno con el citado RD de 7 de abril respalda con contundencia.

«Se han ofertado empleos en condiciones muy ventajosas para el trabajador. No se ha parado en mientes para solucionar el problema»

Autorizar al temporero optar al trabajo sin tener que renunciar al salario que pudiera corresponderle, si está en el paro, es una medida tan excepcional como adecuada a las circunstancias. Del mismo modo, ofrecer a los emigrantes, con y sin permiso laboral en vigor, incorporarse al mercado de trabajo, ayuda a la solución del problema. En Murcia, la patronal, incluso solicita autorización para extender la jornada laboral más allá de las ocho horas, garantizando, al tiempo, las obligaciones exigidas en materia de Seguridad y Salud.

La tragedia que pudiera asolar el agro debe ser evitada. Las cifras de la importancia que la actividad agrícola tiene para España son bien expresivas. La exportación de nuestras frutas y hortalizas suponen 14.000 millones de euros al año. Especial relevancia en este asunto tiene la participación de Alicante, Murcia y Almería que, con un negocio generado por valor de 6.000 millones, aportan nada menos, por sí mismas, que el 42% de la exportación de España. Sin duda, el Trasvase de aguas del Tajo al Sureste es todo un acierto social, económico -y ambiental, por supuesto- del que se beneficia toda España.

«Alicante, Murcia y Almería generan un valor de exportación de 6.000 millones, que es el 42% de las ventas exteriores de España»

En lo articular de este Sureste tan productivo, y tan al borde de una crisis económica sin igual, el caso de la Región de Murcia es paradigmático. Suele decirse, y con razón, que aquí nunca llueve. Desde luego, pero se da la insólita circunstancia de que, este marzo pasado, ha sido de los más lluviosos desde que se tienen datos pluviométricos.

La consecuencia de ello es que los periodos de recolección de hortalizas y frutas de hueso se han solapado, lo cual exige una mayor mano de obra. Así es que el problema se agudiza para un sector, el hortofrutícola murciano, cuya exportación alcanza la cifra de 2.500 millones de euros. Hay, sin embargo, algo que requiere aclaración. Si resultase que alguna empresa agrícola hubiera aplicado el ERTE a sus empleados, ¿cómo se compadecería esto con la falta de mano de obra que ciertamente existe?

El campo tiene un problema, pero con la colaboración de todos tiene solución.


Juan Guillamón Álvarez es es ingeniero y experto en agua. Colabora habitualmente en los medios de comunicación



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