Los cinco años de aplicación en España del «pago verde» han propiciado una destacada evolución hacia la diversificación de cultivos, lo que ha favorecido importantes avances en términos de biodiversidad y mejora del suelo



Los agricultores y ganaderos españoles están redoblando sus esfuerzos para adoptar prácticas agrarias beneficiosas para el medio ambiente.
Es lo que se desprende del último informe del Ministerio de Agricultura sobre la aplicación del denominado greening o pago verde, que constata los avances logrados en la diversificación de cultivos, mantenimiento de pastos permanentes y la utilización del barbecho y de los cultivos fijadores de nitrógeno como superficies de interés ecológico.
Tras cinco campañas de aplicación del greening en España, el Ministerio confirma que se continúa demostrando el avance positivo en términos medioambientales, habiéndose consolidado y mantenido en 2019 los efectos verificados desde el primer año de aplicación de esta ayuda.
El «pago verde»
En la última reforma de la PAC en 2015 se estableció el objetivo de mejora del comportamiento medioambiental de la agricultura, apoyándose en la obligatoriedad de determinadas prácticas agrícolas beneficiosas para el clima y el medio ambiente.
Se avanzó, por tanto, más allá de la condicionalidad, a través de la denominada “ecologización” o “pago verde” obligatorio para los pagos directos a partir de la campaña 2015, y cuyo incumplimiento genera penalizaciones desde la campaña 2017.
El Pago Verde (PV) tiene carácter anual y se concede por cada hectárea admisible vinculada a un derecho de pago básico, siempre que se respeten determinadas prácticas medioambientales, dependiendo de la estructura de la explotación.
Así pues, se debe considerar el porcentaje del valor total de los derechos de pago básico que hayan sido activados por todos los agricultores en 2019.
Para poder optar a dicho pago anual, el agricultor debe cumplir con las
• Diversificación de cultivos,
• Mantenimiento de los pastos permanentes existentes
• Y contar con determinadas superficies de interés ecológico (SIE) en sus
No obstante, tienen derecho “ipso facto” a este pago aquellos agricultores que:
1. Se dedican a la agricultura ecológica, únicamente en aquellas unidades de la explotación que consistan en una superficie y que se utilicen para producción ecológica.
2. Están acogidos al régimen de pequeños agricultores que se estableció en el año 2015 para aquellos productores a los que se les estimó que iban a cobrar menos de 1.250 € de pagos directos en la campaña 2015.
3. Disponen de cultivos permanentes (viñedo, olivar, cítricos, frutales y, en general,cultivos que permanecen en el terreno durante cinco años o más y que no entran en la rotación de cultivos de la explotación), en las superficies ocupadas por dichos cultivos. Estas superficies deberán guardar coherencia con el uso SIGPAC de los recintos SIGPAC donde se ubica la superficie declarada.
Los agricultores han incrementado considerablemente una de las medidas más beneficiosas que exige la Política Agrícola Común, la diversificación de cultivos.
Si en 2014 el 39% de las explotaciones solo contaba con dos cultivos, en el año 2019 ese porcentaje ha quedado reducido al 15%.
En el lado contrario, en 2019 hasta un 36% de las explotaciones cuenta con cinco o más cultivos, cifra que en 2014 solo era del 20%.
Los pastos permanentes, grandes sumideros de carbono
Otra de las prácticas beneficiosas que han crecido en el periodo que analiza el informe, de 2014 a 2019, han sido los llamados pastos permanentes.
El objetivo inicial fijado por la Comisión Europea “no solo se ha conseguido, sino que se ha visto mejorado por la labor de los ganaderos españoles”, señalan desde la organización agraria UPA, tal y como recoge el informe del FEGA, así, la proporción de pastos permanentes con respecto a la superficie agraria total ha pasado del 26,23% al 28,18%, incrementándose en casi un millón de hectáreas.
Los pastos permanentes son de gran importancia como sumideros de carbono, con el consiguiente beneficio en la lucha contra el cambio climático.
En este sentido, destacan las 6.825.416 ha de pastos permanentes ubicados en zona de la Red Natura 2000, de los que 2.609.530 ha están catalogados como “pastos medioambientalmente sensibles”.
La vigilancia y control eficaz de las exigencias de no conversión de estos pastos medioambientalmente sensibles a otros usos ni su labranza resulta esencial para el mantenimiento de estas superficies. Esta labor constituye una práctica más a respetar para que los titulares de estos pastos puedan beneficiarse del pago del “greening”.
Destacan los avances logrados en diversificación de cultivos, mantenimiento de pastos permanentes y la utilización del barbecho y de los cultivos fijadores de nitrógeno como superficies de interés ecológico
En definitiva, concluye el informe del MAPA desde el punto de vista medioambiental y de la mitigación del cambio climático, la aplicación de la ecologización influye de manera favorable en la reducción de la erosión de los suelos españoles, al incidir en la mejora de la estructura de los mismos por la introducción de diferentes cultivos, evitando el monocultivo.
Asimismo, se mejora el contenido de materia orgánica de los suelos, lo que redunda en una mayor capacidad de retención del agua, además de aumentar la biodiversidad, al introducir nuevas especies y variedades en las explotaciones.