Ni Fallas, ni Semana Santa, ni San Fermines, ni bodas, ni bautizos ni comuniones, tampoco San Jordi ni el inminente Día de la Madre dan un respiro al sector de flor cortada español que ha perdido el 75% de sus ventas a causa de las limitaciones del coronavirus. El Día del libro tendrá que esperar al mes de julio y, aunque sin rosa, no olviden que si algo no nos han prohibido eso es leer



Como cada 23 de abril, día mundial del libro, Cataluña celebra su patrón Sant Jordi con un libro y una flor. Una rosa roja que este año debido al confinamiento será virtual o de papel en un 95%, mismo porcentaje de ventas que prevén perder los floristas catalanes.
Y es que el confinamiento y el cierre de los establecimientos de productos no esenciales, como las flores, junto con la suspensión de los eventos familiares, bodas, bautizos, entierros o comuniones, y de festejos como las Fallas, la Semana Santa o la feria de Abril han dejado al sector de la flor cortada español al borde de la quiebra con una pérdida de ventas superior al 80%.
El comercio on-line que tanto se ha disparado en estas últimas semanas no ha logrado evitar los 270millones de euros en pérdidas que prevén los productores de flor cortada y planta ornamental de España, que en esta época primaveral realiza más del 50% de las ventas totales de todo el año.
Un libro y una rosa
Sin embargo, se había negado a ejecutar una orden del mismo que le obligaba a perseguir a los cristianos: esto lo llevó a ser martirizado y decapitado, y en torno a su figura empezaron a surgir diferentes historias.
La más popularizada en Cataluña cuenta que en Montblanc vivía un dragón al que, para tranquilizarlo, había que entregar un sacrificio: una persona elegida por sorteo.
Un día, el azar señaló a la hija del rey, pero un valiente caballero se enfrentó al dragón y lo mató, salvándola.
De la sangre derramada de la bestia nació un rosal de flores rojas y Sant Jordi, triunfante, le entregó una flor a la princesa.
Según datos de las asociación de prooductores Asociaflor, de esas pérdidas 50 millones corresponden al sector de la flor cortada y 220 al de la planta ornamental.
España es responsable del 12% de la producción de flor cortada en Europa, con 1.247 hectáreas cultivadas
FEPEX, agrupación de las asociaciones del sector de todo el país, ha vuelto a solicitar al Ministerio de Agricultura y a la Secretaría de Estado de Comercio que se permita la venta de flor y plantas en los centros de jardinería, tal como ya sucede en otros países europeos como Francia, Alemania o Italia.
Los viveros productores y comercializadores de flor y planta de Andalucía, fundamentalmente pero también del resto de España, reclaman un compromiso de apoyo por parte de los gobiernos autonómico y nacional.
De no ser así, advierten de que a la producción y pérdidas acumuladas ya esta campaña por la destrucción de la producción, deberá sumarse un «descenso drástico» de producción para la próxima, que el sector estima en un 75%.
En este sentido Asociaflor, considera necesario saber si el sector va a contar con ayudas, ya que una reciente encuesta realizada entre profesionales llega a la conclusión de que en estos momentos, de no cambiar las circunstancias, un 80% de los viveros podrían desaparecer.
Andalucía se ha convertido en los últimos años en la primera comunidad exportadora de España, tanto de flor cortada y follaje, con 21 millones de euros, como de planta ornamental con más de 93 millones de euros, según cifras correspondientes al año 2019 de la Dirección General de Aduanas.
La floricultura en España


El sector de la flor cortada ya ocupa una relevante posición en la horticultura española. España es responsable del 12% de la producción de flor cortada en Europa, con 1.247 hectáreas cultivadas.
La producción se distribuye fundamentalmente entre las Comunidades Autónomas de Andalucía, Canarias, Cataluña, Murcia y Valencia, por orden de importancia.
Andalucía se sitúa a la cabeza con más del 50 % producción nacional, en unas 1.000 hectáreas de cultivo, y un 72% del clavel español.
El sector de la flor cortada en la Comunidad canaria representa una importante fuente de ingresos, derivados del empleo que genera de forma directa e indirecta, con una suma de aproximadamente 7.000 puestos de trabajo.
Como segunda productora a nivel nacional cuenta con una superficie total de alrededor de 290 hectáreas, de las cuales 143 se dedican al rosal, 50 a las strelitzias, 47 a los crisantemos y el resto a otras flores.
Cataluña ocupa el tercer lugar en la producción de flor cortada española. Maresme se constituye en la principal zona productora gracias a que cuenta con un microclima óptimo para el cultivo de rosas, claveles, lilium y gladiolo, principalmente.
El cultivo de la flor cortada en la Región de Murcia se realiza principalmente en explotaciones familiares y bajo plástico, aunque pueden encontrarse cultivos al aire libre en los meses de primavera y verano. Supone algo más del 5% del sector agrícola.
El clavel, supone alrededor del 50% de la producción, aunque también destacan el cultivo de la gerbera, el crisantemo y los bulbos, tales como el gladiolo.
La Comunidad valenciana reparte sus cultivos de flor cortada fundamentalmente entre rosas, gladiolos, claveles, lilium, crisantemos, gerbera, limonium y lisianthus.
Un rojo, rojo clavel
El clavel es la flor de España por excelencia y se nota en nuestra producción. Más del 50% de la tierra dedicada al cultivo de flor cortada lo es para el cultivo de esta flor. Le siguen por este orden el crisantemo, la gerbera o margarita africana y la rosa.
El consumidor español de flor, a diferencia de lo que ocurre en otros países europeos es muy estacional y está ligado a celebraciones concretas.
Como ejemplo la floricultura trabaja en San Valentín durante febrero, para las Fallas en Valencia durante marzo, celebraciones familiares y feria de abril y Semana Santa, para el día de la Madre en mayo, para las fiestas del Pilar en Zaragoza en octubre y para la festividad de Todos los Santos en noviembre.