La ciudad-Estado de Singapur permitirá a partir de esta semana la venta de pollo rebozado cultivado en laboratorio, un avance que convierte a este país asiático en el primero del mundo en autorizar estos productos para el gran consumo



La carne del futuro ya está aquí. La innovadora ciudad-Estado de Singapur ha dado este miércoles un paso que puede suponer una revolución en la industria alimenticia al permitir, por primera vez en el mundo, la venta de carne cultivada en laboratorio. Pequeños bocaditos de pollo rebozado serán el primer producto disponible en el mercado elaborados a través de células animales cultivadas in vitro, además de migajas de pan y proteína vegetal, por la empresa emergente estadounidense Eat Just.
La compañía, fundada en 2011 con sede en San Francisco (EEUU), tiene previsto abrir «pronto» un restaurante en Singapur, «donde el chef y su equipo ya trabajan en el menú», para el lanzamiento a pequeña escala y con vista a llegar más adelante al mercado de masas. De hecho, un portavoz de la empresa ha comentado a Efe que en un inicio el precio de su carne en Singapur será similar a la de un «pollo prémium a la venta en restaurantes de gama alta» y que esperan bajar los precios «en los próximos años» una vez disminuyan los costes y aumente capacidad de producción.
«Los análisis han demostrado que el pollo cultivado contiene más proteína, aminoácidos, alto contenido en grasas monosaturadas saludable y es una fuente rica en minerales«, apunta en un comunicado la empresa, que comercializará su producto bajo la marca good meat (carne buena). Y es que, según apunta Eat just, durante el cultivo no se utilizan antibióticos por lo que su carne de laboratorio es «más limpia», «saludable», «nutricional» y «segura» que la carne de pollo convencional procedente de la ganadería intensiva y sacrificada en mataderos.
Las compañías que se dedican a investigar sobre elaboración de productos sustitutos a la actual industria cárnica de masas han ganado popularidad en los últimos años, al calor de la creciente preocupación sobre el impacto ecológico de las granjas de animales y la sostenibilidad de la producción de carne. Sin embargo, y a pesar de que el sector agropecuario contribuye a las emisiones de efecto invernadero, sobre todo en su vertiente más intensiva, no es menos cierto que la buena gestión de pastizales y de tierras de cultivo sirven de sumideros de CO2, capturando cada año unos cuatro millones de toneladas.
En este sentido, la producción de carne de laboratorio podría ser complementaria a la tradicional y permitir reducir la ganadería intensiva en favor de explotaciones más sostenibles. Y la capital tecnológica de Asia es un sitio inmejorable para comenzar a trabajar. «Singapur es líder en innovación, desde tecnología a productos biológicos, y ahora también lidera el desarrollo de un sistema alimentario más saludable y seguro. Estoy convencido de que la aprobación regulatoria en Singapur para la carne cultivada será continuada por muchos otros países», apuntó Josh Tetrick, director ejecutivo de la empresa, en el comunicado.
Una industria para el futuro
En un estudio, la compañía financiera Barclays valoró en 2019 que la industria de alternativa a la carne en 14.000 millones de dólares (11.590 millones de euros) y estimó que el valor podría multiplicarse por 10 hasta sobrepasar los 140.000 millones de dólares (115.890 millones de euros) en 2029. De hecho, Eat Just, que junto a un socio local planea la construcción de una fábrica en la nación asiática, no descarta en un futuro próximo lanzar más productos al mercado singapurense.
«Trabajar en asociación con el amplio sector agrícola y los legisladores con visión de futuro, compañías como la nuestra pueden ayudar a satisfacer la creciente demanda de proteína animal a medida que nuestra población aumenta a 9.700 millones para 2050 «, dijo el director de la compañía emergente.
La consultora global AT Kearney señaló que para el año 2040 el 60% de la carne consumida por la gente provendrá de carne cultivada o con base vegetal, según un informe de junio de 2019 a través de varias entrevistas con expertos. Es más, según Ding Shijie, profesor asociado de la Universidad Agrícola Nanjing, la decisión reguladora de Singapur acelerará el financiamiento y desarrollo de las empresas de carne cultivada en toda Asia, según comentó en una publicación de la compañía The Good Food, que promociona el consumo de proteínas alternativas.
La Agencia para la Seguridad Alimenticia de Singapur (SFA, siglas en inglés), que este viernes concedió los permisos de venta, realizó un extenso análisis sobre el producto para asegurar que es un alimento apto para el consumo. «Esperamos que el cuidadoso proceso de consulta y revisión de Singapur pueda servir de ejemplo a otros países sobre cómo crear vías eficientes para comercializar productos cárnicos cultivados», apuntó a Efe la compañía, al precisar que conversa «activamente» con los reguladores de Estados Unidos y otros países
