Tecnologías al servicio de la agricultura: producir más con menos

Tecnologías al servicio de la agricultura: producir más con menos

Impulsar la revolución digital y tecnológica de la agricultura es un elemento clave para garantizar la seguridad alimentaria de las generaciones futuras sin presionar los recursos naturales, según han concluido este jueves en BNEW en Barcelona


El cambio climático es uno de los retos que más condicionan el futura de la agricultura, un reto que obliga a amortiguar el impacto de fenómenos naturales cada vez más extremos, como sequías, lluvias torrenciales y olas de calor, que tienen un efecto directo en las producciones agroalimentarias. Un efecto agravado por la tendencia creciente de la población mundial que exige a la agricultura producir con los mismos recursos sin tensionar la salud del planeta el doble de alimentos para poder garantizar la seguridad alimentaria.

Este desafío de lograr producir más con menos recursos cuenta con un aliado esencial en la tecnología que impulsa una revolución hacia la agricultura 4.0, una agricultura de precisión que ha protagonizado la última jornada del BNEW que se ha celebrado en Barcelona del 3 al 6 de octubre, un evento internacional de referencia que busca la generación de alianzas para favorecer un nuevo modelo económico más transversal y resiliente, con la sostenibilidad y la digitalización como claves.

El uso del «internet de las cosas» (IoT) en la agricultura ofrece grandes beneficios: desde utilizar drones para detectar y apagar incendios hasta alertar a los agricultores sobre plagas o falta de riego, monitorear el ganado, obtener información de cultivos a través de big data y mucho más.

Marina Palacios, Directora general de Agbar-Agriculture

Una herramienta esencial para favorecer el gran reto de alimentar un mundo en crecimiento con menos recursos y en un escenario climático hostil y que «pese a contar mucha tecnología y desarrollos innovadores en el mercado aún se enfrenta a  la ancha brecha tecnológica y digital que caracteriza al sector agropecuario, debido en gran medida a la elevada edad media de los productores españoles», según ha señalado durante su participación en el panel «AGRIBUSINESS 4.0. La revolución tecnológica», la directora general de Agbar-Agriculture, Marina Palacios.

Para Palacios esta brecha entre la tecnología disponible y su integración en las explotaciones exige un trabajo de implicación y escucha entre todos los eslabones de la cadena de valor, las diferentes administraciones competentes y el sector privado que desarrolla las innovaciones y aplicaciones tecnológicas para implementarlas y lograr esa transformación necesaria que combine el reto de seguir alimentación a la población al tiempo que se asegura la sostenibilidad ambiental y la socioeconómica, mejorando la rentabilidad.

Para eso, «hace falta formación y escuchar al mercado, que es quién decide lo que quiere comer y que ya señala que la sostenibilidad, sin duda va a ser un elemento determinante en la opción de compra de los consumidores. Además de resolver la brecha digital en las zonas rurales», ha destacado Marina Palacios.

Palacios ha señalado como desde el expertise de una empresa como Agbar Agriculture, gracias a su amplia experiencia en la gestión de proyectos agrícolas integrales, se contribuye a que los emprendedores del sector apuesten por una agricultura más moderna, competitiva y sostenible, optimizando el uso de los recursos, principalmente, el suelo, el agua y la energía.

Una cuarta revolución verde en la que la tecnología, el internet de las cosas, la inteligencia artificial o los gemelos digitales permiten desarrollar una agricultura sostenible, dando respuesta a las barreras que debe afrontar el sector, con unos elevados costes de producción, derivados de las tensiones logísticas internacionales y, más recientemente, las consecuencias de la guerra de Ucrania y la inflación; la creciente competencia de los mercados; las bajas cotizaciones de los productos en origen; y contribuir a paliar los efectos del cambio climático, optimizando el uso de recursos (suelo, agua, energía) y a favorecer la biodiversidad y la salud de los ecosistemas donde desarrolla su actividad, en línea con las directrices promovidas por la Unión Europea, principalmente, la estrategia europea de biodiversidad, la nueva PAC, Green Deal y Farm to Fork.

Por su parte, Víctor Cantón Ferrer, CEO de la compañía tecnológica ENKITEK, ha destacado como la Inteligencia Artificial permite a los agricultores afinar en sus diagnósticos y facilita la toma de decisiones a la hora de aplicar con precisión, casi manera quirúrgica el agua, los nutrientes o el control de plagas incluso zonificar las áreas de aplicación de manera que se mejora la eficiencia en el consumo de los diferentes imputs, «algo que además de favorecer al medio ambiente redunda en una mejora de la rentabilidad de los productores.

En este sentido, Marc Capilla, CEO de la compañía FLIWER, ha explicado cómo la tecnología avanza a partir de la observación del propio cultivo para los que desarrollan gemelos digitales que van controlando diferentes parámetros al tiempo que el cultivo real y que permite tomar las mejores decisiones en el manejo de campo, desde activar el riego en el momento preciso sobre un área concreta de la explotación, aplicar la cantidad exacta y en el momento idóneo de fertilizante a tenor de lo que requiere la planta, al tiempo que vuelca datos reales a un block chain para generar un histórico de la evolución de cada planta que mejorará los diagnósticos y su tratamiento.

Para todos estos desarrollos e implementación en la actividad agraria es fundamental contar con centros tecnológicos que faciliten la trasferencia de conocimiento y soluciones tecnológicas aplicables al campo, desde la IA a la robótica para escalar a pie de explotación soluciones que den respuesta a necesidades reales de la actividad agraria, tal y como resaltaba Jesús Pablo González, Innovation Manager de EURECAT.

González insistía en que todos estos codesarrollos y transferencias de conocimientos exigen salir del laboratorio, al tiempo que en los centros tecnológicos facilitamos a las empresas testar su soluciones precisamente en laboratorio.

Para impulsar toda esta revolución hacia una agricultura 4.o , todos los ponentes a la sesión han coincidido en que se necesita un marco normativo que impulse la integración de soluciones tecnológicas para avanzar hacia una agricultura más sostenible en todos los ámbitos: ambiental, social y económica, porque eso es lo que ya demanda el mercado, los consumidores, la sociedad.



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