La Agencia Internacional de la Energía ha anunciado que lanzará en mayo la primera hoja de ruta integral del mundo para que el sector energético alcance unas emisiones netas con cero carbono para 2050



Tal y como demuestra el hecho de que los términos «transición ecológica» y «transición energética» se hayan convertido en sinónimos en el vocabulario ambiental, el problema que plantea el cambio climático está muy relacionado con nuestra manera de producir energía. Actualmente, el sector energético es responsable de casi tres cuartas partes de las emisiones globales, lo que significa que el reto de lograr que nuestras sociedades sean neutrales en carbono para 2050 está intimamente vinculado a nuestra capacidad de lograr mucha más energía limpia. Una «empresa hercúlea que va mucho más allá de establecer objetivos a largo plazo», según apunta la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que ha anunciado que este mayo lanzará una hoja de ruta integral para transformar el sector energético mundial y adecuarlo a las necesidades climáticas.
«Se requiere nada menos que una transformación total de nuestra infraestructura energética, una tarea mundial a una velocidad y escala sin precedentes que requiere de una acción decisiva durante la próxima década» ha asegurado el director ejecutivo de esta organización internacional, Fatih Birol. Para impulsar esta acción servirá en teoría el nuevo informe especial que se publicará en mayo, ya que en él se expondrá en detalle lo que se necesita por parte de gobiernos, empresas, inversores y ciudadanos para descarbonizar completamente el sector energético y situar las emisiones mundiales en un camino compatible con el Acuerdo de París.
Algunas de las cifras adelantadas por Birol dan una pista de la magnitud del desafío. Y es que alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo implica acelerar mucho los esfuerzos en la próxima década: de aquí a 2030, la participación de los automóviles eléctricos en las ventas anuales debería aumentar del 3% a más del 50%; la producción de hidrógeno bajo en carbono tendría que pasar de 450.000 toneladas a 40 millones de toneladas y la inversión en electricidad limpia debería quintuplicarse de 380.000 millones a 1,6 billones de dólares.
Es cierto que ya hay docenas de países, incluyendo la mayoría de las economías más grandes del mundo, además de muchas empresas líderes que ya han anunciado planes para reducir sus emisiones a cero para mediados de este siglo. Pero, según advierte la AIE, «queda mucho por hacer para traducir estos ambiciosos objetivos en reducciones reales de emisiones», por lo que impulsar un consenso mundial más sólido sobre el camino hacia el cero neto será una prioridad clave en los próximos años para esta organización dependiente de la OCDE.
Además, la AIE también ha anunciado su intención de intensificar su trabajo sobre las transiciones globales de energía limpia, ampliando los esfuerzos para apoyar a sus miembros y socios en el cumplimiento de sus ambiciones climáticas y desempeñando un papel más importante en el seguimiento de los compromisos nacionales. Esto incluye trabajar con los gobiernos y las grandes empresas para desarrollar mecanismos más sólidos que «generen confianza y les ayuden a comprender que no están solos a la hora de tomar las medidas necesarias para mantener sus promesas climáticas».
Una minicumbre en marzo
Por otro lado, y con vistas a intensificar la ambición de cara a la celebración en octubre de la próxima COP26 en Glasgow (Reino Unido), la AIE tiene previsto reunir en marzo a los ministros de los países que representan la gran mayoría del PIB mundial, el uso de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque la cita será telemática, contará con el patrocinio de los organizadores de la COP26 y se centrará en cómo los gobiernos pueden trabajar juntos de manera más eficaz para garantizar que los objetivos netos cero a largo plazo se traduzcan en acciones concretas en la próxima Cumbre del Clima.
«La colaboración internacional está en el corazón de la Presidencia de la COP26 del Reino Unido, y por eso queremos ayudar a acelerar el cambio global hacia una energía limpia, asequible y resistente», ha asegurado Alok Sharma, presidente de la COP26. En concreto, la cita consistirá en una mesa redonda virtual que reunirá a ministros, líderes empresariales y voces de la sociedad civil procedentes de todos los rincones del mundo. El objetivo es que los diferentes participantes se unan a las múltiples discusiones que se dividirán en sesiones plenarias y temáticas, donde intercambiarán opiniones y ejemplos sobre las acciones de los países para acelerar sus transiciones de energía limpia.
Por último, otro proyecto pendiente de la AIE para 2021 es la publicación la próxima semana de nuevos datos globales sobre las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero, junto con una guía detallada para los responsables políticos y reguladores que buscan aumentar sus ambiciones de reducir esas emisiones. Además, para ayudar a garantizar que los países y las empresas estén bien preparados para acelerar el despliegue de nuevas tecnologías, la AIE producirá un nuevo informe especial en abril sobre el papel que juegan los minerales raros en las transiciones hacia una energía limpia.
