De acuerdo con el balance climático de la Aemet, el otoño del 2021 destaca por ser el undécimo con temperaturas medias por encima del periodo de referencia, por tan solo 0,1°C, además de por perpetuar la sequía meteorológica en gran parte de España



Diciembre marca el final del año, pero también el principio del invierno, que este año nacerá astronómicamente el día 21 a las 16:59 horas. En el ámbito meteorológico, esta estación lleva viva desde que comenzó el mes y, por ese motivo, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha sacado a la luz el balance climático de la anterior estación, además de dar sus predicciones para la nueva que va a transcurrir.
Así pues, Rubén del Campo, portavoz de la Aemet, ha comenzado exponiendo una tendencia clara con respecto a las temperaturas, que no es otra que, a pesar de que el otoño del 2021 se ha situado tan solo 0,1 grados Celsius por encima de la media, constituye el undécimo seguido con temperaturas medias más altas a esa referencia.
“En general, en los que se refiere a las temperaturas, este otoño ha sido normal, pero constituye un eslabón más en esta cadena de otoños cálidos que se remonta al 2011. Antes de esta concatenación, el periodo de entre 1985 y 1990 fue el que más otoños cálidos aglutinó, con cinco seguidos”, ha aclarado el portavoz.


En cuanto a las efemérides, Rubén del Campo ha comentado que el otoño del 2021 ha presentado 12 récords de temperatura más altas (11 de temperatura mínima diaria más alta y uno de temperatura diaria máxima más alta) y tan solo uno de temperatura máxima más baja, que se dio en Canarias, una región que sufrió en esta estación dos olas de calor.
“En el otoño han destacado las dos olas de calor que afectaron a Canarias durante los días 5-7 y 11-13 de septiembre, en las cuales las temperaturas se han situado en valores muy por encima de los normales para la época del año. En el territorio peninsular han sobresalido los episodios cálidos de los días 4-8 y 11-13 de septiembre, con temperaturas por encima de los habituales para la época del año, pero sin poder considerarse olas de calor”, ha expuesto.
En cuanto a las precipitaciones, ha explicado que la estación ha sido seca en su conjunto, con un valor de precipitación media sobre la España peninsular de 172 mm, valor que representa el 83% del valor normal del trimestre con respecto al periodo de referencia 1981-2010, a pesar de los periodos extraordinarios de lluvias.
Así, ha querido recordar la DANA que afectó al centro peninsular en septiembre, donde los valores han llegado a ser un 200% y un 300% más altos que la media, el río atmosférico de octubre y otra gran DANA a finales de noviembre. “Las islas Baleares recordarán este otoño como una de las estaciones más húmedas, por ejemplo, debido a varios fenómenos atmosféricos.


“Aun así, los datos afianzan otra tendencia. Si las temperaturas señalan que el calor ha venido para quedarse, los periodos secos hacen lo propio con las sequias meteorológicas. En este sentido, el índice de precipitación estandarizado (SPI) acumulado de 12 meses en negativo en todas las cuencas, exceptuando las del norte y noreste”, ha mencionado Rubén del Campo.
“Incluso después de los últimos días, la cuenca del Ebro se mantiene en sequía debido a que, además de porque esas lluvias se dieron en diciembre, y por lo tanto quedaron fuera del análisis, solo afectaron a las cabeceras”, ha subrayado Rubén, al tiempo que daba paso al avance climático de los primeros meses de diciembre.
Durante la primera quincena, ha seguido, se ha observado un periodo cálido con una anomalía positiva de 0,2°C en la península, que contrasta con la negativa de casi 0,7°C en los sistemas insulares. Las precipitaciones, por su parte, han sido escasas, a excepción de las registradas en el norte de la Península, que han superado en algunos casos los 400mm.
“Con los datos que llevamos hasta ahora podemos afirmar que el 2021 se podrá situar 0,4°C por encima de la media, convirtiéndose así en el decimoquinto año más cálido desde el 1961. Además, hasta el 14 de diciembre se han registrado 538 litros por metro cuadrado de media, lo que sitúa a las precipitaciones un 15% por debajo de su valor normal y, por tanto, apunta a ser el cuarto más seco del siglo XXI”, ha exclamado Rubén del Campo.
Asimismo, para el invierno de este año han afirmado desde la Aemet que «no existe una tendencia clara para la precipitación acumulada» y por tanto la probabilidad de los terciles es la climatológica, aunque han asegurado que puede ser más seco de lo normal al noreste peninsular y humedo al este y en Baleares.
Una visión más general del otoño
Después de Rubén del Campo, Beatriz Hervella, portavoz de la Aemet, ha tomado el testigo de la rueda de prensa para exponer los datos mundiales, poniendo de relieve que los tres meses del otoño del 2021 han sido los más cálidos a nivel planetario. “Contrasta con lo que se ha vivido en Europa, donde el otoño ha sido el más frío el segundo más frío de la década”, ha expuesto Beatriz, al tiempo que enfatizaba que, aun así, las zonas del norte del continente, como Finlandia o el Ártico, han vivido auténticos récords de temperatura máxima.
Tras esto, ha hecho hincapié en la temporada de huracanes sobre el Atlántico, clasificada como “de récord” por los 21 ciclones registrados (la media es de 14), 14 huracanes (la media es de 7) y los cuatro huracanes de gran importancia (la media es de tres). “Estamos viendo cambios importantes en las temporadas, con inicios anticipados y con actividades por encima de lo normal”, ha aseverado.


Para finalizar su intervención, se ha parado a explicar las conclusiones de un estudio, en el que ella, junto a otros expertos de la Aemet, ha participado, sobre la influencia de los factores meteorológicos en la expansión del coronavirus durante la primera ola de contagios. En este sentido, ha señalado que la temperatura y la humedad son factores relevantes para anticipar la propagación e intensidad de la enfermedad en latitudes medias.
Sin embargo, ha querido dejar claro que no son factores determinantes frente a las medidas impuestas por los gobiernos y que, por lo tanto, no se deben relajar las medidas de salud públicas bajo estas circunstancias ambientales.