Alerta por el aumento de medusas en las playas - EL ÁGORA DIARIO

Alerta por el aumento de medusas en las playas

El CSIC advierte del crecimiento de la presencia de medusas en las playas, incluidas especies invasoras, y publica un protocolo de actuación para los bañistas en caso de picadura. En ocasiones puede producirse una grave reacción alérgica ante la sustancia urticante de este cnidario, uno de los seres más antiguos que habitan la Tierra


Las medusas son animales acuáticos que pertenecen a los cnidarios, un filo que agrupa a unas 10.000 especies y uno de los más antiguos que habitan la Tierra, con una edad de 600 millones de años. Su característica principal es la presencia de células urticantes llamadas cnidocitos y, un verano más, sus picaduras se convierten en una preocupación para los bañistas.

El Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona ha advertido del crecimiento de la presencia de medusas en las playas españolas, incluidas algunas especies invasoras, como la peligrosa carabela portuguesa (Physalia physalis).

Carabela portuguesa (Physalia physalis)

Los científicos achacan el aumento de esta fauna marina en los últimos años a diversos factores atropogénicos como el aumento de nutrientes en el mar debido a vertidos contaminantes que han provocado un crecimiento exponencial del plancton del que se alimentan estos seres. Además, la subida de temperatura del agua, a causa del calentamiento global, provoca que las medusas encuentren cada vez más zonas aptas para reproducirse, lo que ha acelerado este proceso biológico.

A esto hay que sumar la reducción poblacional de sus principales depredadores como el atún, el pez espada, el pez luna y, sobre todo, la tortuga marina, que ingieren grandes cantidades de medusas.

Protocolo ante una picadura

Ante esta proliferación, el ICM-CSIC ha publicado una guía para saber qué hacer en caso de picadura de una medusa. La sensación es muy molesta, con picor y la aparición de rojez, hinchazón, vesículas y pústulas. Normalmente no implican gravedad, pero en algunos casos pueden aparecer síntomas parecidos a una reacción alérgica.

Hay que tener especial cuidado con los niños ya que, en proporción, para ellos la superficie afectada es mayor que en un adulto y además, tienen la piel más fina, por lo que el líquido venenoso la atraviesa mejor.

 

Entre las recomendaciones básicas comunes a todas las especies se encuentra quitar los restos de medusa sin frotar, lavar la zona afectada con abundante agua de mar, aplicar agua con bicarbonato, aplicar hielo seco a intervalos y, si persiste el dolor, consultar con un médico.

La guía, que forma parte del Proyecto MEDUSA del ICM-CSIC, ofrece también protocolos específicos para ciertas especies, como la Pelagia noctiluca, la Rhizostoma pulmo o la Cotylorhiza tuberculata, entre otras.

Pelagia noctiluca.

«El tratamiento frente a la picadura de medusas busca atenuar los efectos del veneno, prevenir envenenamiento posterior de trozos residuales de medusas en la piel y minimizar las complicaciones derivadas del uso de productos no probados», ha explicado el investigador del CSIC Josep María Gili, experto en medusas y uno de los autores de los protocolos.

La guía hace énfasis en evitar algunas prácticas que, lejos de ayudar, pueden empeorar la condición de la persona afectada por la picadura, como por ejemplo que no hay que aplicar agua dulce, ni amoniaco, ni alcohol, no hay que frotar la zona afectada, ni aplicar vendajes a presión y, excepto en casos muy específicos, tampoco hay que aplicar vinagre.



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