Las amenazas que se ciernen sobre los corales del mundo

Las amenazas que se ciernen sobre los corales del mundo

Las amenazas que se ciernen sobre los corales del mundo

El cambio climático y otras presiones humanas como la sobrepesca, la acidificación y la pérdida de calidad del agua, han producido la pérdida del 14% de los corales del mundo desde 2009 hasta 2018, una situación que podría incluso empeorar en los próximos años


Ana Alemany
Madrid | 17 diciembre, 2021


Los corales son, a pesar de su apariencia vegetal, en realidad animales que forman colonias y pueden ser pequeños o grandes como los que forman la gran Barrera de coral de Australia. Las colonias que forman tienen como unidad los llamados pólipos. Estos pólipos forman un esqueleto común que para algunas especies se convierte en la base de un arrecife de coral.

Existen distintos tipos de corales. Los corales duros, que construyen un esqueleto calcáreo, pero también hay corales blandos que generalmente crecen más rápido. Unos viven cerca de la superficie en aguas tropicales cálidas, otras especies viven a mayor profundidad y algunos, a veces, en aguas frías.

La estructura calcárea de los pólipos los conecta entre sí, creando una colonia que funciona como un solo organismo. A medida que crecen, se agrupan con otras colonias para formar arrecifes. Algunos arrecifes de coral tienen su origen en hace más de 50 millones de años.

Los arrecifes de coral están formados por varias especies que forman un ecosistema. Esto quiere decir que es un entorno natural muy específico compuesto por diferentes plantas y animales, en el caso de los que viven en aguas poco profundas, formando un armazón que ofrece un espacio en tres dimensiones donde muchas especies encuentran cobijo y alimento. Incluso “otras se ocultan entre sus ramas donde se sienten más seguras para traer a su prole al mundo”, dice Cova Orejas, investigadora del Instituto Español de Oceanografía (IEO).

Peces tropicales en los arrecifes del Caribe de Colombia. | Foto: Damsea
Peces tropicales en los arrecifes del Caribe de Colombia. | Foto: Damsea

«Soy conservacionista, es decir, investigo para conservar. Ese es mi objetivo final… porque todos los ecosistemas en que trabajo son vulnerables». Sus investigaciones se centran en los corales (los que forman los arrecifes, pero sobre todo los de profundidad, ya que allí también hay corales) y las gorgonias (cuyos esqueletos también tienen carbonato cálcico, pero siendo el compuesto que los forma diferente del de los corales pétreos, que son los que forman los arrecifes), animales cuya vida está ligada a los fondos de los océanos.

Los pólipos coralinos de las zonas poco profundas son en realidad animales translúcidos. Sus espectaculares tonos de color los proporcionan los millones de algas que viven en ellos. Cuando se sienten estresados (sobre todo por la subida de las temperaturas), los corales expulsan a las algas que los rodean, provocando el blanqueamiento del coral. Los corales obtienen la mayor parte de sus nutrientes a través de los productos derivados de la fotosíntesis de las algas, pero también tienen tentáculos con los que capturan zooplancton e incluso pequeños peces.

Entre sus habitantes podemos contar desde las algas más pequeñas hasta numerosos peces e invertebrados, pero también incluso tortugas marinas y tiburones. Además, se estima que cientos de millones de personas en todo el mundo dependen de estos ecosistemas para obtener alimentos, trabajos y protección contra las tormentas y la erosión.

La pérdida de corales se acelera

El informe «Estado de los arrecifes de coral del mundo: 2020», publicado el pasado 5 de octubre de 2021 y realizado por la Red Mundial de Vigilancia de los Arrecifes de Coral (GCRMN), es el análisis más extenso de la salud mundial de los arrecifes de coral jamás realizado.

Tras recopilar datos de los últimos 40 años, gracias a los estudios realizados por más de 300 científicos en 12.000 sitios de más de 70 países, con 2 millones de observaciones individuales, se ha constatado que el impacto del incremento de las temperaturas de la superficie del mar (TSM) y otras presiones como la sobrepesca, la acidificación y la pérdida de calidad del agua, ha producido la pérdida del 14% de los corales del mundo desde 2009 hasta 2018.

El blanqueamiento afecta al 75% de los sistemas coralinos del mundo.

Los eventos de blanqueamiento de coral a gran escala son la mayor perturbación para los arrecifes de coral del mundo. Solo el evento de 1998 mató el 8% de los corales del planeta. Eso equivale a unos 6.500 km2 de coral. Los mayores impactos de este evento de blanqueamiento masivo se dieron en el Océano Índico, Japón y el Caribe, con impactos menores observados en el Mar Rojo, el Golfo, el Pacífico norte, en Hawái y las islas Carolinas, y el Pacífico sur, en Samoa y Nueva Caledonia.

“Desde 2009, hemos perdido más coral en todo el mundo que todo el coral vivo de Australia”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que brindó apoyo financiero, técnico y de comunicación al informe.

La vitalidad de los corales es un indicador de la salud de los arrecifes de coral, basado en estudios científicos, mientras que el aumento de las algas que crecen en las zonas que se desarrollan los arrecifes y que proliferan cuando los corales se mueren, es una señal de estrés de los arrecifes ampliamente aceptada. Entre 2010 y 2019, la cantidad de algas aumentó 20%, lo que se corresponde con la disminución de la cobertura del arrecife de coral.

Capacidad de recuperación

No obstante, este informe también da luz a la esperanza, ya que algunos arrecifes han demostrado una notable capacidad para recuperarse, lo que ofrece perspectivas para la futura recuperación de los arrecifes degradados. De hecho, entre los eventos de blanqueamiento de coral a gran escala, en 2019 se pudo comprobar que un 2% de los arrecifes recuperaron su cobertura.

Los corales son una de las zonas ricas en biodiversidad más amenazadas.

Esto ocurrió en el Triángulo de Coral de Asia Oriental (que alberga más del 30% de los arrecifes del mundo), y que se han visto menos afectados por el aumento de la temperatura de la superficie del mar. A pesar de alguna disminución en la superficie cubierta por los arrecifes de coral durante la última década, en promedio, estos arrecifes son más extensos hoy que en 1983 cuando se recopilaron los primeros datos de esta región. Su resiliencia podría ser la clave para recuperar los arrecifes, a pesar del incesante incremento de las temperaturas.

La propia Sylvia Earle, en su discurso alarmista acerca de la evolución del estado de los océanos que ha contemplado a lo largo de sus sucesivas exploraciones e inmersiones, lanzó también un mensaje de esperanza al recibir el premio Princesa de Asturias a la Concordia en 2018, advirtiendo del estado de nuestros océanos, y de que aún estamos a tiempo de salvarlos: “Las acciones que se emprendan en los próximos diez años determinarán nuestro futuro para los siguientes diez mil años. Nunca habíamos podido saber lo que se sabe ahora sobre nuestra dependencia absoluta del mundo natural para hacer posible nuestra existencia. Nunca más habrá una oportunidad mejor para actuar, ahora que todavía estamos a tiempo”.



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