Australia, en vista de la amenaza que suponían los incendios de sexta generación en una región del país, inició un plan secreto con el objetivo de salvar una especie arbórea que habita en la zona desde antes de la extinción de los dinosaurios, hace de 65 millones de años



Imagina una especie de árboles, los Wollemia nobilis, capaces de haber sobrevivido a todas las catástrofes desde la época de los dinosaurios hasta el 2020. Eso son más de 65 millones de años de historia que, entre otras cosas, convierten a esos seres vivos en un patrimonio incalculable, y más sabiendo que solo quedan 200 árboles de este tipo en todo el mundo.
Ahora imagina que esos árboles se encuentran en peligro porque los grandes incendios de Australia, único país donde se encuentra esta especie, amenazan seriamente su supervivencia. ¿Qué haríais? El Gobierno de Australia lo tuvo claro: hacer lo imposible para conservarlos.
“El Parque Nacional Wollemi es el único lugar en el mundo donde se encuentran estos árboles en la naturaleza y, con menos de 200 restantes, sabíamos que teníamos que hacer todo lo posible para salvarlos», explicó Matt Kean, ministro de Medio Ambiente de aquel país.
El plan para la preservación de los árboles fue teóricamente sencillo, pero conllevó un gran esfuerzo para los operarios encargados de llevar a cabo “esta misión de protección ambiental sin precedentes”.
En primer lugar, los agentes encargados se desplazaron hasta la zona secreta en helicópteros y con grandes camiones cisterna cargados de retardantes para fuegos con el fin de establecer un sistema de riego en la garganta para aumentar la cantidad de humanidad presenta en la región.
Después, antes de que las llamas llegasen al lugar, los bomberos se desplazaron nuevamente para operar el sistema de riego, apoyados por numerosos helicópteros que rociaron con agua las inmediaciones para reducir el impacto de las llamas.
El resultado de esta operación quedó reflejado en las fotos que el Gobierno de Australia ha publicado recientemente: grandes zonas arrasadas por las llamas a excepción de un pequeño reducto al fondo de un barranco que, sorprendentemente, se mantiene con un llamativo color verde, ajeno a la catástrofe acontecida a su alrededor.
Al final de la operación, Matt Kean dijo que el Gobierno de Nueva Gales del Sur había realizado una evaluación científica detallada y que, aunque algunos árboles acabaron carbonizados, la especie había podido sobrevivir a los incendios de este verano.
“Gracias a esta misión, se pudieron salvar unos árboles que hasta antes de 1994 se creían extintos”, destacó Matt Kean.
Además de su salvación, el Gobierno de Australia pudo aprender una buena lección de la catástrofe: “Con estos incendios, hemos podido presenciar la respuesta al fuego de los Wollemia, hecho que nos ayudará a refinar la forma en que manejamos el fuego en esta región a largo plazo”, explicó Matt Kean.
No obstante, el ministro añadió que es posible que ese impacto no se conozca a corto plazo, por lo que ahora su misión es hacer todo lo posible para garantizar su protección a largo plazo. Una tarea que, señaló, depende de mantener la confidencialidad alrededor de la ubicación de los árboles y garantizar la cooperación del público para no intentar para visitar esta región oculta.
“Las visitas ilegales siguen siendo una amenaza importante para la supervivencia de estos árboles en la naturaleza debido al riesgo que supone pisotear las plantas en regeneración o introducir enfermedades que podrían devastar las poblaciones restantes”, concluyó.
Se cree que el Pino Wollemi, que crece hasta 40 metros (130 pies) de altura, existió desde el período Jurásico hace 200 millones de años, anterior a muchos dinosaurios.
Se creía que se habían extinguido, solo se habían visto en fósiles, hasta su descubrimiento accidental por parte de un guardabosques en 1994.
La ubicación remota de la arboleda ha seguido siendo un secreto muy bien guardado para proteger a los árboles de la contaminación de los visitantes.
Los árboles se han propagado y distribuido a jardines botánicos de todo el mundo para preservar la especie, pero el desfiladero de Wollemi es el único paraje salvaje.
