La vegetación emana unos compuestos químicos que son beneficiosos para salud de las personas. Un estudio indica que esos compuestos tienen una mayor proliferación durante julio y agosto, por lo que esos meses son perfectos para aprovechar ese recurso que ofrece la naturaleza



La vegetación, durante su ciclo de vida, emite al ambiente una amplia variedad de moléculas orgánicas que participan en procesos bioquímicos. Una de ellas son los monoterpenos (C10Hx) que, además de representar el 5% del peso total de la planta, suponen un mecanismo de defensa para disuadir a depredadores o para atraer a algunos polinizadores.
Lo curioso es que esos compuestos químicos también son aprovechados por los humanos, que los usan como base para aceites y otros elaborados beneficiosos para la salud. De hecho, un reciente estudio señala que es posible asimilar y aprovechar el potencial de esos compuestos con solo pasear por el bosque.
Este estudio pionero abre un nuevo marco de investigación en los bosques mediterráneos y constituye un aporte importante para la comunidad científica y de la sanidad pública
El estudio, encabezado por el investigador Albert Bach, del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), ha demostrado que en el bosque podemos encontrar estos compuestos en el aire de una forma muy variable.
Además, dependiendo de la estación del año y la hora del día, sobre todo según la temperatura que haga, la radiación solar y la humedad, habrá más o menos compuestos que se podrán aprovechar. En este sentido, el estudio ha comprobado que las máximas concentraciones se producen durante julio y agosto a primera hora de la mañana (de 6 a 8 h) y de la tarde (de 13 a 15h), cuando hace más calor y sol.
“Los resultados sugieren que, durante el verano, las personas que caminan por este tipo de bosques estarían sujetos a una mayor absorción potencial de monoterpenos en su torrente sanguíneo, especialmente a primera hora de la mañana y a partir del mediodía”, han detallado.
Naturaleza, sinónimo de salud
Son numerosos los estudios que indican que, cuando estamos en contacto con el bosque experimentamos una serie de efectos en nuestra salud en general: a los sistemas cardiovascular, inmunitario, respiratorio y nervioso, a los que se añaden cambios en el bienestar fisiológico y psicológico.De hecho, una reciente investigación explicó que no se necesitaba necesariamente una exposición prolongada para comenzar a experimentar estos efectos beneficiosos, sino que con un paseo de 10 minutos era suficiente.
No obstante, la mejor opción es dejarse llevar por método japonés del shinrin-yoku, según Alex Gesse, certificado por la Association of Nature and Forest Therapy.
Durante este proceso, deberemos elegir un lugar, como un bosque o un parque frondoso y tranquilo, mejor si es llano y con zonas diferentes, más húmedas, más frondosas o más claras, y realizar una ruta corta alrededor de un kilómetro.
Para conseguir los efectos, deberemos caminar lentamente y con los ojos cerrados para centrarse en los sentidos y en el contacto con la naturaleza.
Gracias a esto, podremos disminuir casi en un 40% de los niveles de glucosa en sangre si somos diabéticos, además de reducir la frecuencia cardiaca la tensión arterial y los niveles de homocisteína.
