El anillo verde de Vitoria es el gran ejemplo de una ciudad española con una corona arbolada, o, dicho con más precisión, un pasillo de naturaleza que permite la continuidad ecológica de los ecosistemas, a pesar de la acumulación cementicia de cualquier gran urbe. En una metrópolis como Madrid, con veranos tórridos que pueden ir a más, la necesidad de reguladores térmicos verdes se ha reconocido a lo largo de un siglo en que diversos proyectos fueron quedando en cajones del ayuntamiento. Tras la pandemia en la que tanto se habló del déficit de naturaleza, parece haber llegado la hora de dedicar empeño a esos imprescindibles corredores ecológicos urbanos.
Así, el ayuntamiento de Madrid, convocó el año pasado el concurso internacional de proyectos para el Bosque Metropolitano, como primer paso para que la capital deje de ser “una isla de calor” y en algo más de una década pueda presumir de ser una megalópolis algo más adaptada al cambio climático.
El trazado contempla cinco tramos del bosque que cubriría una superficie de unas 14 mil hectáreas de terreno, en un plan que se pretende llevar a cabo a lo largo de doce años. El primer árbol del proyecto se plantó en diciembre de 2020, cuando se dieron a conocer los proyectos ganadores del concurso. El énfasis está puesto en la búsqueda del reequilibrio territorial y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, que no tendrán que desalojar al resto de los seres vivos para existir.


Así, los dos reguladores térmicos con los que cuenta la capital actualmente, que son el monte de El Pardo y la Casa de Campo, se complementarían con actuaciones de restitución de la naturaleza en: el grupo 1 (llamado Entre montes naturales), que integra las conexiones del monte de El Pardo con el de Valdelatas y la Casa de Campo, en una continuidad del eje fluvial del río Manzanares; el grupo 2 (Uniendo parques urbanos), que consiste en establecer conexiones en el sistema de espacios libres metropolitanos –Valdebebas, Recintos Feriales, Cuña de O’Donnell, Vicalvarada, Valdebernardo y Cerro Almodóvar con Nueva Centralidad del Este– y es en este tramo en el que, justamente, se ha fijado el kilómetro cero del nuevo Bosque Metropolitano.
Por otro lado, están el grupo 3 (El anillo verde del sureste), que contempla la puesta en valor de los sistemas de espacios libres de los crecimientos del sureste, desde el cerro de la Herradura hasta los cantiles del Manzanares; el grupo 4 (Los parques fluviales del sur), que abarca conexiones de los sistemas fluviales del río Manzanares y arroyo de La Gavia, con la integración de espacios libres en Entrevías, la Atalayuela, Mercamadrid y Butarque, y, por último, el grupo 5 (En el anillo metropolitano), que integraría el sistema metropolitano suroeste (Getafe, Leganés, Alcorcón) con la Casa de Campo, además de la valorización de los entornos fluviales del arroyo Meaques.
El jurado municipal estuvo integrado por 24 representantes de las áreas de Desarrollo Urbano y de Medio Ambiente y Movilidad; de las áreas delegadas de Internacionalización y Cooperación y de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana; de Madrid Salud y de representantes de todos los grupos políticos, colegios profesionales, así como de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Madrid (FAMMA), la Asociación de Empresas Restauradoras del Paisaje y Medio Ambiente (ASERPPYMA), la Asociación Española de Paisajistas y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM).


Entre las 33 ideas que los urbanistas hicieron llegar al ayuntamiento, las que siguen son las que guiarán la planificación del proyecto, cuyo diseño completarán las especies de flora y fauna que conviertan este bosque en un hogar.
En la corona noroeste
‘Aguaila Madrid Puerta de la Sierra’ es el nombre de la propuesta que firma Pino Forestal Ingeniería SL y que fusiona dos grandes conceptos que vertebran todo el plan: agua y biodiversidad, representada en la figura del águila imperial. En su extremo oeste, el anillo estaría a unos pocos kilómetros de distancia del Parque Regional del Río Guadarrama. El foco, en este caso, está puesto en la riqueza ornitológica del territorio español.
En la corona noreste
El plan denominado ‘Efecto mariposa’ (de la UTE Climent-Climent-Navascues-ARZV) obtuvo el mayor puntaje. Para el jurado, el proyecto elegido “tiene la fuerza en las conectividades, al realizar una propuesta de una gran avenida forestal de 24 kilómetros de longitud que conecte los parques existentes”. Tiene la capacidad de “trascender “ el tramo y “lograr una continuidad en el conjunto del proyecto”.


En la corona sureste
La propuesta ganadora fue ‘A flor de yeso’ (de la UTE Uxama Ingeniería y Arquitectura, SLPU Gestión Integral del suelo SL y Eslava y Tejada Arquitectos SL), que destaca, según el jurado, “la visión predominantemente ambiental y ecológica en la intervención en el territorio, dando las pautas para la actuación específica sobre los suelos yesíferos del sureste”. En segundo puesto ha quedado ‘De cerro a cerro’ (de Buur+Gutiérrez-De la Fuente Arquitectos). Este anillo que circunda Vicálvaro y Vallecas es el más extenso del proyecto.
En la corona sur
‘Manantial Sur intraestructura regenerada’ (de Alday Jover Arquitectos SLP) quedó en primer lugar y, en segundo, el proyecto ‘Vuelvo al sur’ (de Atalaya Territorio SL, Juan José Tur MC Glone y West8 Urban Design & Landscape Architecture BV). En este caso, el jurado valoró que se promoviese una visión de conjunto, en “un proyecto completo en todos sus componentes, que ha generado debate en torno al papel del agua, de lo forestal y la agricultura”.
En la corona suroeste
La propuesta ganadora resultó ‘Del Manzanares a Guadarrama’ (de Rubio Arquitectura SLP), seguida por ‘Los tres bosques del suroeste’ (de la UTE Wild). El proyecto seleccionado “acierta en la lectura del territorio, en la integración del proyecto en la estructura urbana y en las propuestas para su gestión posterior que deben trasladarse” al resto de tramos.


Desde el ayuntamiento aseguran que el corredor verde que bordeará Madrid a lo largo de 75 kilómetros está en marcha, a partir de estas ideas seleccionadas. Por ahora, los vecinos que deseen conocerlas desplegadas sobre una cartografia de la ciudad pueden acercarse a la exposición Bosque metropolitano (un diseño de Arquitecturas Afectivas), que se encuentra emplazada junto a la Casa de Vacas del Parque del Retiro, hasta el próximo 6 de junio.
Esta muestra, que luego tendrá itinerancia por los distritos madrileños, nos permite reflexionar sobre la posibilidad verdadera de habitar el bosque y la ciudad, como una casa común, en la que ni animales ni plantas quedan excluidos.
