A pesar de las restricciones, los botánicos españoles han logrado registrar 43 nuevas especies de plantas durante este año, lo que supone 23 más que las descritas durante el 2019. Para los especialistas en flora se trata de una muestra más de toda la biodiversidad que nos queda aún por descubrir y de la que dependemos



La pandemia de coronavirus y sus correspondientes consecuencias no han pasado desapercibidos para la gran mayoría de personas de este planeta que, sin duda, se sienten confiadas en admitir que ha sido el peor año de sus vidas, a falta de unas horas para que el 2020 finalice de manera oficial.
Sin embargo, lo que para algunos fue un impedimento más que suficiente para la realización de sus tareas habituales, para la Sociedad Botánica Española (SEBOT) no ha sido excusa para seguir demostrando la enorme diversidad vegetal de nuestro mundo. De hecho, a pesar de que la cuarentena ha recluido a sus expertos en sus viviendas y centros de trabajo, la sociedad informa que han registrado un récord de especies nuevas durante este 2020.
En concreto, estudiando especímenes atesorados en los herbarios y colaborando telemáticamente, los expertos españoles han logrado examinar 43 especies nuevas, más del doble de las 23 descritas el año pasado. Entre las especies descubiertas, siete son endémicas del territorio español, es decir, “que no se encuentran en otro lugar del mundo”, tal y como subrayan.
“De las especies endémicas, cuatro se encuentran en la España peninsular, dos en las zonas montañosas de las islas Canarias y una se corresponde con una gramínea de Menorca”, aclaran desde la SEBOT.
Alrededor del 80% de las especies descubiertas por los botánicos españoles se localizan en regiones alejadas de nuestro territorio, en lugares tan distantes como Norteamérica, los Andes, Asia central, Madagascar y Sudáfrica. Para la SEBOT, este hecho ha supuesto que se hayan tenido que estrechar las colaboraciones con los investigadores internacionales:
“Con pandemia o sin ella, el trabajo de nuestros botánicos es cada vez más global, y sigue involucrando actividades de lo más variopintas, desde el minucioso estudio de especímenes bajo las lupas hasta complejos análisis genéticos”, subrayan.
El listado de especies nuevas incluye plantas de interés económico, como la sudamericana Ipomoea australis, pariente silvestre del boniato y potencial fuente de recursos genéticos para la mejora de la planta cultivada. Además, hay especies de interés científico y conservacionista, como dos plantas carnívoras de las montañas ibéricas (Pinguicula casperiana y Pinguicula tejedensis) que se habían confundido hasta ahora con otras especies similares, o una especie exclusiva del suroeste de Portugal que habita únicamente en pequeñas lagunas temporales (Helosciadium milfontinum).
“En un periodo de crisis sanitaria, climática y de la biodiversidad, la ciencia básica es crucial para nuestro futuro como sociedad. Desde la Sociedad Botánica Española, resaltamos la aportación de las botánicas y botánicos de nuestro país a la generación de conocimiento y reivindicamos la trascendencia de investigar, describir y catalogar la biodiversidad de plantas de nuestro planeta, de la que tanto dependemos, y de la que aún queda tanto por descubrir”, concluyen los científicos.
