Un estudio publicado en Nature encuentra que las altas temperaturas pueden reducir la eficiencia de las cadenas alimentarias basadas en plancton y amenazar al verse reducida la transferencia energética en un 56%



En los ecosistemas naturales, la eficiencia de transferencia de energía de las presas a los depredadores determina la estructura de la biomasa de las redes tróficas. Como norma general, aproximadamente el 10% de la energía producida en un nivel trófico pasa al siguiente, por lo que cualquier cambio en los niveles inferiores podría tener serias implicaciones negativas para los depredadores más grandes y el funcionamiento de los ecosistemas en general.
El problema es que esos cambios ya se están dando, encaminándonos hacia un escenario en el que, si las temperaturas aumentan una de media de cuatro grados Celsius, la transferencia de energía en las redes tróficas del plancton -la base de la cadena trófica- se vería reducida en un 56%, según una investigación publicada en la revista Nature.
“Estos hallazgos arrojan luz sobre una consecuencia subestimada del calentamiento global. El fitoplancton y el zooplancton son la base de las redes tróficas que sustentan los ecosistemas marinos y de agua dulce de los que dependen los seres humanos”, destaca el profesor Gabriel Yvon-Durocher, del Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad en el campus Penryn de Exeter en Cornualles.
«Nuestro estudio es la primera evidencia directa de que el costo del crecimiento aumenta con temperaturas más altas, lo que limita la transferencia de energía a lo largo de la cadena alimentaria», añade.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigadores midió la eficiencia de la transferencia de nitrógeno en el plancton de agua dulce que había estado expuesto a un experimento de calentamiento al aire libre de siete años en el Reino Unido.
De acuerdo con el profesor Mark Trimmer, de la Universidad Queen Mary de Londres, si estos hallazgos son realmente sólidos como ellos piensan, las consecuencias podrían ser profundas ya que los animales que se sitúan en cúspide de la cadena trófica dependen en gran medida de la energía que emana de la parte inferior. “Se necesita más investigación”, apela.
“La norma del 10% sucede porque los organismos gastan mucha energía en una variedad de funciones a lo largo de su vida, y solo una pequeña fracción de la energía que consumen se retiene en la biomasa que termina siendo devorada por los depredadores”, relata Diego Barneche, del Instituto Australiano de Ciencias Marinas y el Instituto Oceánico, de la Universidad de Australia Occidental.
«Las temperaturas más cálidas pueden hacer que las tasas metabólicas se aceleren más rápido que las tasas de crecimiento, lo que reduce la energía disponible para los depredadores en el siguiente nivel en la red alimentaria», concluye.
