En un lago temporal en el desierto del Lut, el segundo desierto más grande de Irán y donde se han llegado a observar temperaturas de 80 grados centígrados, un grupo de científicos ha descubierto una especie de crustáceo adaptada a vivir en entornos extremos



El Dasht-e Lut es el segundo desierto más grande que se puede encontrar en Irán que, no solo destaca por su extensión, sino por sus condiciones climáticas extremas. Análisis satelitales en el 2006 lograron registrar temperaturas de superficie de hasta 70 grados centígrados, logrando así el apodo del “polo térmico de la Tierra”.
Además de por las temperaturas, los sistemas acuáticos de este entorno poseen tanta salinidad que la vida se vuelve casi imposible en tierra firme, así como en el agua. Sin embargo, a pesar de presentarse como un entorno inhóspito, los científicos lograron encontrar en 2017 un espécimen del género Phallocryptus en un lago al sureste del desierto.
El desierto del Lut es una región extrema con temperaturas que oscilan los oscilan -2,6°C en invierno y 50,4°C en verano, mientras que la precipitación anual no supera los 30 mm por año.
La temperatura máxima de superficie registrada por la NASA fue de 70,7°C, aunque estudios posteriores lograron observar incluso los 80°C grados. No obstante, cabe destacar que no representa un récord de temperatura mundial por no estar registrados por estaciones de mediciones oficiales, como las de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), además de pasar una minuciosa crítica por parte de científicos externos al hallazgo.
Para los científicos que han elaborado el estudio con los hallazgos, que se ha publicado recientemente en la revista Zoology in the Middle East, se trata de un descubrimiento “sensacional” porque hasta ahora solo se conocían cuatro especies localizadas en distintos entornos áridos del mundo.
“La especie se encontró en lagos temporales de agua dulce en la parte sur del desierto de Lut. Estos lagos de agua dulce están formados por inundaciones estacionales derivadas de las precipitaciones primaverales (marzo-abril) en las áreas circundantes”, han indicado los científicos en el estudio.


«El resto de especies registradas se encuentran el norte y centro de Argentina, en Texas y Nuevo México, Mongolia y la cuenca del Mediterráneo (incluida la Península Ibérica)», han explicado en la investigación.
El nuevo Phallocryptus, bautizado como Phallocryptus fahimii, en honor al biólogo conservacionista iraní Hadi Fahimi, quien participó en la expedición de 2017 y murió en un accidente aéreo en 2018, difiere en su morfología general y su genética de todas las demás especies conocidas de Phallocryptus.
«Durante una expedición a un lugar tan extremo, siempre estás alerta, en particular cuando encuentras agua. Descubrir crustáceos en este ambiente por lo demás caluroso y seco fue realmente sensacional«, ha señalado Hossein Rajaei del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart.
«Estos crustáceos pueden sobrevivir durante décadas en el sedimento seco y eclosionarán en la próxima temporada de lluvias, cuando el hábitat acuático se vuelva a llenar, están perfectamente adaptados para vivir en entornos desérticos. Su capacidad para sobrevivir incluso en el desierto de Lut destaca su resistencia «, ha añadido Martin Schwentner, que ha trabajado con crustáceos similares de los desiertos australianos en el pasado.
