El ajolote desaparece ante la inacción del Gobierno de México - EL ÁGORA DIARIO

El ajolote desaparece ante la inacción del Gobierno de México

De 6.000 ejemplares por kilómetro cuadrado en 1998 a 36 ajolotes en 2014. Esta salamandra, con una extraordinaria capacidad regenerativa, está desapareciendo de los humedales mexicanos. México lo va a poner como imagen de los billetes de 50 pesos a partir de 2022, pero los científicos temen que para entonces se haya extinguido por la falta de preocupación pública en cuidar su hábitat, las lagunas de Xochimilco, situadas al sur de de Ciudad de México


El ajolote (Ambystoma mexicanum), una singular salamandra endémica de las aguas superficiales de la Cuenca de México, está en grave peligro. Tanto es así que el Foro Económico Mundial, en su Informe Global de Riesgos 2020, ejemplifica la “alarmante pérdida de biodiversidad en el mundo” con el caso del ajolote, situando a este animal como el cuarto con mayor riesgo a nivel global.

La cifra de ejemplares de ajolote mexicano se ha reducido de manera angustiosa, pasando de 6.000 por kilómetro cuadrado en 1998 a 36 ajolotes en 2014. Según un análisis de viabilidad poblacional, a esta especie le quedan de 10 a 15 años de vida silvestre en los humedales de Xochimilco, en el sur de Ciudad de México,  reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

Aunque el gobierno de México va a homenajear al ajolote en los billetes de 50 pesos, en los que aparecerá a partir de 2022, «ha ignorado a este anfibio endémico al no tomar medidas urgentes ante su posible extinción», considera Luis Zambrano, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En unos meses el investigador y su equipo presentará un amplio informe con un censo reciente, «a pesar de las dificultades para obtener financiamiento por parte del gobierno», lamenta Zambrano. “Una de las maniobras de los gobiernos federales y locales de los últimos 20, 30 años es que creen que si no ven y no hablan del tema, el tema se soluciona solo y no es así, el ajolote sigue en peligro de extinción”, insiste.

“Es curioso que hasta el Foro Económico Mundial señale al ajolote en sus informes pero las autoridades mexicanas sigan sin verlo. Ya tenemos mucha información de qué es lo que debemos hacer: para rescatar al ajolote hay que rescatar su hábitat”, resaltó Zambrano.

Los billetes de 50 pesos mexicanos tendrán como imagen el ajolote a partir de 2022, pero los científicos temen que la especie pueda extinguirse antes incluso de que se pongan en circulación.

Casi extinto a pesar de ser ‘inmortal’

El Ambystoma mexicanum es único por sus características regenerativas que han atraído la atención de investigadores de todo el mundo. El ajolote tiene una extraordinaria facilidad para reparar extremidades amputadas y otros órganos y tejidos del organismo. Si pierden una extremidad, son capaces de regenerarla en muy poco tiempo, con todos sus huesos, músculos y nervios. Y aún es más fascinante su habilidad para reparar su médula espinal cuando ésta sufre una lesión y lograr que funcione como si no hubiera sufrido daños.

Debido a esta característica, considerada mágica por los aztecas, el ajolote ha sido estudiado por biólogos y especialistas genéticos en investigaciones médicas sobre la regeneración cerebral, ocular, cardíaca y medular. Debido a sus capacidades extraordinarias, los científicos se han centrado en secuenciar su código genético, con 32.000 millones de pares de bases de ADN, 10 veces mayor que el genoma humano.

Debido al interés científico por este ser, que alcanza un tamaño máximo de 23 centímetros, se calcula que hay cientos de miles de ajolotes repartidos por laboratorios de todo el mundo.

Los enemigos del ajolote

Los principales enemigos de este pequeño ser son la urbanización, la contaminación del ecosistema con fertilizantes y pesticidas y la introducción de carpas y tilapias en los años 70, peces depredadores del ajolote. “Estos tres grandes problemas han hecho que empeore la calidad del agua y se reduzca la cantidad de ajolotes en el ecosistema”, señala el experto.

Para mejorar el hábitat de la especie, el Instituto de Biología de la UNAM trabaja en programas de restauración con filtros rústicos que detienen a los depredadores y los contaminantes. “Cuando hacemos esto, todo el canal vuelve a ser como antes, es más transparente y tenemos un sistema muy parecido a lo que era antes (hace 2.000 años) en muy poco tiempo, de dos a tres meses. Si Xochimilco tuviera el financiamiento necesario, todo el hábitat podría restaurarse en relativamente en poco tiempo”, aseguró Zambrano.

Con 20 millones de pesos anuales (1,05 millones de dólares) se podría recuperar rápidamente el ecosistema y, al mismo tiempo, reactivar la agricultura tradicional chinampera, que abastecería de alimento a un 20% de la población en la Ciudad de México, según expone el experto. Las chinampas, legado de la época prehispánica, son islotes artificiales que flotan sobre cuerpos de agua y se usan para el cultivo y la extensión territorial.

“Para las cantidades que se gastan en otras cosas, verdaderamente no es mucho, y con este programa en el mediano plazo podemos tener un Xochimilco lo suficientemente bueno para que siga siendo Patrimonio de la Humanidad y que siga siendo el hábitat del ajolote”, sostiene Zambrano.

Xochimilco, un humedal castigado

El humedal de Xochimilco es una de las zonas de mayor riqueza biológica del país y una de las más castigadas, según explica Hesiquio Benítez, director general de Cooperación Internacional e Implementación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Atardecer en el humedal de Xochimilco, al sur de Ciudad de México. | Foto: Bruno Mtz

Desde hace años se trabaja en programas con los gobiernos locales para que se dejen de otorgar permisos para edificaciones y se regulen las fuentes de contaminación del agua. “Hay muchas construcciones ilegales y desagües que son ilegales que tienen mucho tiempo contaminando… además de que es una zona muy importante de hortalizas que se venden como orgánicas y que estamos consumiendo a pesar de la mala calidad del agua”, señala Benítez.

Con una mejor coordinación entre autoridades y ciudadanía, es posible recuperar el humedal que anualmente se hunde unos 30 centímetros a causa de los asentamientos urbanos, pero para lograrlo se requiere voluntad, coinciden los expertos.



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