La eutrofización o concentración de nutrientes (nitrógeno y fósforo) en el agua amenaza seriamente a los ecosistemas de Doñana según un estudio independiente del CSIC



Un estudio llevado a cabo por la Estación Biológica de Doñana, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) advierte sobre el exceso de concentración de nutrientes en las aguas superficiales de Doñana, provocada por la actividad humana local. En concreto, este análisis señala que la calidad del agua en Doñana está «en peligro por la agricultura intensiva y el pobre tratamiento de las aguas industriales residuales«.
La investigación publicada como parte de la tesis doctoral de Irene Paredes y llevada a cabo en la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), señala que entre 2001 y 2004, Doñana sufrió una mortandad masiva de animales provocada por cianobacterias tóxicas. Desde 2001, el aumento de fosfatos en el agua está ocasionando la expansión del helecho invasor Azolla filiculoides, amenazando el hábitat de otras especies vegetales.
Por tanto, los ecosistemas de Doñana están «seriamente amenazados» por un fenómeno denominado eutrofización, causado por un aporte excesivo de nutrientes en el agua.
Esto favorece la proliferación descontrolada de distintos microorganismos y la dominancia de unas especies de plantas acuáticas sobre otras. Hasta el momento, la escasa disponibilidad de datos históricos sobre la calidad del agua había dificultado un análisis detallado de este proceso en las aguas superficiales de la marisma de Doñana y sus principales arroyos vertientes.
El informe, elaborado a partir del análisis de aguas de 56 puntos de muestreo distintos entre los años 2013 y 2016, revela que las concentraciones de nutrientes observadas en los arroyos, de los cuales preocupa especialmente la del arroyo Partido, son «consistentemente superiores» que en la marisma.
Irene Paredes, autora principal de este trabajo, ha señalado que “aunque la eutrofización es un proceso natural, cuando el exceso de nutrientes (nitrógeno y fósforo) proviene de actividades humanas se puede considerar una perturbación antrópica y, por lo tanto, un problema de calidad del agua que requiere de medidas de gestión adecuadas para reducirlo o eliminarlo”.
La autora explica que «el hecho de que las concentraciones de nutrientes observadas en los arroyos sean superiores que en la marisma tiene una relación directa con la proliferación de cultivos bajo plástico en los alrededores de Doñana durante las últimas décadas».
El equipo también detectó, mediante técnicas de teledetección, que el área cubierta por invernaderos en las cuencas vertientes a la marisma de Doñana había aumentado un 487% desde 1995 hasta 2016. «Los abonos están contaminando los arroyos, pero también lo están haciendo las aguas residuales de la población humana que reside en los alrededores de Doñana, porque una parte importante de esos aportes no están siendo tratados adecuadamente, incluyendo aquellos derivados de las personas que trabajan y viven temporalmente en los mismos cultivos», añade Irene Paredes.


Las conclusiones indican que la evolución futura del proceso de eutrofización en la marisma de Doñana y sus cuencas vertientes seguirá en aumento si no se toman medidas adecuadas y urgentes para reducir el impacto de las presiones humanas y la competencia por los recursos hídricos.
En este sentido, la investigadora recalca que «hay tramos de los arroyos que están demasiado contaminados para permitir la supervivencia de peces y otra fauna, y la marisma está funcionando como un filtro verde para depurar estas aguas».
En un contexto de cambio climático, donde las tendencias apuntan a una disminución de las precipitaciones y aumento de las temperaturas en la región Mediterránea, se espera que la presión ocasionada por las actividades humanas continúe acentuando los procesos locales de eutrofización.
En este sentido, la reducción y control de la eutrofización en este espacio natural requeriría, por un lado, de una mejora urgente de la gestión ambiental y de los recursos hídricos, que además tenga en cuenta los impactos potenciales del cambio climático y, por otro lado, de un cambio del modelo socio-económico actual a un modelo más sostenible para la conservación de la biodiversidad y funcionalidad de este emblemático humedal.