Una colonia de sinonóforos de 50 metros de largo, seguramente el organismo vivo flotante más largo jamás medido, ha sido grabado por una expedición marina emprendida por investigadores del Western Australian Museum a bordo del barco oceanográfico Falkov propiedad del Schmidt Ocean Institute una entidad australiana sin ánimo de lucro dedicada a la investigación marina desde 2009.
Los exploradores han documentado además 30 nuevas especies de todo tipo, nuevas para la ciencia o desconocidas para esa región del Índico. El hallazgo más llamativo en cuento a su espectacularidad es sin duda el gigantesco sinonóforo, cuyo vídeo ha llamado la atención en todo el mundo.
Se trata de un ser vivo emparentando con las medusas y que, como estas, tiene un cuerpo gelatinoso y se deja llevar por las corrientes. Los diminutos sinonóforos se autorreplican o clonan centenerares y miles de veces para formar colonias de muchos individuos, que se enlazan entre ellos para vagar por el mar. De modo que lo que los oceanógrafos han grabado no es un solo individuo, sino una agrupación de invertebrados del tamaño de una piscina olímpica.






Los gigantes del mar
Para hacerse una idea, el animal marino más grande, y del planeta, es la ballena azul (Balaenoptera musculus), que puede alcanzar los 30 metros. Hay otros gigantes aguas afuera. Por ejemplo, la medusa ártica (Cyanea capillata) conocida por la longitud de sus tentáculos, que pueden llegar a 30 metros. No obstante, esto engaña respecto a su tamaño. El volumen del cuerpo principal no pasa de los dos metros, pero sí se alargan hasta el infinito los filamentos.


Otro monstruo marino conocido por su tamaño es el calamar gigante (Architeuthis), un género de cefalópodo de las profundidades del que apenas nada se conoce. Han arribado a las playas ejemplares de 18 metros largo, aunque el 80% de esa longitud corresponde a los tentáculos.
Expedición en el Índico
La colonia gigante de sinonóforos ha sido grabado en el cañón de Ningaolo, situado en el océano Índico, frente a la costa noroeste australiana. El mar en esa parte del continente austral es muy profundo y está surcado por hondos cañones que descienden a cotas abisales.


En concreto, el cañón de Ningaloo tiene 4.500 metros de profundidad, similar al Range Canyon y al Cloates Canyon, que también fueron visitados. La expedición pasó un mes explorando la zona con ayuda de un robot submarino teleoperado, que completó 181 horas de inmersión. Junto al equipo autraliano participaban también expertos de la Scripps Institution of Oceanography, una entidad estadounidense de referencia en la investigación marina.


Durante la expedición se recolectaron los primeros hidroides gigantes en Australia, otro tipo de cnidario como las medusas y los sinonóforos , que forma colonias fijas al terreno. También se descubrieron grandes comunidades de esponjas de vidrio, y se observó por primera vez en Australia Occidental el calamar pulpo bioluminiscente de Taning, el pepino de mar de cola larga y varios otros moluscos y especies de langosta.


«Sospechábamos que estas áreas de aguas profundas serían diversas, pero nos sorprendió la importancia de lo que hemos visto», afirma Nerida Wilson, del Western Australian Museum y directora de la expedición.
La expedición es parte de una iniciativa puesta en marcha por Schmidt Ocean Institute para realizar una expedición de un año de duración con investigadores de todo el mundo. Cuentan para ello con el robot subacuático SuBastian, que permite explorar por primera vez cañones de aguas profundas y arrecifes de coral.


«Hay mucho que no sabemos sobre las profundidades del mar e innumerables especies nunca antes vistas», afirma Wendy Schmidt, cofundadora del Schmidt Ocean Institute. “Nuestro planeta está profundamente interconectado. Esta investigación es vital para avanzar en nuestra comprensión de esa conexión y la importancia de proteger estos ecosistemas frágiles. Los cañones de Ningaloo son solo una de las muchas maravillas submarinas que estamos a punto de descubrir y que nos pueden ayudar a comprender mejor nuestro planeta», añade.


«La exploración científica es vital para la gestión eficaz de nuestros parques marinos y estamos comprometidos a asociarnos con otras agencias para registrar y vigilar estos preciosos lugares», afirma James Findlay, director de Parques Nacionales de Australia, en una nota de prensa distribuida por el Schmidt Ocean Institute.
