Gran Canaria resurge de sus cenizas dos años después

Gran Canaria resurge de sus cenizas dos años después

Se cumple el segundo aniversario del gran incendio forestal iniciado en el parque de Tamadaba de la isla de Gran Canaria, pero gracias en parte a la concienciación ciudadana que ha espoleado la iniciativa Fénix se ha conseguido recuperar parte de lo quemado


Eran las cuatro de la tarde del 17 de agosto de 2019 cuando el fuego empezó a arrasar Gran Canaria. El incendio, que no se daría por por extinguido hasta 40 días después, afectó a 8 municipios y cerca de 9.200 personas tuvieron que ser evacuadas, además de cuantiosos daños materiales. Pero, sobre todo, las llamas consumieron cerca de 10.000 hectáreas en la isla, dejando un paisaje desolador y causando incalculables problemas medioambientales. Sin embargo, justo cuando se va a cumplir el segundo aniversario de esta tragedia natural, Gran Canaria parece estar por fin resurgiendo de sus cenizas, gracias en gran medida al Proyecto Fénix, una iniciativa ciudadana que mediante la concienciación y educación forestal preventiva ha permitido participar activamente a la sociedad local en la recuperación mediante acciones de huella positiva.

Pero volvamos dos años atrás. Aunque durante la extinción se contó con el mayor despliegue de medios movilizado en las islas hasta la fecha con cerca de 700 efectivos, la virulencia de las llamas provocó que durante ciertas fases del incendio no hubiera posibilidad de control. Y, en paralelo al incendio, se prendía otra llama aún más complicada de gestionar: el incendio social y en las Redes, donde se cruzaban impactantes imágenes, múltiples opiniones, bulos, aunque también mensajes de ánimo y solidaridad hacia los combatientes y la población evacuada.

Bomberos en el incendio que asoló Tamadaba en agosto de 2019.

Y es que tras siglos de deforestación en Gran Canaria, a partir de los años 50 se produjo una labor titánica de reforestación. Un proceso de recuperación del que han sido testigo hasta dos generaciones de isleños, creando una vinculación especial y un símbolo de orgullo para los isleños. Tal y como explican desde Fénix, se dice que la isla quizá no tenga los bosques más extensos comparándolo con el continente, pero desde luego son los más queridos.

Sin embargo, con la actual situación de calentamiento global y cambio de las condiciones meteorológicas la probabilidad de que vuelva a producirse un Gran Incendio Forestal (GIF) en la isla es muy alta. Y es precisamente en este contexto donde surge el Proyecto Fénix Gran Canaria como una iniciativa ciudadana en la que se invita a la población a participar activamente en la conservación de los bosques de la isla. La iniciativa se fundamenta en tres pilares: la libertad y responsabilidad individual; conocer para prevenir y conservar; y acercar a la ciudadanía al bosque.

 

Además, Fénix es un ejemplo de alianzas y colaboración: el proyecto no solo cuenta con el apoyo de entidades públicas como el Cabildo de Gran Canaria, sino que también ha habido entidades privadas como las compañías Fred Olsen Express, Ayagaures Medioambiente y La Obra Social La Caixa que han querido sumar su granito de arena. Pero, ¿qué acciones concretas ha emprendido este proyecto para complementar la recuperación de la biodiversidad de la isla?

«Tótems» para el seguimiento

Este proyecto simple e innovador promueve un nuevo modelo de participación ciudadana mediante una plataforma que combina soportes físicos y digitales que otorga mayor autonomía y practicidad. Para ello, entre otras iniciativas, el Proyecto Fénix instaló 16 “tótems” de madera ubicados a lo largo de senderos que cubren un 75% de la zona afectada y en los que se facilita a la población la toma y compartición de fotografías del estado de la vegetación.

Gracias a estos «tótems» y la participación ciudadana, durante los últimos dos año el Proyecto Fénix ha podido recopilar cerca de 3.000 imágenes y generado más de 500 publicaciones. Con un impacto superior a 2 millones de impresiones en Redes Sociales se ha convertido en referente tanto en Canarias como el resto del Territorio Nacional en lo que respecta a comunicación ambiental y la conservación de los bosques.

Periódicamente se ha ido compartiendo en redes sociales el proceso de recuperación de la vegetación tras el incendio, al mismo tiempo que se introducía a otro tipo de contenidos relacionados con las características medioambientales de Canarias o el riesgo de desertificación provocado por el cambio climático y/o la mala gestión del territorio.

Como resumen del seguimiento, se constata que el pinar maduro de pino canario ha sido capaz de reponerse gracias a su capacidad de rebrote y colonización tras el paso del fuego. Sin embargo, en otras zonas pobladas con pino insigne, una especie no autóctona sin capacidad para resistir al fuego, los ejemplares muertos fueron talados y sustituidos por repoblaciones de pino canario y monteverde. Ciertos ejemplares se han optado por mantener en pie al cumplir una importante función ecológica como sustrato para hongos e insectos descomponedores.

«Desde Fénix percibimos que la sociedad de hoy en día muestra un creciente interés hacia los retos ambientales futuros si bien es necesario extender el mismo al conjunto de toda la sociedad», explican en la página web del proyecto. Para ello, «es necesario mejorar las relaciones entre los gestores públicos y la sociedad administración, pero también es necesario recuperar y crear un mayor vínculo entre ciudadanos y el bosque«, apuntan.



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