Los osos cavernarios (Ursus spelaeus) perdieron la competición con los humanos por el territorio y los recursos y empezaron a extinguirse hace 40.000 años coincidiendo con la expansión del hombre en Europa



Los seres humanos jugaron un papel importante en la extinción de los osos cavernarios europeos (Ursus spelaeus) al final de la última edad de hielo, al competir por los mismos espacios habitables y cazarlos, según ha confirmado un estudio del Instituto de Medicina Evolutiva de la Universidad de Zurich.
«La disminución drástica de la población de osos cavernarios comenzó hace unos 40.000 años y coincidió con la propagación de humanos anatómicamente modernos en Europa», señala Verena Schünemann, del Instituto de Medicina Evolutiva de la Universidad de Zurich.


«Los humanos competían cada vez más con los osos de las cavernas, reclamando algunas de las cuevas en el hábitat de los osos y también cazando a los animales» tal y como muestran los hallazgos arqueológicos que apuntan a que los osos fueron asesinados y utilizados.
El clima de enfriamiento y la posterior reducción de la disponibilidad de alimentos de las plantas pudieron haber fragmentado la población general de osos en varias subpoblaciones que habitaban hábitats pequeños con climas más moderados y un rico suministro de diferentes plantas.
Al interrumpir la conectividad entre estas subpoblaciones, los humanos habrían jugado un papel decisivo en la extinción de la especie.
Para llegar a estas conclusiones el equipo investigador reconstruyó 59 genomas mitocondriales de osos cavernarios a partir de muestras de hueso recolectadas en 14 puntos de Polonia, Francia, España, Alemania, Italia y Serbia.
Estos huesos también se encontraron en Suiza, en una cueva cerca de Charmey en la región prealpina del cantón de Friburgo, lo que demuestra que los osos de las cavernas usaron este lugar para hibernar y criar a sus cachorros.«Nuestros datos sugieren que la distribución de los osos de las cavernas durante la última glaciación fue mucho más compleja de lo que se suponía anteriormente», explica en un comunicado Verena Schünemann, última autora del estudio.
Los investigadores elaboraron una especie de árbol genealógico de osos de las cavernas en Europa: identificaron cinco linajes principales de ADN mitocondrial que se originaron de un antepasado común hace unos 451.000 años y se dispersaron por toda Europa.
El estudio estima que las poblaciones de osos cavernarios permanecieron relativamente estables hasta hace unos 40.000 años, incluso durante dos períodos fríos y múltiples eventos de enfriamiento.
Como el clima de enfriamiento de la última edad de hielo comenzó mucho más tarde, hace unos 30.000 años, estos hallazgos sugieren que otros factores, como la caza por humanos, pueden haber tenido un gran impacto en la población de osos cavernarios hasta su extinción.
