Las imágenes satelitales de alta resolución pueden ser una alternativa rentable a los estudios aéreos para una evaluación futura del alcance de los eventos de varamientos masivos de ballenas, especialmente en áreas remotas e inaccesibles



En 2015, se registró un extraño suceso en la Patagonia chilena, cuando en una expedición liderada por la Doctora Vreni Häussermann, bióloga y directora del Centro Científico Huinay, perteneciente a la Fundación San Ignacio del Huinay, encontró muertas a 337 ballenas barbadas (Balaenoptera edenien) distintas playas de la Patagonia Central.
Fue ese evento el que motivó a los científicos a realizar estudios para encontrar una manera más eficiente de detectar las mortandades de estos mamíferos, una de ellas es el uso de imágenes satelitales.


El sur de Chile tiene un complejo borde costero, con un clima hostil que dificulta el poder detectar estas mortandades a través de investigaciones realizadas de modo tradicional, por esto se hizo urgente para el mundo científico el contar con un método más eficiente en costo y tiempo.
La British Antartic Survey (BAS), entidad del Reino Unido que tiene como misión efectuar estudios en la Antártica, informó mediante una publicación científica en la Revista PLOS que existe una nueva técnica para trabajar este tipo de eventos, mediante el uso de imágenes satelitales de alta resolución que buscan obtener información sobre futuros varamientos en forma rápida y eficiente.
“Con estas fotos, uno puede vigilar, para estar al tanto de otros eventos. Esta especie de ballena está en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, clasificada como en peligro de extinción, así que es una preocupación mayor. En 2015, pedimos una imagen satelital y la evaluamos en forma manual. Ahora, tenemos una oportunidad muy grande, al poder monitorear qué pasará en los próximos años, especialmente en año de El Niño, esto evitará tener que desplazarse hasta el lugar del hallazgo, ya sea en barco o avión, lo que sale carísimo y es un esfuerzo logístico mayor”, afirma la doctora Häussermann.
Marea roja
“Las ballenas con barbas son individualistas, cada una hace lo suyo, sin preocuparse de las otras. Si se encuentra una cerca de otra es porque hay mucha comida. No es típico que mueran en grupos grandes, así que esto fue algo único”, precisa la científica de la Fundación San Ignacio del Huinay, quien atribuyó a la “marea roja” la principal causa de este evento, con la presencia de algas tóxicas que cada vez son más intensas a raíz del cambio climático. El aumento de la sequía y la radiación elevada hacen que ingrese menos agua dulce en los fiordos, dejando agua salada superficial que facilita la aparición de la marea roja y perjudica a la fauna marina.
Este año, Chile será el anfitrión de la COP25 y uno de sus temas principales será el cuidado de los océanos y la Antártica. Para Vreni Häussermann, la conciencia medioambiental en el país está recién desarrollándose y aún hay muchas personas que culpan a terceros, sin sentir responsabilidad en cuanto a la preservación y cuidado de nuestros mares.
“Necesitamos áreas marinas protegidas en todas las regiones del país para conservar los océanos para las futuras generaciones. Desde hace décadas, sabemos del efecto negativo del cambio climático. Si hubiéramos empezado a actuar en este tiempo, habría sido más fácil, pero ahora es necesario hacer esfuerzos mayores. Esta es una situación inédita, que requiere medidas sin precedentes. Todos tendremos que participar en este cambio» concluye Häussermann, bióloga y directora del Centro Científico Huinay.