España alcanza un récord de áreas protegidas en 2020

España alcanza un récord de áreas protegidas en 2020

El Gobierno ha presentado el primer Informe sexenal sobre el estado del Patrimonio Natural, que ofrece una radiografía de las tendencias de biodiversidad en nuestro país que, si bien registra progresos, aún tiene que ser integrada en las políticas sectoriales para alcanzar los objetivos


La gran diversidad natural de España ha permitido a nuestro país aglutinar el 56% de los tipos de hábitat de interés comunitario identificados en la Directiva Hábitat, desde bosques hiperhúmedos a desiertos, pasando por matorrales preestépicos, o estepas cerealistas de origen antrópico.

Para avanzar en el conocimiento de cada uno de ellos, el Inventario Español de Hábitats Terrestres y el Inventario Español de Hábitats Marinos ofrece un catálogo en el que se exponen la variedad, singularidad y estado de conservación de los ecosistemas naturales y seminaturales presentes en España, con especial atención a los que precisan medidas específicas de conservación o hayan sido declarados de interés comunitario.

Según el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco), este informe se lleva elaborando desde el 2009, fecha de implantación del Inventario Español del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (IEPNB), siendo el más reciente de ellos el presentado ayer durante el Consejo de Ministros.

La elaboración de este informe ha servido también de reflexión sobre la necesidad de fortalecer la integración de la información disponible en diferentes centros directivos así como la inclusión de nuevas temáticas, que permitan evaluar de forma integrada los diferentes componentes del patrimonio natural así como sus presiones y amenazas, de tal manera que el IEPNB pueda ir adaptándose a los nuevos retos que se plantean como los vinculados al Pacto Verde Europeo y a la Estrategia Europea de Biodiversidad para 2030.

En este primer Informe sexenal sobre el estado del Patrimonio Natural quedan recogidos los avances que se han realizado en España en materia de protección y conservación durante los últimos seis años, “un trabajo que ha supuesto un enorme esfuerzo de sistematización”, de acuerdo con el Miteco.

Aunque señala que “también ha permitido constatar la falta de información sobre determinados grupos taxonómicos, como invertebrados, briofitos y hongos, así como de muchas especies marinas”.

Por ejemplo, entre sus líneas se destaca que la superficie terrestre y marina protegida han pasado de representar desde el 2009 el 31% y el 1% de la superficie total del país, a hacerlo con un 36,2% y el 12,3%, respectivamente, el 31 de diciembre de 2020.

“Se da así cumplimiento a la meta de Aichi del Convenio de Diversidad Biológica en lo que respecta a áreas protegidas”, señalan en un comunicado.

Del mismo modo, recoge las numerosas actuaciones de conservación y restauración enmarcadas dentro de los correspondientes planes y estrategias desarrolladas en los últimos años. Como resultado de todo ello se han conseguido éxitos en la conservación de muchas especies emblemáticas, caso del águila imperial ibérica (con apenas unas decenas de parejas en los años 70 hasta las 520 parejas censadas en 2017); el quebrantahuesos (de 22 parejas en 1982 a 133 en 2018, con reintroducción exitosa en los Picos de Europa y en la Sierra de Cazorla); el oso pardo (de unos 100-120 ejemplares en 1989 a unos 310-350 en 2018) o el lince ibérico, que a finales de 2020 superó el umbral de los 1.100 ejemplares registrados.

No obstante, desde el Miteco enfatizan que “es necesario seguir actuando” para reducir las presiones sobre la biodiversidad, que también se han incrementado en el último sexenio, ya sea por los cambios en la ocupación de suelo, la sobreexplotación de especies, la proliferación de especies invasoras o la contaminación.

Incendios y desertificación

Para el Miteco, los incendios constituyen el principal elemento de degradación de los ecosistemas forestales, a pesar del aumento en la eficacia de la gestión de incendios ha contrarrestado su impacto. Por este motivo, el informe ofrece datos relacionado con ellos.

riesgo extremo
Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias realizan labores de extinción en el incendio que ha quemado 1.000 hectáreas en el ayuntamiento de Cualedro (Ourense) | EFE / Brais Lorenzo

En este sentido, los resultados de las Redes de Daños Forestales muestran que el estado general del arbolado experimenta un proceso de retroceso, disminuyendo el porcentaje de árboles sanos, siendo daños asociados con causas abióticos los mayoritarios, principalmente los daños atribuidos a sequía.

Asimismo, revela que el porcentaje de superficie forestal que cuenta con un instrumento de ordenación aprobado ha pasado de aproximadamente un 10% en 2009 a casi un 20% en 2019, constituyendo un avance significativo, pero con cifras aún inferiores a las necesarias.

Los esfuerzos en el seguimiento de los procesos erosivos han culminado en este sexenio con la reciente finalización del Inventario Nacional de Erosión de Suelos

Si bien el informe tiene un ámbito sexenal, recoge los frutos de décadas de trabajo en líneas tan relevantes como los programas de conservación y mejora de recursos genéticos forestales. Cabe destacar el Programa español de conservación y mejora de los recursos genéticos de los olmos ibéricos, y la obtención de individuos resistentes a la grafiosis, iniciado en 1986.

Desde 2014 se han suministrado más de 50.000 olmos para recuperar las olmedas naturales perdidas y para su plantación en el medio urbano, donde el olmo está recuperando el papel de acompañar a sus habitantes proporcionando su sombra y su belleza en plazas y paseos.

Por otra parte, informa que el problema de la desertificación ha adquirido una enorme relevancia en España, siendo el país de la UE donde este riesgo es mayor. En España, un 18 % del territorio se encuentra bajo riesgo alto o muy alto de desertificación.

Integrar la protección

Para el Miteco, el primer Informe sexenal representa un importante avance en el grado de conocimiento sobre nuestro medio natural de que disponemos. No obstante, ven imprescindible seguir mejorando y profundizar sobre sus distintos componentes para neutralizar amenazas e integrar de forma efectiva la protección de todo ese patrimonio natural en las distintas políticas sectoriales.

El lince ibérico es uno de los grandes beneficiados por los programas de protección

Por ello, ven preciso continuar con el desarrollo del IEPNB e impulsar un sistema de información que permita integrar toda la información en base a unos estándares que posibiliten la difusión y reutilización de ese sistema por parte de los diferentes actores sociales.

También creen que se deberá seguir potenciando y ampliando un sistema de indicadores a escala nacional, que posibilite el seguimiento continuado del estado de conservación y tendencias de la biodiversidad y del patrimonio natural en España, así como de sus presiones y amenazas.

Aprobado un nuevo plan para Área Marina Protegida y la Zona Especial de Conservación “El Cachucho"

El Cachucho es una gran montaña submarina que se eleva desde los más de cuatro mil metros de profundidad de la llanura abisal del golfo de Vizcaya hasta los 425 metros sobre el nivel del mar. Su cumbre se localiza frente a Ribadesella (Asturias), a 65 kilómetros de la costa.

Este espacio marino es un ecosistema de gran importancia en nuestro país, pues alberga una gran variedad de hábitats y especies protegidas por diversas directivas europeas y convenios internacionales, como el Convenio para la protección del medio ambiente marino del Atlántico nordeste (Convenio OSPAR). Algunas de las especies más emblemáticas que se pueden encontrar en este territorio son la tortuga boba (Caretta caretta) o el delfín mular (Tursiops truncatus).

Por estos motivos, el Consejo de Ministros, a propuesta del Miteco, ha aprobado hoy el Real Decreto que regula y amplía el Área Marina Protegida y la Zona Especial de Conservación  «El Cachucho», uno de los espacios marinos con mayor riqueza natural de nuestros mares. En concreto, se ha incrementado en 26.714 hectáreas su área inicial, dejando un total de 261.664 hectáreas protegidas, y se ha actualizado la regulación de usos y actividades de la zona.

España cuenta actualmente con algo más del 12% de superficie marina bajo alguna figura de protección. Con la aprobación de este nuevo plan de gestión y la ampliación del espacio protegido se avanza hacia el objetivo establecido en la Estrategia de la Unión Europea sobre Biodiversidad de contar con un 30% de superficie marina protegida a más tardar en el año 2030.



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