Varias embarcaciones han zarpado desde Japón para iniciar una temporada de caza de ballenas que ha suscitado diversas críticas. De este modo, se culmina el proceso iniciado por el país asiático tras su abandono de la Comisión Ballenera Internacional



Japón ha dado comienzo a la temporada de caza de ballenas en sus aguas tras más de tres décadas de suspensión. En total, el gobierno nipón ha establecido una cuota de 227 cetáceos, según ha informado el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca (MAFF, por sus siglas en inglés).
El inicio de la temporada ha estado marcado por la salida de dos barcos balleneros y un buque-factoría que han zarpado desde el puerto de Shimonoseki, en la costa oriental de Japón. Allí han sido despedidos por los vecinos, autoridades locales y nacionales, quienes han organizado una ceremonia para desear suerte a los pescadores. Además de estos, otros cinco pesqueros partieron desde Kushiro, en la isla septentrional de Hokkaido.
Todos ellos tendrán permiso para cazar en las aguas territoriales y en la zona económica exclusiva de Japón hasta finales de año. Las capturas estarán repartidas, según la Agencia Pesquera de Japón, en 52 rorcuales aliblancos o Minke (Balaenoptera acutorostrata), 150 rorcuales de Bryde (Balaenoptera edeni) y 25 rorcuales boreales (Balaenoptera borealis).
El ejecutivo nipón ha decidido fijar esos límites con el objetivo de garantizar «el uso sostenible de recursos marinos» y según «criterios científicos», según han comentado altos funcionarios gubernamentales en una rueda de prensa.


«A partir de hoy, me gustaría que los balleneros realizaran la captura observando la cuota y buscando revitalizar la industria ballenera«, ha indicado el titular de Pesca, Takamori Yoshikawa, citado por la agencia Kiodo.
Por otro lado, y para desviar las críticas recibidas, las autoridades japonesas han difundido datos atribuidos a la Comisión Ballenera Internacional (CBI) donde se exponen que la ballena Minke tiene una población de 20.513 ejemplares, de la rorcual Bryde se sitúa en los 34.473 y de la rorcual común sería de 34.718.
Abandono de la comisión para cazar ballenas
La inauguración de esta temporada de caza no ha comenzado hoy, sino que esta se inició en diciembre del año pasado tras la retirada de Japón de la Comisión Ballenera Internacional .
El país asiático era miembro de la CBI desde el 21 de abril de 1951 y desde 1982 ha estado respetando las directrices de la moratoria en la caza comercial de la ballena. Cabe destacar, no obstante, que Japón continuó con la caza de los cetáceos, aunque con fines científicos.
Gracias a esas prohibiciones, consumo de la carne de ballenas en Japón se redujo de unas 233.000 toneladas anules en 1962 (el equivalente de unos 2,4 kilos per cápita) a unas 5.000 toneladas en los años recientes, según las estadísticas oficiales.
Tras la propuesta de Japón ante la CBI por crear un comité de caza sostenible y su posterior rechazo, Tokio sugirió su abandono del foro. Debido a esa decisión, «Japón se convirtió en una nación ballenera pirata que mata a estos leviatanes del océano completamente fuera de los límites del derecho internacional», tal y como afirmó en aquel momento la presidenta de la organización, Kitty Block.
Con su salida y con la actual puesta en marcha de la temporada de caza, Japón se une a otras naciones que anteriormente se han retirado de esa institución. Canadá, por ejemplo, abandonó esa comisión en 1982 por disconformidad con los métodos para definir la moratoria y no tener intereses en la industria ballenera, después de prohibir en 1972 la caza de esos cetáceos.
