Las serpientes exóticas invaden Baleares y Gran Canaria

Las serpientes exóticas invaden Formentera, Ibiza y Gran Canaria

Diversos tipos de ofidios han llegado a Baleares y Canarias. Introducidos por coleccionistas o como polizones en envíos de flora, los reptiles foráneos se multiplican Canarias y Baleares, atacando a la fauna autóctona. Cientos de ejemplares se capturan cada año en las tareas de control que realizan los gobiernos insulares


Un olivo ornamental vendido a precio de oro, pero por mucho menos de lo que vale de verdad un árbol de cientos de años. Ahí arranca todo.

Alguien, en algún lugar de la península, desentierra un añoso ejemplar con ayuda de una grúa, pone un protector de escayola sobre el cepellón de raíces y vende el árbol cargado de historia a alguien que no tiene tiempo ni paciencia para esperar.

Los diseños de jardines y de urbanizaciones tienen que quedar como están pintados en el AutoCad, el programa básico de diseño de arquitectos y paisajistas: “Aquí van las casas, aquí la piscina y aquí un árbol”, dice el artista. Y pinta un palo con una bola redonda. Queda muy bien en el plano, pero luego hay que poner el árbol. Y lo más fácil es arrancarlo de otros sitios.

Así es como las culebras han llegado a Formentera y a Ibiza, dos islas baleares donde no las ha habido durante milenios. Desde entonces están proliferando por miles y causando un impacto sin precedentes en la fauna pitiusa.

Ejemplar de culebra de escalera. | Crédito: Benny Trapp

Escondidos en el laberinto de los troncos de los olivos, los ofidios pasaban el invierno, como suelen hacer especies ibéricas como la culebra de escalera (Zamenis scalaris) y la culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis). Ambas son propias de la península Ibérica, pero aterrizaron hace una década en los ecosistemas baleares, donde no se las conocía, causando graves perturbaciones biológicas.

En Baleares, desde 2016, se han capturado 5.081 culebras de escalera y de herradura
En los últimos años, los responsables de la gestión del medio natural en las islas Baleares llevan un combate continuo para contener la invasión de culebras en las islas. Sin saberlo, durante su sueño, alguien las arrancó de su terruño y las hizo llegar a una tierra nueva. Tierra de promisión para las culebras. Sin depredadores y llena de pequeñas presas de las que alimentarse. Han encontrado un paraíso tan grato para ellas como para los miles de turistas que pasan el verano en la isla. Buen tiempo y todo a su favor.

Las serpientes introducidas depredan sobre la lagartija autóctona del territorio (Podarcis pityusensis), una especie que sólo habita en las islas, y también sobre pollos de perdiz y crías de conejo, lo que ha llevado a que la Federación Balear de caza colabore con el Govern autonómico en la captura de reptiles invasores mediante trampas.

Según explicaba hace escasos días el director general de Espacios Naturales y Biodiversidad de Baleares, la campaña de 2019 se cerró con la captura de 1.303 serpientes, un 14,8%.

Una culebra de herradura. | Crédito: R. Altenkamp

Para capturar a estos ejemplares, se han invertido 90.907 días de trampeo, un 8,53% más que en 2018. Como día de trampeo se define el mantenimiento de una jaula activa en el campo durante 24 horas.

En Formentera se han capturado 482 serpientes y, en Ibiza, 875. En total, en las cuatro campañas que se han realizado desde 2016, se han capturado 5.081 serpientes, repartidas prácticamente a partes iguales entre las dos islas pitiusas.

El rendimiento mantiene una tendencia decreciente desde 2016, año de inicio de la campaña de capturas, señalan las autoridades de la comunidad. Esto se interpreta como un indicativo de la pérdida de intensidad de la presencia de serpientes en la isla y permite pensar que es viable la erradicación a medio plazo, añaden fuentes de la Consejería.

Serpientes de California en Gran Canaria

No solo Baleares está afectada por las especies invasoras de serpientes. En el otro archipiélago, el canario, hace tiempo que se libra una guerra sin cuartel contra una serpiente cuya presencia es todavía más excéntrica.

Si en el caso de Baleares hablamos de especies que son habituales de la Península, la isla de Gran Canaria lucha contra una serpiente norteamericana, una especie blanca y negra de hasta metro y medio de longitud que viene de los desiertos del suroeste de EEUU y del norte de México. El mismo reseco terreno donde habita la serpiente de cascabel.

En este caso no es el venenoso crótalo, sino la serpiente real de California (Lampropeltis californiae) que es de las preferidas por los coleccionistas de ofidios exóticos. Un día, en algún sitio de Gran Canaria, alguien liberó o dejó escapar un ejemplar desde algún terrario. Desde entonces, la serpiente real se ha apoderado de cada vez más territorios de la isla, algunas de cuyas zonas tienen condiciones muy parecidas de terreno y clima a las de su punto de origen.

El primer ejemplar se localizó en 1998 en el Este de la isla. Y desde entonces los avistamientos han pasado de ser esporádicos a continuos. Cada año se capturan del orden de 400 ejemplares, y los expertos tienen claro que la especie se ha establecido y se reproduce de forma habitual en el territorio insular. Las culebras tienen dos focos concretos de dispersión, uno muy amplio, en el centro y este de la isla, en torno al municipio de Telde, terreno de bancales y cultivos y muy habitado, y otro en torno a un monumento natural al norte, en la localidad de Gáldar.

Esta dispersión tan concreta avala la tesis de que las serpientes vienen de liberaciones concretas, al menos dos, llevadas a cabo en años anteriores. Otro dato curioso: en la zona de Telde se encuentran numerosos ejemplares albinos, una variación natural de color que se da muy pocas veces en la naturaleza. Se cree por tanto que esta población proviene de algún raro ejemplar albino que algún coleccionista dejó escapar.

Efecto sobre el ecosistema

El problema es que las islas Canarias, cuya fauna ha evolucionado aislada desde hace millones de años, no está preparada para hacer frente a este terrible depredador, que carece de veneno, pero asfixia a sus víctimas con un abrazo mortal. Es, como las pitones, una especie constrictora, un poco más pequeña, pero no diminuta. Hablamos de un animal de metro y medio.

En Canarias se lleva a cabo un proyecto LIFE cofinanciado por la UE, el Cabildo de Gran Canaria y la Consejería de Transición Ecológica del Ejecutivo regional para luchar contra esta especie invasora, que amenaza la culebra real californiana amenaza con fuerza a especies endémicas de interés como la lisa, el perenquén y el lagarto gigante, todos ellos reptiles únicos del archipiélago que se han convertido en la presa preferida de la serpiente invasora.

Estos reptiles autóctonos, explican los técnicos del proyecto LIFE, tienen una función muy importante en el ecosistema canario. Por un lado, son grandes depredadores de insectos e invertebrados, por lo que ayudan a contener plagas agrícolas. Al desaparecer las lisas, perenquenes y lagartos, los insectos crecen sin control. Por otra parte, hay más de 50 plantas exclusivas de Canarias que dependen de estos reptiles para su diseminación, ya que los lagartos comen sus frutos y distribuyen las semillas por todo el territorio.

 

Ninguna de las funciones que desarrollan los reptiles autóctonos canarios es llevada a cabo por la serpiente real de California, que amenaza con causar un destrozo grave en el equilibrio biológico de la isla.

De hecho, las islas son laboratorios naturales para comprender hasta qué punto son disruptivas las invasiones biológicas. Y las serpientes son un protagonista destacados de estas. Es muy conocido lo ocurrido en la isla de Guam, en el Pacífico, donde después de la Segunda Guerra Mundial fue introducido un tipo de serpiente arborícola. Desde entonces, el ofidio ha extinguido a una docena de especies de aves que eran exclusivas de la isla. Estas, a su vez, eran las que dispersaban las semillas de los árboles autóctonos, lo que está causando también la desaparición del bosque de la isla.

¿Puede ocurrir algo similar en Gran Canaria? Para evitarlo lucha el gobierno insular y el autonómico.  Según anunciaba la semana pasada el Gobierno canario, las capturas de culebra real californiana han superado los 850 ejemplares en lo que va de año en Gran Canaria, lo que equivale al número total de ejemplares detectados en todo 2016.

El Plan Estratégico de lucha contra la invasión de esta serpiente, aprobado en 2018 y con una duración de cuatro años (2019-2022) considera que la serpiente real de California podría ser una de las especies invasoras más dañinas del archipiélago.

Las invasoras amenazan la biodiversidad

Las invasiones biológicas se consideran por los científicos como una de las grandes causas de pérdida de diversidad de especies en el mundo. Para los científicos hay actualmente cinco grandes motores de extinción que resumen con el acrónimo HIPPO, por las palabras en inglés de los frentes abiertos (Habitat destruction; Invasive species; Pollution; Population; Overharvesting).

Es decir, destrucción del hábitat, introducción de especies invasoras, polución, exceso de población humana y alto consumo de recursos y de caza.

La introducción de flora y fauna exótica es, por tanto, una de las cinco causas más graves de pérdida de biodiversidad

 



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