En la sierra zamorana de la Culebra, han ardido 56.000 hectáreas este verano, casi la mitad de este inhóspito territorio. El lobo, el gran depredador de este territorio, ha vuelto, y limpia de carroña y ejemplares heridos de herbívoros este terreno lastimado por el fuego



Con los dos incendios que han arrasado más de 56.000 hectáreas de la Sierra de la Culebra y las comarcas zamoranas del entorno, aún por calmar del todo, el lobo ibérico ya ha regresado a la zona quemada para ejercer su papel de policía sanitario en ese territorio que forma parte de la Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica.
El incendio, que arrasó el 40% de la reserva de caza de la Sierra de la Culebra, afectó de lleno a cuatro manadas que probablemente han perdido algunos cachorros en su huida de las llamas, pero que ya han vuelto a su área habitual de caza.
El director del Centro del Lobo Ibérico de Castilla y León Félix Rodríguez de la Fuente y jefe de Espacios Naturales, Flora y Fauna del servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Zamora, Jesús Palacios, ha indicado a Efe que celadores y agentes medioambientales han constatado ese regreso del lobo.


También explica Jesús Palacios la importante función que llevan a cabo el cánido salvaje y otros animales tras el incendio, como zorros, buitres y águilas, que devoran los cadáveres de los ejemplares de fauna que no lograron escapar del fuego a tiempo.
La labor de policía sanitaria del lobo le permite además cazar ejemplares de, por ejemplo, corzos o ciervos que, aunque sobrevivieron al incendio, sufrieron quemaduras en sus extremidades inferiores que les han provocado problemas de movilidad.
La vasta zona quemada «poco a poco se está llenando de vida», asegura Jesús Palacios, jefe de Espacios Naturales, Flora y Fauna de la Junta de Castilla y León
Se trata de ejemplares a los que las heridas les han causado infección y fiebre, por lo que cuando el lobo les acecha, no tienen fuerza ni movilidad suficiente para huir y es ahí donde el cánido ejerce una vez más su papel de selección natural de los ejemplares más débiles.
Los corzos y ciervos, otras de las especies emblemáticas de la sierra de la Culebra, también han regresado a tierra quemada y son alimentados tras el incendio con paja distribuida por lugares estratégicos por los celadores de la reserva.
Ese aporte alimenticio es necesario para los herbívoros de la zona hasta que las lluvias del otoño generalicen el rebrote de herbáceas. La vuelta a la vida en la sierra de la Culebra se manifiesta igualmente en otras especies animales que han vuelto tras el éxodo forzado.
La vasta zona quemada «poco a poco se está llenando de vida», asegura Jesús Palacios, que ha detallado que ya han comenzado a verse los pequeños pájaros que suelen ser los primeros en llegar tras un incendio.


«El lobo ejerce su papel de selección natural de los ejemplares más débiles tras el incendio»
«Carboneros garrapinos, pinzones, mirlos o arrendajos ya están colonizando el territorio a pesar de que aquello parece un paisaje lunar», ha detallado el responsable autonómico.
Jesús Palacios precisa que el fuego ha afectado al 40% de la Sierra de la Culebra, aunque no ha llegado al extremo en el que se ubica el Centro del Lobo Ibérico Félix Rodríguez de la Fuente, en Robledo, un anejo del municipio zamorano de Puebla de Sanabria.
Hasta ese centro, en el que viven en grandes cercados 14 lobos que el público puede observar en su hábitat desde miradores, no han llegado ejemplares heridos para su recuperación pero sí lo han hecho otros años lobeznos rescatados tras grandes incendios.
Fue el caso de Brasa, encontrada tras el incendio de Castrocontrigo (León) de 2012 y que fue de los primeros ejemplares en llegar al Centro del Lobo tras su inauguración en 2015, o de Latedo, un lobezno que adoptó el nombre de la localidad zamorana en la que se originó un gran incendio de 2016, en el que fue encontrado con quemaduras en las almohadillas de sus patas.
En ese último caso, la historia no tuvo un final feliz, ya que Latedo, tras pasar un tiempo en el Centro del Lobo hasta recuperarse de las quemaduras, fue soltado en libertad pero semanas después apareció muerto apaleado.