En un contexto en el que las sequías se van a agudizar en un futuro, un equipo de investigadores ha descubierto que los estanques de agua podrán servir como refugios para los salmones coho, en peligro de extinción, cuando el calor seque los arroyos



El salmón coho (Oncorhynchus kisutch) es uno de los 28 salmónidos enumerados a nivel federal por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) en la costa oeste de los Estados Unidos. Abundantes en pasado, estos peces apoyaron la pesca nativa, recreativa y comercial. Sin embargo, ahora la situación es totalmente distinta.
A finales de la década de los 90, las poblaciones de salmón coho se redujeron drásticamente como consecuencia de la explotación humana indiscriminada de sus hábitats y fenómenos extremos, como las sequías. A partir de ese momento, quedaron recluidos en el río Ruso y el arroyo Scott, al borde de la extinción.
Se proyecta que el cambio climático conducirá a sequías más frecuentes y severas en California. Como consecuencia, muchos de los arroyos de la región se secarán
Una de las preguntas que los investigadores se han realizado durante los últimos años ha sido hasta qué punto la fragmentación del hábitat causada por una sequía más severa amenaza la supervivencia del salmón, y cuánta agua se necesita para mantener a la población de salmón durante los meses secos del verano.
Antiguos estudios señalaban que los grandes y pequeños estanques podían servir como reductos para mantener vivos al salmón, al presentarse como zonas aptas para la vida de este pez y por su capacidad de recargar los ríos que se secaban durante los meses cálidos.
Ahora, una investigación realizada por científicos de la Universidad de California reafirma esos datos y destacan que los estanques podrán servir como refugios durante las épocas de sequía, marcando así la diferencia entre la vida y la muerte de estos peces.“Incluso durante las temporadas de sequía más extremas, la supervivencia en verano en ciertos lugares fue similar a que nos podíamos encontrar un año sin sequía, dando a entender que muchas de las balsas de agua actúan como potenciales refugios”, señala Ross Vander Vorste, autor del estudio.
«En la mayoría de los casos, mientras persistiera el agua de las lagunas durante el verano, el salmón pudo sobrevivir. Aunque registramos zonas donde hubo cierta mortalidad, como norma general, estos lugares actuaron como refugio”, añade el científico.
Para poder llegar a estas conclusiones, el equipo rastreó cerca de 20.000 salmones situados en el condado de Sonoma, California, entre los años 2011 y 2017, y analizó en ellos su forma de vida, sobre todo, en los periodos cálidos.
Para los científicos, este estudio abre una nueva ventana a la conservación de estos animales, principalmente en un futuro destinado a experimentar mayores periodos de sequías más extremas.
“Es imperativo que estas balsas de agua que sirven como refugio para los salmones se mantengan en unas condiciones aptas para que se favorezca la supervivencia de estas especies en peligro. Esto nos da esperanza para que existan hábitats en el futuro que protejan a los salmones”, argumenta Ross Vander Vorste.
Además, el autor indica que, gracias a sus datos, se podrá ayudar a las administraciones competentes a elaborar estrategias de conservación en las que se prioricen las áreas donde se encuentran estas lagunas.
“La sequía no solo afectará al río Ruso, sino que también impactará a los arroyos y ríos de la costa oeste y del mundo. Identificar los factores ambientales que limitan la supervivencia del salmón durante esos períodos es un hallazgo.
