Millones de españoles están recluidos desde hace ya ocho semanas en casa. La gran mayoría cumpliendo con las normas del estado de alarma y aplicando las medidas de protección sanitaria. Las fuerzas del orden, no obstante, han abierto cientos de miles de expedientes contra individuos que se han saltado en estos días las estrictas normas de confinamiento.
La inmensa mayoría de esas denuncias han ocurrido en los entornos urbanos, pero son especialmente llamativas las que se han dado en entornos rurales e incluso en espacios protegidos como parques nacionales y parques naturales, por lo que supone de distancia de desplazamiento, logística y atrevimiento en un contexto donde la movilidad está especialmente restringida.


Durante el estado de alarma, los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil «han seguido trabajando intensamente para detectar todo tipo de delitos ambientales», así como el maltrato animal, la pesca ilegal, el furtivismo o los vertidos de residuos, afirma la sargento Ana Prieto en declaraciones que recoge Sagrario Ortega para la agencia Efe.
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Pero al mismo tiempo, son muchas las operaciones contra furtivos que el Seprona y las guarderías autonómicas han realizado estos días. El marco de actuación abarca desde la caza con galgos a la colocación de cepos, el rececho nocturno de corzos en parques naturales, el tráfico de angulas o el marisqueo ilegal.
En El Ágora hemos hecho un resumen de las noticias llegadas a nuestra redacción en los últimos días. Hay que considerar que el furtivismo, es decir, la práctica cinegética o la recolección de productos silvestres fuera de temporada o de especies no permitidas, es un delito contemplado en nuestro ordenamiento jurídico.
Entre los primeros detractores de estas prácticas ilegales están los propios cazadores. En ese sentido, las federaciones de caza, que representan a 700.000 personas con licencia en España y animan una actividad que mueve miles de millones de euros en el medio rural español, son las primeras en denostar estas prácticas ajenas a las normas, por entender que perjudican la imagen de esta actividad.
1. Corzos en Navarra
Un detenido por cazar corzos en el paraje de Artikutza (Navarra), un espacio protegido propiedad del ayuntamiento de San Sebastián. La Ertzaintza lo detuvo de noche cuando ya había abatido uno, informa Efe.


2. Angulas en Tarragona
Esta misma semana, agentes del Seprona aprehendieron cerca de 100.000 ejemplares de angula en el Parque Natural del Delta del Ebro (Tarragona). Fueron liberados en diversos puntos del litoral para que pudieran seguir con su ciclo biológico. Hay que tener en cuenta que el furtivismo de angula se ha convertido en una actividad en auge en el Ebro, el Guadalquivir y otros ríos españoles.
Las angulas son enviadas en vivo hacia mercados asiáticos donde tienen precios incluso mayores a los que ya alcanzan en el mercado español. La operación de Tarragona continuaba la persecución de una red que el año pasado fue detenida cuando trataba de sacar del país 722 kilos de angulas valorados en 1,5 millones de euros. Un precio de 2.000 euros el kilo. Cayeron entonces 20 personas involucradas en la trama.
3. Conejos en un Parque Nacional
Una persona detenida por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil el pasado 17 de abril por cazar en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel (Ciudad Real). Había colocado trampas para conejos y le detuvieron con dos en la mano, informa Efe.


4. Pesca ilegal
La Guardia Civil se incautó de casi 20 toneladas de caballa en Burela (Lugo) y en el puerto de A Coruña. Una pesca no declarada, sin trazabilidad y con documentación falsa, según informa Efe. Otra de las operaciones permitió a los agentes del Seprona de A Coruña identificar a tres furtivos que extrajeron percebes sin permiso de explotación. Se habían saltado el confinamiento y trataron de esconder su pesca ilegal en un cuadra de cerdos. Tras ser detenidos por la Guardia Civil, se pudo devolver 22 kilos de marisco que al mar.
5. Caza con galgos en Salamanca
Cuatro hombres de entre 25 y 63 de la misma familia, detenidos por la Guardia Civil por estar cazando en las inmediaciones de la ciudad de Salamanca. En este caso, el método de caza era con galgos, informa Europa Press.


6. Marisqueo en Galicia
Un total de 16 personas detenidas en Galicia por furtivismo en la costa. En este caso, todos se habían dedicado a recoger marisco ilegalmente además de saltarse el confinamiento, informa Europa Press.


7. Cebos envenenados en Alicante
Por la colocación de cebos envenenados, cargados con pesticidas de alta peligrosidad para la fauna, la Guardia Civil ha investigado a varias personas en la provincia de Alicante, recoge Efe.


8. Marisqueo en Lepe
Dos personas fueron detenidas por la Guardia Civil en Lepe (Huelva) por saltarse el confinamiento y marcharse a la playa a recoger furtivamente almejas y otros moluscos.
9. Conejos en Tenerife
La Guardia Civil denunció a mediados de abril a dos hombres que practicaban la caza furtiva de conejos en los parajes forestales de alta montaña de Granadilla de Abona (Tenerife). La Guardia Civil se dirigió al lugar en busca de un guarda rural que se encontraba vigilando a estos dos cazadores, que se hallaban cazando conejos con la ayuda de cuatro perros.


10. A por setas en Burgos
Según recuerda Efe, también se saltó el estado de alarma un hombre de Burgos que fue identificado por los agentes tras jactarse en un vídeo colgado en redes sociales de haber pasado días antes una jornada en el campo recogiendo setas. Le intervinieron cerca de dos kilos de las setas conocidas como perrochicos. Tras la detención, el Seprona destruyó los hongos.
Cabe señalar que las federaciones españolas de caza mantienen una línea dura contra el furtivismo pues consideran que estos individuos dañan la reputación del colectivo de cazadores. En ese sentido, la Federación Extremeña de Caza ha anunciado que se presentaría como acusación particular en el caso de dos personas detenidas en abril por matar un lince en enero cerca de Don Benito (Badajoz).
“Son delincuentes, no cazadores”, afirma la federación. La muerte del lince ocurrió a comienzos del año, antes de la pandemia, pero la investigación y detención de los autores se llevó a cabo durante el estado de alarma.
