En el Congreso Internacional de Mamíferos Marinos de Barcelona han hecho una puesta en común expertos de todo el mundo. El objetivo: avanzar en la conservación de la fauna marina, amenazada por la pesca, la pérdida de hábitat o el cambio climático



«Es usted un enamorado del mar, capitán», le dice el biólogo Pierre Aronnax al comandante del submarino Nautilus, el célebre capitán Nemo, protagonista de Veinte mil leguas de viaje submarino. «¡Sí, ¡Lo amo!¡El mar lo es todo!», afirma con pasión Nemo, el cual siente que en los fondos marinos se halla «siempre rodeado por el temblor de la vida». El mar, añade, es el gran almacén de la naturaleza. En él reina la suprema tranquilidad. Los déspotas no deben poseerlo». Sin duda, al genial y excéntrico científico de esta novela de Julio Verne de 1869, fascinado por la vida marina y en especial por los cetáceos, le habría encantado participar en el Congreso Internacional de Mamíferos Marinos (WMMC) que tuvo lugar hace apenas un mes en el Centro de Convenciones Internacional (CCIB) del Fórum de Barcelona, donde hubiera podido intercambiar opiniones con expertos procedentes de 95 países distintos.
Allí, se hubiera quedado mudo de asombro al constatar el descomunal progreso que la ciencia ha hecho en el transcurso de estos 150 años en pro del conocimiento de las aproximadamente 130 especies que conforman este grupo de animales, entre cetáceos, pinnípedos, sirenios, el oso polar y la nutria marina. Todos ellos acosados por los efectos de las actividades depredadoras que los humanos llevamos a cabo en todos los océanos -y en los cursos fluviales, en el caso de los delfines de río-, algunas de ellas ya señaladas por este personaje decimonónico, tan adelantado a su tiempo.
Las capturas accidentales (bycatch), la pérdida de hábitat (y alimento), el cambio climático, la colisión con embarcaciones, el turismo y la contaminación son los mayores problemas que afrontan los mamíferos marinos
El éxito de convocatoria superó con creces todas las expectativas y se concretó en una espectacular puesta en común de cientos y cientos de trabajos científicos que, bajo el lema «Juntos por la ciencia y la conservación», pusieron en evidencia que los desafíos que atenazan la supervivencia de estos animales —más de un tercio se halla en peligro de extinción— son transversales y comunes a todas sus áreas de distribución. «Los grandes problemas de los mamíferos marinos pueden agruparse en seis grandes temas —explica Gazo— Las capturas accidentales (bycatch) y otras interacciones con la pesca, la pérdida de hábitat (y alimento), el cambio climático, la colisión con embarcaciones, el turismo y la contaminación, tanto la acústica, como la química y la generada por los residuos plásticos».
Los peligros del bycatch
Como sucede cada vez que se celebra un congreso científico sobre biodiversidad y conservación, la impresión general es que los problemas que atenazan a las especies se conocen bien, cada vez mejor, así como las soluciones necesarias para revertir tantísimas problemáticas ambientales detonadas por nuestro insostenible estilo de vida. También fue el caso del WMMC, donde, como resalta Gazo, se dio por primera vez una visión general de la situación de los mamíferos marinos realmente a escala internacional, con investigadores que vinieron de todos los continentes a contar sus experiencias científicas. Muchas de ellas, centradas en calibrar el alcance de las letales redes de enmalle, en las que cada año, según WWF, mueren más de 300.000 cetáceos además muchos otros mamíferos marinos, peces no comerciales, aves o tortugas marinas.


«Es imposible saber exactamente cuántos animales mueren por esta causa», dijo el biólogo marino Charles Anderson de International Pole&Line Foundation (IPNLF), que estudia la incidencia del bycatch en las poblaciones de cetáceos que tiene lugar en las pesquerías de atún en el océano Índico, en cuyas costas operan decenas de países. Solo en esta cuenca, afirmó,»miles de kilómetros de redes de pesca se extienden cada noche».
A causa del bycatch, en este caso ilegal, la vaquita se halla en peligro de extinción inminente. Esta pequeña marsopa endémica del Alto Golfo de California, en México, de la que hoy apenas quedan unas decenas, es víctima colateral de la pesca ilegal de la totoaba, un pez amenazado cuyas vejigas natatorias valen más que la cocaína en el mercado negro chino debido a sus supuestos poderes sanadores. Un negocio controlado por las mafias muy difícil de desmantelar, como muy bien contaron los expertos en el congreso, y plasma el documental producido por Leonardo di Caprio y National Geographic, Sea of Shadows.
Cambio climático
Los problemas asociados al cambio climático también fueron objeto de numerosísimas ponencias científicas. Investigadores de muchos lugares del planeta explicaron cómo el incremento global de las temperaturas acarrea una enorme pérdida de hábitat (el deshielo del Ártico y lo que eso supone para el oso polar es un ejemplo incontestable), cambios en los patrones migratorios y en la selección de hábitats. Eso causa, por ejemplo, que distintas especies, forzadas a cambiar de territorio, se solapen e interfieran negativamente entre ellas. O que escaseen los recursos y proliferen nuevos virus, favorecidos por las altas temperaturas. Incluso que no haya hielo para cobijarse y criar, como sucede con las focas anilladas del lago Saimaa, en Finlandia, donde hasta 300 voluntarios se dedican desde hace años a construirles guaridas con nieve artificial.


La contaminación causada por los microplásticos, presentes ya en toda la cadena trófica marina, desde el fitoplancton a los grandes cetáceos también preocupa a los investigadores. Distintos equipos mostraros evidencias de que estos residuos plásticos imperecederos han sido hallados ya en lugares tan dispares como los fondos de los cañones submarinos del Santuario de Pelagos, en aguas de Italia, Mónaco y Francia, o en el interior de los estómagos de focas oriundas de aguas alaskeñas. ¿Sus efectos? Están por determinar. La contaminación acústica, detonante de la desorientación de los cetáceos, y causa más que probable, según varias investigaciones, de muchos varamientos masivos, fue otro tema relevante, al igual que la interacción de los mamíferos marinos con las embarcaciones, pues, desgraciadamente, muchos cetáceos mueren tras colisionar con todo tipo de barcos. No se sabe cuántos, porque muchos pasan desapercibidos. Este fenómeno, en alza en Canarias, afecta especialmente a los cachalotes, pero también a rorcuales, calderones, zifios…
Ante la obviedad de que las soluciones a estos y tantos otros problemas que acucian a los mamíferos marinos —es totalmente imposible resumir aquí todo lo que se contó en el WMMC, siquiera una gran parte— no dependen, lamentablemente, del buen hacer de la comunidad científica internacional, sino de los gestores políticos y de las circunstancias socioeconómicas de las distintas naciones, los organizadores del congreso han lanzado un documento a modo de legado. Se trata de la Declaración de Barcelona, que pretende poner las bases para mejorar la investigación, la conservación y la educación sobre los mamíferos marinos y crear sinergias entre científicos y los diferentes colectivos interesados de la sociedad para ir implementando medidas que aseguren su conservación.
Si bien ya fue firmada in situ por más de 800 participantes y entregada al Govern de Catalunya en una recepción en el Palau de la Generalitat, durante este mes de enero el documento se colgará online (también los abstracts de todas las presentaciones) para que pueda ser suscrito y adoptado por todas aquellas entidades, universidades, centros de investigación y personas individuales que lo deseen. La idea es que esta declaración se erija como un documento de referencia para las próximas reuniones internacionales sobre mamíferos marinos. La de Barcelona ha sido todo un éxito. Quien sabe sí, con un poco de suerte, la idea acabe concretándose como el equivalente de mamíferos marinos del Mobile World Congress, versión mamíferos marinos.
Objetivo 1: Mejorar la conservación de los mamíferos marinos más allá de las fronteras nacionales, en particular a través de las Áreas Marinas Protegidas en Alta Mar.
Objetivo 2: Mejorar y fortalecer la colaboración internacional para (1) asegurar una respuesta coherente y de alta calidad a los mamíferos marinos varados en todo el mundo, y (2) apoyar los esfuerzos de conservación de las especies en peligro de extinción.
Objetivo 3: Utilizar la ciencia, la educación y las políticas para reducir la mortalidad de los mamíferos marinos en las interacciones de la pesca, que es actualmente la principal causa de mortalidad inducida por el hombre.
