Miles de pájaros caen del cielo: la “tragedia ornitológica” de EEUU - EL ÁGORA DIARIO

Miles de pájaros caen del cielo: la “tragedia ornitológica” de EEUU

El cambio climático y los devastadores incendios de la Costa Oeste parecen estar detrás de la muerte de miles de pájaros en Estados Unidos. Un suceso que refuerza la desaparición de casi el 30% de los pájaros en el norte del continente americano en los últimos 50 años. Nos lo cuenta nuestro corresponsal en Nueva York, Argemino Barro


El suroeste de Estados Unidos se ha convertido desde hace unas semanas en la pesadilla de cualquier ornitólogo. En diversos lugares que van desde las llanuras de Nebraska hasta los desiertos de Arizona y Texas han aparecido aves muertas, caídas literalmente del cielo, por el que se dirigían, como cada otoño, a los climas templados de América central y del sur.

Los científicos no saben exactamente cuál es el motivo de las muertes, pero lo sospechan: el cambio climático y los devastadores incendios de la Costa Oeste, que de momento han arrasado la histórica cifra de dos millones de hectáreas, un territorio superior al estado de Israel, pueden haber causado la “tragedia ornitológica”. La cifra de muertes rondaría los miles o incluso los cientos de miles de papamoscas, reinitas y golondrinas, entre otras especies.

Dado que muchos de los cadáveres apenas tenían reservas de grasa y masa muscular, como apunta la bióloga Martha Desmond a The Guardian, es posible que no hayan podido descansar en las zonas habituales y que se hayan desplomado de agotamiento. “He recogido más de una docena en un tramo de dos millas frente a mi casa”, dijo Desmond, profesora de biología de la Universidad Estatal de Nuevo México. “Ver esto y recoger estas carcasas y darte cuenta de lo extendido que está, es personalmente desolador. Ver morir a tantos pájaros y especies es una tragedia nacional”.

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otografía tomada por un estudiante de la Universidad de Nuevo México | Foto: Twitter/@Jenna_Merle

Las aves inician su largo viaje, de unos 5.000 kilómetros, en Canadá y Alaska, y tienen que parar varias veces por el camino para repostar. Sus lugares favoritos son aquellos que disponen de vegetación frondosa y abundancia de insectos, y que aparecen después de superar alguna barrera natural. La ruta migratoria se repite cada año de forma precisa, y los pájaros suelen pasar varios días de asueto en las mismas zonas: muchas de las cuales, en las últimas semanas, han sido literalmente reducidas a cenizas, o llevan años siendo víctimas de las sequías alentadas por el cambio climático.

Las sequías en amplias zonas de Estados Unidos habrían maltratado el hábitat de los pájaros y reducido el número de bayas e insectos comestibles, de manera que las aves tendrían cada vez más problemas para alimentarse. Los estanques y los ríos se secan, y con ellos disminuyen los peces y anfibios que algunas aves disfrutan como nutrientes. Las volcánicas columnas de humo, que han llegado a nublar los cielos de Nueva York, en la otra costa del país, e incluso de Europa (2), también pueden haber provocado fallos pulmonares en las aves migratorias.

Los ornitólogos de la región analizan estas posibles causas en foros de internet e instan a sus vecinos a fotografiar y contabilizar las aves muertas. Los laboratorios de Oregon o Wisconsin, que ya han recibido las carcasas, dicen que tardarán unas dos semanas en analizaras e identificar la causa de las muertes.

Pájaros muertos en Nuevo México. | Imagen Facebook Gail Garber

No es el primer golpe que recibe el mundo aviar de Norteamérica. En los últimos 50 años han desaparecido el 29% de los pájaros de Estados Unidos y Canadá, según un estudio conjunto de Cornell Lab of Ornithology y el departamento climático del Gobierno de Canadá. El calentamiento global y sus consecuencias, el uso de pesticidas, la reducción de insectos comestibles y la urbanización están entre las causas más probables de la extinción; las aves de pradera, que se han reducido a la mitad desde 1970, han sido las más afectadas.

Los fuegos de las últimas semanas también han devastado el ecosistema de aves sedentarias. El urogallo de las artemisas, natural del noroeste de EEUU, ha podido perder en las llamas entre un 30% y un 70% de su población; igualmente han sido diezmados los vencejos de pino o los búhos manchados. A ras de tierra, en el estado de Washington, las llamas han acabado con la mitad de los conejos pigmeo, una especie en peligro de extinción de la que solo quedaban un centenar de ejemplares.

“Es importante establecer la conexión entre lo que está sucediendo ahora y el cambio climático”, dijo a The New York Times la coordinadora del Departamento de Fauna y Pesca de Oregon, Davia Palmeri. “Tenemos que pensar en el cambio climático a la hora de gestionar la vida salvaje”.

Los incendios no son los únicos desastres naturales de la temporada que afectan a la fauna. El huracán Laura, que asoló Luisiana hace tres semanas, no solo se ha llevado por delante centenares de viviendas. Las inundaciones y los vientos, que alcanzaron los 240 kilómetros por hora, fueron capaces de arrastrar un delfín la friolera de 14 kilómetros tierra adentro  El mamífero, que apareció en un montón de agua estancada, fue devuelto directamente al Golfo de México.

En el suroeste de Luisiana, los enjambres de mosquitos que siguieron al huracán eran tan densos y agresivos que mataron a unas 400 cabezas de ganado. Según el veterinario local Craig Fontenot, en declaraciones a la agencia Associated Press, los caballos, las vacas y los ciervos recibieron tantas picaduras que sangraban debajo de la piel; como no podían ahuyentar a los chupasangres, algunos murieron de fatiga, tratando de dejarlos atrás. Los aviones ya están regando la zona de pesticidas para acabar con las nubes de mosquitos que, como una plagas, se han cernido sobre fauna local.


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