La costa granadina y malagueña ha amanecido estos días cubierta de pequeños seres transparentes, gelatinosos como las medusas, pero inocuos. No son seres de otro planeta ni tampoco trozos de plástico, sino colonias de salpas, un zooplancton, que las corrientes han arrastrado a la costa



Muchos paseantes que han disfrutado estos días de la costas granadinas y malagueñas se han sorprendido al ver sus orillas cubiertas de pequeños seres transparentes y gelatinosos, habituales del interior del mar y poco comunes en la playa.
Las #salpas, salpa fusiformis, invaden las playas de #Málaga y #Granada.
A diferencia de las medusas, este organismo NO produce urticaria.
No debes hacerles daño, son inofensivos.pic.twitter.com/DCuT7EjqgM— Formación y Salud (@FormacionySalud) 17 de junio de 2019
Se trata de una acumulación de salpas (Salpa fusiformis), un zooplacton común e inocuo que acostumbra a formar colonias en forma de cadena y no son urticantes.
Tienen el aspecto de una bola pequeña de gelatina que se deshace fácilmente al tocarla o sacarla del agua.
Al contrario de lo que sucede con las medusas, que son predadores de organismos de plancton y de larvas de peces, las salpas son consumidores de microorganismos, es decir, de fitoplancton o microalgas.
En esta ocasión, ha señalado Baro, se ha producido una proliferación de salpas derivada de un bloom fitoplactónico (un exceso de fitoplácton) en las costas malagueñas a cuyo reclamo han acudido colonias de salpas que se han reproducido en extremo.
Una vez terminado su ciclo vital, el temporal de Levante y las corrientes las han depositado en la orilla.


El año pasado el litoral cantábrico y las costas gallegas de A Coruña, Santiago Parra también se vieron salpicadas de salpas; algo que para el director del IEO de A Coruña no es extraño.
Esta proliferación de salpas no se debe a terremotos ni a erupciones submarinas, como se ha comentado en corrillos y en redes sociales. De hecho, las salpas suelen estar a unos 200 metros de profundidad y hasta a 20 millas de la costa. Lo que no se puede descartar es que esta abundante proliferación esté relacionada con el incremento de la temperatura del mar a causa del cambio climático.
Parra ha añadido que las salpas no son depredadores y que juegan un papel importante en la cadena trófica ya que, aunque su composición nutricional es en un 90% agua, constituye alimento de otras especies como tortugas, delfines u otras especies pelágicas como el pez luna.
