El número de enzimas microbianas con la capacidad de degradar plásticos está creciendo en correlación con los niveles locales de contaminación de plástico, según un estudio en el que se ilustra la magnitud de la inminente crisis relacionada con los desechos compuestos de estos materiales



La creciente demanda de los plásticos no para de agravar a la “crisis mundial” que están gestando, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que advierte que aproximadamente 7.000 millones de los 9.200 millones de toneladas de producción acumulada de plástico entre 1950 y 2017 se convirtieron en residuos plásticos que, en su mayoría, acabaron en el medio ambiente.
Los impactos de este fenómeno son muy variados, pero a los investigadores sobre todo les preocupa las posibles repercusiones sobre la vida. Algunos expertos ya han descubierto como los seres marinos han visto en las islas de plástico oceánicas su nuevo hogar con el que sobrevivir al mar abierto, mientras que otros han observado cómo el plástico se está convirtiendo en un alimento para pequeños organismos.
En este último grupo se encuentran los expertos de la Universidad Tecnológica Chalmers, en Suecia, que han descubierto como muchos organismos locales están produciendo enzimas capaces de degradar hasta 10 tipos de plásticos a medida que este tipo de polución se incrementa en su entorno.
«Utilizando nuestros modelos, encontramos múltiples líneas de evidencia que respaldan el hecho de que el potencial de degradación del plástico del microbioma global se correlaciona fuertemente con las mediciones de la contaminación plástica ambiental, una demostración significativa de cómo el medio ambiente está respondiendo a las presiones que le estamos ejerciendo», comenta Aleksej Zelezniak, profesor asociado de biología de sistemas en Chalmers.Para llegar a las conclusiones del estudio, publicado en la revista Microbial Ecology, los investigadores comenzaron recopilando un conjunto de datos de 95 enzimas previamente conocidas con capacidad para degradar o modificar el plástico. Después, el equipo buscó enzimas similares en muestras de ADN ambiental tomadas por otros investigadores de 236 lugares diferentes alrededor del mundo, tanto en los océanos como en tierra firme.
Identificaron un total de alrededor de 30.000 impactos de enzimas, alrededor de 12.000 en el microbioma oceánico y 18.000 en el suelo, capaces de degradar 10 plásticos comerciales importantes, incluidos seis polímeros y cuatro aditivos.
Asimismo, descubrieron que casi el 60% de las enzimas que degradan el plástico identificadas no se asignaron a ninguna clase de enzima conocida, lo que sugiere que estas moléculas degradan los plásticos de formas que antes se desconocían.
“Actualmente, se sabe muy poco sobre estas enzimas que degradan el plástico, y no esperábamos encontrar una cantidad tan grande de ellas en tantos microbios y hábitats ambientales diferentes. Este es un descubrimiento sorprendente que realmente ilustra la magnitud del problema”, explica Jan Zrimec , primer autor del estudio y ex postdoctorado en el grupo de Aleksej Zelezniak, ahora investigador en el Instituto Nacional de Biología de Eslovenia.
“El siguiente paso sería probar las enzimas candidatas más prometedoras en el laboratorio para investigar de cerca sus propiedades y la tasa de degradación plástica que pueden lograr. A partir de ahí, se pueden diseñar comunidades microbianas con funciones de degradación específicas para tipos de polímeros específicos”, concluye Aleksej Zelezniak.