Los paisajes agrícolas con parcelas pequeñas y con diferentes tipos de cultivos favorecen la biodiversidad, ayudan a afrontar la pérdida de espacios naturales y seminaturales entre explotaciones



Una investigación liderada por el Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Francia (INRA) y el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS por sus siglas en francés) ha demostrado por primera vez, y a una gran escala geográfica, que crear un paisaje agrícola, con parcelas pequeñas y diferentes tipos de cultivo, favorece la biodiversidad de plantas y animales.
El estudio, que ha cubierto ocho regiones de Europa y Canadá, ha contado con la participación de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y de las universidades de Lleida, Alicante, Murcia, Rey Juan Carlos y Autónoma de Barcelona.
Reducir el tamaño de los campos de 5 a 2,8 ha es como aumentar la proporción de hábitats naturales y seminaturales del 0,5 al 11%
Un mosaico complejo favorece la biodiversidad, a la vez que se mantiene la superficie en producción y, además, permite recuperar paisajes productivos mucho más resilientes.
Sin embargo, mantener dentro del paisaje zonas naturales y seminaturales complementa el efecto del mosaico complejo y también es una medida útil para promover la biodiversidad.
“Por ejemplo, reducir el tamaño de las parcelas de 5 a 2,8 ha tiene el mismo beneficio que aumentar la proporción de hábitats seminaturales del 0.5 al 11%”, ha afirmado Lluís Brotons (CSIC, CREAF, CTFC), uno de los coautores del estudio.
Por su parte, el investigador del CREAF Jordi Bosch ha destacado que en el caso de los paisajes catalanes que han contribuido al estudio, situados en los secanos de Lleida, la mayoría son «relativamente pequeños» y con una variedad de especies «relativamente baja».
«Si queremos favorecer la biodiversidad es muy importante evitar los grandes monocultivos y promover la coexistencia de diferentes cultivos en el paisaje», ha añadido Bosch.
Un muestreo a gran escala: 30 laboratorios, 1305 parcelas, 435 paisajes, 167.000 individuos, 2.795 especies, 7 grupos taxonómicos
Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigación internacional ha coordinado un estudio a gran escala con más de 30 laboratorios.
Esta investigación se ha llevado a cabo con un enfoque empírico único, que ha cubierto ocho regiones de Europa y Canadá.
Sumando las regiones implicadas, se ha realizado el seguimiento de 1305 parcelas cultivadas en 435 paisajes agrícolas de 1×1 km, y se han identificado más de 167.000 individuos de 2.795 especies pertenecientes a 7 grupos taxonómicos (aves, mariposas, abejas, sírfidos, arañas, cucarachas y plantas arvenses).
Con toda esta información han calculado un índice sintético que agrupaba la información de estos siete grupos taxonómicos para estimar la biodiversidad agrícola de cada uno de los 435 paisajes estudiados.
