El cambio climático saca al pez cabeza de serpiente del agua

El cambio climático saca al pez cabeza de serpiente del agua

Las malas condiciones del agua, como la alta salinidad, la acidez y el bajo nivel de oxígeno, está provocando que el pez cabeza de serpiente, el pez anfibio más grande del mundo, salga más a menudo a tierra. Esta especie invasora puede sobrevivir varios días fuera del agua y está afectando tanto a ecosistemas acuáticos como terrestres


El pez más grande que puede caminar sobre la tierra, el voraz cabeza de serpiente del norte (Channa argus), es una especie invasora nativa de China, Rusia y Corea que se ha expandido por Europa y Estado Unidos debido a su gran adaptabilidad. Las cabezas de serpiente tienen unos dientes muy afilados y se alimentan de peces, ranas y crustáceos, destruyendo la red alimentaria en algunos hábitats y pueden sobrevivir en tierra hasta varios días si las condiciones son húmedas.

La peculiaridad de este pez es su respiración doble, dentro y fuera del agua, gracias a una pequeña vejiga de aire que actúa como una especie de pulmón. Así consigue trasladarse por zonas húmedas como el barro donde puede alimentarse incluso de ratones y ardillas, lo que extiende su impacto a los ecosistemas terrestres.

Pez cabeza de serpiente.

Sin embargo, un estudio recién publicado por la revista Integrative Organismal Biology, alerta de que esta especie podría adentrarse más a menudo en la tierra a causa de las condiciones del agua. Los efectos del cambio climático como la alta salinidad, la alta acidez y el agua estancada con demasiado dióxido de carbono están aumentando las salidas de las cabezas de serpiente.

La investigación de Noah Bressman, de la universidad Wake Forest, determinó que estos peces “se mueven en tierra más rápida y erráticamente de lo que se creía”. Además, pueden trasladarse por múltiples sustratos y no sólo por el barro como se pensaba. “Hemos observado que la locomoción terrestre de los ejemplares estudiados es súper rápida en superficies irregulares y rugosas como la hierba”, señala Bressman.

El estudio describe que las cabezas de serpiente se mueven como ningún otro pez anfibio: realizan movimientos de remo casi simultáneos con sus aletas pectorales mientras mueven su aleta axial hacia delante y hacia atrás.

Aunque no está claro con qué frecuencia las cabezas de serpiente dejan el agua voluntariamente y cruzan la tierra para invadir otras vías fluviales, Bressman dijo que estos hallazgos pueden ayudar a las agencias medioambientales a contener a esta especie invasora.

En Estados Unidos este pez hizo saltar las alarmas a principios de este mes cuando un pescador capturó un ejemplar en un pequeño estanque del condado de Gwinnett, ubicado en el estado norteamericano de Georgia. Las autoridades norteamericanas han pedido a los pescadores que acaben con la vida de cada uno de los ejemplares de la especie que capturen.

Las hembras pueden llegar a poner hasta 50.000 huevos que pueden eclosionar en tan solo uno o dos días, lo que hace que competir con los peces cabeza de serpiente no sea tarea fácil para las especies autóctonas.

Especies invasoras, responsables de extinciones

Especies como la cabeza de serpiente, el cangrejo azul o el mejillón cebra, consideradas invasoras, son responsables del 16% de las extinciones del planeta. En las últimas décadas, este porcentaje ha ido creciendo a medida que lo ha hecho el comercio internacional. La razón es que las aguas de lastre de las embarcaciones comerciales actúan como un auténtico almacén de larvas de estas especies. Además, el aumento de las temperaturas está favoreciendo su expansión, ya que muchas son de afinidad tropical.



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