Un tipo de plancton propio del Océano Pacífico ha invadido aguas del Ártico canadiense, provocando un rápido proceso de borealización del microzooplancton en esta región que sufre especialmente las consecuencias del cambio climático



El cambio climático afecta y mucho a la distribución de especies. Por ahora, sus efectos más rápidos se están contemplando en el Ártico, donde el proceso de expansión de especies más templadas hacia el norte se conoce como borealización y está afectando tanto a los ambientes marinos como a los terrestres. Si hasta ahora, solo las belugas, narvales o ballenas boreales (Balaena mysticetus) podían nadar en aguas cubiertas de hielo por su falta de aletas dorsales, con la pérdida de banquisa provocada por el aumento de las temperaturas, otras especies como las orcas, que hasta ahora no podían surcar esas aguas, sí podrán hacerlo, por lo que competirán por los mismos alimentos o incluso podrán acabar con ellas. Sin embargo, la borealización no afecta solo a grandes mamíferos: también microorganismos como el plancton están sufriendo cambios.
Según un estudio recién publicado, un tipo de plancton propio del Océano Pacífico ha invadido aguas del Ártico canadiense, provocando un rápido progreso de borealización del microzooplancton en esta región. En concreto, un equipo del Instituto de Oceanología de la Academia de Ciencias de China (IOCAS) ha investigado las variaciones de la estructura de la comunidad de tintínidos (un tipo de ciliados planctónicos) en diferentes masas de agua de la cuenca del Ártico, publicando sus hallazgos en la revista especializada Frontiers in Marine Science.
Los investigadores analizaron cinco masas de agua en la cuenca del Ártico, comprobando que cada una de ellas tenía una estructura comunitaria única de tintínidos. Y es que el Océano Ártico, además de ser una de las regiones más sensibles al calentamiento global, contiene masas de agua consideradas «complejas», ya que cuentan con características hidrográficas únicas y comunidades de zooplancton que no se encuentran en ninguna otra masa de agua del palenta.


Según sus resultados, en el Agua de Verano del Pacífico (PSW), la especie Salpingella sp.1 ocupó la mayor proporción de abundancia (61,8%) y se originó en el Pacífico Norte. En el Remanente de Agua de Invierno (RWW), la especie Acanthostomella norvegica ocupó la mayor proporción de abundancia (85,9%) y podría originarse en el Atlántico Norte. Eso sí, en las otras tres masas de agua restantes, la especie endémica del Ártico Ptychocylis urnula tuvo la mayor proporción de abundancia (67,1, 54,9 y 52,2%, respectivamente).
Los investigadores encontraron que la especie de origen del Pacífico Salpingella sp.1 tenía una abundancia mucho mayor que la especie endémica del Ártico P. urnula en la masa PSW de la cuenca de Canadá. «El aumento en el grosor y la temperatura promedio de PSW, en comparación con 2016, podría ser la razón de la alta abundancia de Salpingella sp.1 en PSW en 2020 cuando encontramos este fenómeno por primera vez», ha asegurado en un comunicado el doctor Wang Chaofeng, líder del estudio.
Además, a través del área de distribución de alta abundancia de Salpingella sp.1 (especie de origen en el Pacífico) y A. norvegica (podría ser una especie de origen en el Atlántico Norte), los investigadores encontraron el límite aproximado del Giro de Beaufort, una corriente marina rotativa enorme que se mueve al Norte de Alaska y muestra un comportamiento predecible: durante una parte del ciclo se acumula allí una amplia masa de hielo marino que se entremezcla agua fría y más ligera. Por otro lado, el estudio también ha permitido calcular el punto en el que termina la Corriente de Deriva Transpolar.
