Una expedición encuentra en Madagascar una población de camaleón de Voeltzkow, un extraño reptil que no había vuelto a ser visto desde 1913 y que se daba por desaparecido. El hallazgo alienta la esperanza de que aún queden restos salvables de la fascinante biodiversidad de la isla africana, destruida por décadas de deforestación



Madagascar es uno de los destinos soñados para cualquier naturalista. La isla, que tiene un tamaño superior a España, es la más grande de África y la cuarta más extensa del mundo. Situada en el Índico, en un clima tropical-subtropical, está plagada de ecosistemas únicos.
Esto se debe a su condición insular, su larga historia geológica y su larga distancia respecto a África, que no permite un fácil intercambio de especies. Hace entre 65 y 80 millones de años que Madagascar se separó de Asia, de modo que es un barco de tierra proveniente de otro continente, varado frente a África pero que no tiene nada que ver con ella. Allí, la evolución y el proceso de especiación han seguido su curso de forma singular y separada del resto del planeta.
Durante millones de años las especies malgaches han crecido separadas del resto, generando una diversificación de flora y fauna fascinantes, entre las que los lémures, protagonistas de la famosa película de animación que lleva el nombre de la isla, sean quizás los más conocidos.
Especie redescubierta
Pero en Madagascar hay muchas más maravillas naturales al margen de estos llamativos y primitivos primates de cola larga y prensil. Una de ellas acaba de ser redescubierta para la ciencia. Se trata de un pequeño reptil, el camaleón de Voeltzkow (Furcifer voeltzkowi), que hasta ahora se daba por extinguido, lo que supone una gran noticia en un contexto de creciente pérdida de biodiversidad por todo el planeta.
En relación con la situación de Madagascar, la noticia es más ilusionante todavía, pues se trata de uno de los países que más gravemente ha dañado su biodiversidad en las ultimas décadas. Entre 1950 y 2000, se perdió el 40% de la superficie forestal, según la ONU, y el proceso ha seguido adelante debido al aumento de población, la pobreza y la mala gobernanza de un Estado inestable.
Con estas condiciones, resulta extraordinario descubrir que en algunos rincones milagrosamente conservados siguen medrando especies que no habían vuelto a verse en décadas.
Ese es el caso del camaleón de Voeltzkow, descrito científicamente por primera vez en 1893 y que se había vuelto a ver desde 1913, lo que le ha valido entrar en la lista de las 25 especies perdidas más buscadas por la Global Wildlife Conservation (GWC), una organización que, entre otras tareas, elabora el triste reporte de especies raras a las que se da casi por seguro perdidas y que tiene al famoso actor Daniel Craig como uno de sus embajadores.
La lista que elabora la GWC incluye animales y plantas que los científicos no han vuelto a encontrar en décadas, lo que hace temer que su extinción haya ocurrido ya. Por ese motivo, la organización envía expediciones para buscar esas especies perdidas.
En abril de 2018, la GWC envió una expedición de dos semanas al noroeste de Madagascar para buscar el camaleón de Voeltzkow. Integraban el equipo zoólogos de la Colección Estatal Zoológica de Múnich (ZSM, por sus siglas en alemán), junto a otros colaboradores alemanes y malgaches.
Durante la mayor parte del viaje, los exploradores fueron incapaces de encontrar a la especie, pero en los últimos días el equipo encontró al fin al esquivo reptil. Hallaron una población pequeña pero en buen estado de conservación, que incluía tres machos y unas 15 hembras.
El hallazgo ha sido dado a conocer oficialmente a la comunidad científica en la revista especializada Salamandra. De hecho, un camaleón de Voeltzkow ocupa la portada de la publicación.
Los expertos creen que la especie solo vive unos pocos meses durante la época de lluvias. «Hay que estar en el momento adecuado y el lugar preciso para poder verlo. Y eso durante la época de lluvia no es tan fácil, ya que muchos caminos son intransitables. Esa puede ser una de las razones por las que este camaleón no se ha detectado durante tanto tiempo», afirma de color no se vio durante tanto tiempo”, explican en el estudio publicado en Salamandra.


Un vacío científico completado
Los protagonistas del hallazgo creen que su trabajo «completa muchos vacíos” en el conocimiento sobre la especie. Este se basaba en estudios de ejemplares capturados hace un siglo. Pero otros datos, como su estado de conservación, los colores que adopta el camaleón de Voeltzkow en estado natural, o la morfología diferente que hay entre machos y hembras eran totalmente desconocidos.
Además, tomaron numerosas fotografías de estos reptiles, especialmente de hembras, que durante el periodo de gestación, en los encuentros con machos y otras situaciones de estrés mudan de color.
El estudio, que sirve para demostrar lo mucho que queda por explorar en términos de biodiversidad en Madagascar, agradece la cooperación de la Global Wildlife Conservation, que en 2017 lanzó un programa para encontrar las 25 especies «desaparecidas” más buscadas.
Madagascar es uno de los lugares del mundo con mayor biodiversidad y especies únicas.
Más del 90% de los reptiles de la isla, aproximadamente el 89% de su flora y alrededor del 92% de sus mamíferos no existen en otras partes de la Tierra, es decir, son calificadas como «endémicas», el término científicos para describir especies restringidas a un territorio concreto.
Madagascar alberga, por ejemplo, siete especies de baobab, el impresionante árbol de El Principito de Antoine de Saint-Exupéry, frente a la única presente en el resto de África. Madagascar también es el hogar de las dos terceras partes de las especies de camaleones que se conocen, entre las que el camaleón de Voeltkow recién redescubierto es una más.
La isla que se alza frente a la costa africana es también el hogar único de los lémures, una familia de primitivos simios que tiene un centenar de especies y subespecies.
Realmente, Madagascar podría considerarse un pequeño continente. Su historia evolutiva y su posición geográfica le conceden condiciones excepcionales. Alberga arrecifes de coral, selvas húmedas, montes tropicales secos, ambientes mediterráneos y zonas desérticas, ya que su orografía, latitud y clima ofrecen una gran variedad de condiciones ambientales, donde han prosperado aislados del resto del mundo las especies que la habitan.