El SEPRONA, con el apoyo del Servicio Cinológico de la Guardia Civil, ha localizado durante el pasado año más de 1.200 métodos de caza prohibidos y cerca de 180 animales envenenados, durante sus inspecciones contra el furtivismo



El SEPRONA, con el apoyo del Servicio Cinológico de la Guardia Civil, ha localizado durante el pasado año más de 1.200 métodos de caza prohibidos y cerca de 180 animales envenenados, durante las inspecciones contra el furtivismo también se hallaron explosivos, armas de fuego, silenciadores y droga
Los delitos contra la naturaleza que persigue el Instituto Armado por ser los terceros más lucrativos tras el tráfico de drogas y la falsificación
Tras más de 900 inspecciones durante todo el año 2020, en fincas cinegéticas, explotaciones ganaderas y establecimientos fitosanitarios, los agentes del SEPRONA han detectado más de 2.600 infracciones administrativas y 320 delitos. Entre los cadáveres de los animales se destaca un lince ibérico, encontrado en el fondo de un pozo y en cuya necropsia aparecieron restos de veneno en su organismo, milanos negros, milanos reales y busardos ratoneros entre otras.
Respecto de los delitos relacionados con el furtivismo se ha conseguido identificar a los autores de abatimientos de especies en peligro de extinción, ungulados africanos, entre otros, y se han retirado numerosas cabezas y trofeos de caza mayor.
El Cuerpo Armado redobla esfuerzos ante el problema del furtivismo, que genera múltiples efectos desde importantes pérdidas económicas hasta desequilibrios en los ecosistemas
En España ha venido siendo tradicional el uso del veneno y medios no selectivos de captura para luchar contra los animales cuya presencia puede causar efectos negativos. Se trata de una de las mayores amenazas para la biodiversidad, por su carácter masivo y no selectivo. Esta conducta al igual que el furtivismo está tipificada como delito en el Código Penal.
Entre las actuaciones destacadas por el Seprona, en la provincia de Badajoz, varias personas fueron detenidas como presuntos autores de un delito contra la fauna por la muerte de dos linces ibéricos, uno de ellos ahogado y con presencia de veneno en su interior, y otro muerto por disparo de escopeta de caza.


En Ciudad Real una casa abandonada se localizaron varias cabezas de ciervos decapitados y cabezas de venados en sacos. La investigación derivó en una inspección en un local de taxidermia, en el que se encontraron más cabezas de animales con restos de sangre, cuyo cotejo con el laboratorio de Criminalística estableció correspondencia entre todas las muestras, pudiendo detener a dos personas.
En Sevilla, se investigó a tres personas que accedieron al interior de la Reserva Natural de Castillo de los Guardas, abatiendo a especies catalogadas en peligro de extinción y se localizaron más de 300 trampas para captura irregular de aves. En esta actuación se liberaron más de 80 aves.
En operaciones encaminadas a la prevención de la caza furtiva de liebre con galgo en Madrid se detectó la existencia de una perrera clandestina. Se procedió a la incautación de 83 perros de diferentes razas en malas condiciones higiénico sanitarias, por incumplimiento en materia de protección y bienestar animal.
En distintas inspecciones en la provincia de Almería se localizaron 2 kilos de nitrato potásico, carabinas, cartuchos de explosivos de amonita y numerosos cepos para grandes animales. Se procedió a la detención de una persona por supuestos delitos de tenencia y depósito de explosivos.
Las unidades caninas son clave en la lucha contra el uso de cebos envenenados
Estas operaciones, especialmente la Antitox en la que los agentes del SEPRONA han contado con la colaboración del Servicio Cinológico de la Guardia Civil, se enmarca dentro del Plan de Acción Español contra el Tráfico Ilegal y el Furtivismo Internacional de Especies Silvestres (PLAN TIFIES) y del Proyecto LIFE GUARDIANES DE LA NATURALEZA.


El Seprona, la primera policía judicial en defensa el medio ambiente, que cumple 32 años de servicio en la protección de la naturaleza, también lleva a cabo medidas dirigidas contra el cambio climático” y en los últimos diez años se han incentivado “iniciativas contra las emisiones y las sustancias que agotan la capa de ozono, entre otras”.
La misión del Seprona desde su creación en 1988 es velar por el cumplimiento de las disposiciones que tiendan a la conservación de la naturaleza y al medio ambiente, de los recursos hidráulicos, así como de la riqueza cinegética, piscícola, forestal y cualquier otra relacionada con la naturaleza.
A día de hoy cuenta con casi dos mil miembros que, además de su responsabilidad en la protección del entorno natural, de su flora y fauna, también participa en campañas de concienciación, actividades de protección, infracciones administrativas y en la investigación de actividades criminales medioambientales.
El Servicio lucha además contra vertidos y contaminación del medio ambiente, el comercio ilegal de especies protegidas, actividades cinegéticas y de pesca irregulares, defensa de los espacios naturales, la prevención, investigación y extinción de incendios.