Un nuevo análisis publicado en la revista Nature documenta el alarmante declive de las poblaciones de rayas y tiburones oceánicos que se ha venido produciendo durante los últimos 50 años y hasta la actualidad, principalmente a causa de la sobrepesca



Las poblaciones de rayas y tiburones de los océanos han disminuido un 71% en los últimos 50 años y el 77% de todas sus especies están amenazadas, principalmente por la sobrespesca, según concluye un estudio publicado este miércoles la revista Nature.
El análisis alerta del «alarmante declive» de las poblaciones y rayas que se ha ido registrando durante el último medio siglo. En concreto, los expertos han evaluado 31 especies de las que han observado un 71% por ciento de pérdida de población global desde 1970, al mismo tiempo que se duplicaba la presión pesquera y se triplicaban las capturas de rayas y tiburones. La reducción podría ser incluso más severa, puesto que estos análisis empiezan en 1970, mientras que las flotas pesqueras se han ido expandiendo en todo el mundo desde la década de 1950.
Las tendencias varían considerablemente en función del océano y, por regla general, las poblaciones de tiburones tropicales merman de forma más rápida que las de especies de aguas templadas:
- En el Océano Atlántico, tras un largo periodo de declive que empezó en 1970, la abundancia de las especies oceánicas de tiburones y rayas empezó a estabilizarse a niveles bajos después del año 2000 (descenso total: 46,1%).
- En el Océano Pacífico, la abundancia de las especies oceánicas de tiburones y rayas se redujo vertiginosamente con anterioridad al año 1990 y luego continuó reduciéndose a un ritmo más moderado (descenso total: 67,0%).
- En el Océano Índico, la abundancia de las especies oceánicas de tiburones y rayas se ha reducido de forma pronunciada y continua desde 1970 (descenso total: 84,7%).
El informe refleja que el 77% de las especies oceánicas de tiburones y rayas entran ahora en la categoría de especies «en peligro de extinción» de acuerdo con los criterios de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El doctor y catedrático de la Simon Fraser University Nicholas Dulvy ha explicado que el estudio demuestras que a pesar de que la mayoría de especies se aleja más de tierra firme, las rayas y los tiburones oceánicos sufren un riesgo de extinción «excepcionalmente elevado, mucho mayor que, por ejemplo, una especie de ave, mamífero o rana».
«Sobreexplotar las especies oceánicas de tiburones y rayas pone en peligro la salud de ecosistemas oceánicos y la seguridad alimentaria de algunos de los países más pobres del mundo», ha advertido.
De los grandes a los pequeños
La sobrepesca de tiburones siguió un patrón clásico de agotamiento en serie, empezando por las especies de mayor tamaño, cuyas poblaciones se redujeron rápidamente antes de la década del 1980, seguido por declives en las poblaciones de especies de tamaño medio y, llegado el momento, de especies relativamente pequeñas.
Todas las especies oceánicas de tiburones y rayas analizadas, excepto el tiburón martillo (o cornuda) cruz (Sphyrna zygaena), han visto diezmados sus niveles de abundancia a lo largo del último medio siglo.
Las especies más longevas y de maduración más tardía se redujeron inicialmente a mayor velocidad que las especies con ciclos generacionales más cortos, pero dos de estas especies particularmente vulnerables (el tiburón blanco –Carcharodon carcharias– y el marrajo sardinero –Lamna nasus–) han mostrado indicios de recuperación a nivel regional a partir de principios de la década del 2000, en gran medida gracias a la introducción de restricciones pesqueras.


Así, el estudio señala que algunas especies que en el pasado eran abundantes y presentaban una amplia área de distribución ahora están «diezmadas de forma tan vertiginosa» que ahora se encuentran en las dos categorías con mayor peligro de extinción de la Lista Roja de la UICN.
Tendencias esperanzadoras
Se estima que los “grandes” tiburones blancos habían visto reducido su número en un 70% en todo el mundo durante las últimas cinco décadas, pero ahora se están restableciendo en varias regiones, también frente ambas costas de EE.UU., donde se aplica una prohibición de retención desde mediados de la década de 1990. Las poblaciones de tiburón martillo del Atlántico Noroeste parecen estar recuperándose en gran medida gracias a un cumplimiento estricto en EE.UU. de cuotas pesqueras basadas en dictámenes científicos.
El estudio apunta a que se requieren de inmediato límites de pesca para evitar el colapso de las poblaciones y la miríada de consecuencias negativas que ello tendría para los sistemas económicos y ecológicos asociados.
Los gobiernos deberían adoptar, implementar y hacer que se cumplan —a ámbito nacional y regional— límites de capturas basados en la ciencia para los tiburones oceánicos que permitan la existencia de pesquerías sostenibles, así como prohibiciones de retención y medidas de mitigación de las capturas fortuitas o accesorias para las demás pesquerías.
Estas acciones son imperativas para garantizar el buen funcionamiento de los ecosistemas, así como la sostenibilidad y la obtención de beneficios económicos a largo plazo.
