Una cita mil veces recordada sobre la naturaleza española es la que se atribuye al geógrafo greco-romano Estrabón (Amasia, Turquía, c. 64 o 63 a. C.-c. 23 o 24 d. C.), quien se dice anotó que, en aquellos tiempos, una ardilla podía cruzar España desde Algeciras a los Pirineos sin necesidad de bajarse de los árboles. En realidad, esta es una frase apócrifa, porque en el libro tercero de su Geografía, que es el dedicado a Iberia, Estrabón no menciona a las ardillas; aunque sí habla curiosamente de los atunes, por ejemplo.
Constatar esto hecho bibliográfico puede suponer un chasco para todos aquellas personas entusiasmadas durante tiempo con la historia de la ardilla. Pero podemos sobreponernos si consideramos que los relatos fabulosos no necesitan ser verídicos, sino que ambicionan estimular la imaginación y despertar la reflexión moral. Y en ese sentido, el cuento de la ardilla ficticia de Estrabón ha funcionado durante años como una fábula al estilo de Esopo, La Fontaine, Iriarte o Samaniego, que ofrece una moraleja, dedicada en este caso a abogar por la preservación de los bosques y lamentar lo perdido.
Otra forma de devolver vitalidad y sentido al relato de Estrabón es darnos cuenta de que en realidad es una fábula cargada de presente y de conceptos científicos de futuro. La ardilla no hacía otra cosa que hablarnos de conectividad ecológica, fragmentación de hábitats y términos que los expertos en la gestión del medio consideran esenciales para velar por la biodiversidad, haya en ella ardillas o no.
España nunca estuvo cubierta totalmente de bosques
En distintas fases de la historia terrestre, según las circunstancias del momento, y en épocas sin presencia humana, España ha sido un mosaico de vegetación y hábitats, que incluye montes densos marcados por una u otra especie arbórea, praderas o pastizales, estepas, zonas adehesadas, humedales, áreas de matorral o roquedos. Un continuo de bosques es más propio de la taiga o la selva tropical que de nuestro complejo patio ibérico.
Un visor de la naturaleza española
Sirva esta introducción para dar a conocer que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha puesto en marcha un Geoportal para divulgar la Estrategia Nacional de Infraestructuras Verdes y de la Conectividad y la Restauración Ecológicas, que bien podría tener como logotipo a la ardilla espúrea de Estrabón.
Bajo el nombre Construyendo la infraestructura verde en España el geoportal, desarrollado por la empresa de representación cartográfica y localización inteligente Esri, incluye mapas y visores para consultar de forma interactiva todo el patrimonio natural español.
El Geoportal incorpora un visor de elementos básicos que aportan valor de infraestructura verde; un visor de infraestructuras verdes y un visor de adecuación territorial. Por ejemplo, en se puede consultar la distribución de distintas especies animales en cualquier zona del país, los espacios naturales protegidos o el hábitat de las especies protegidas o en peligro de extinción en España.


El objetivo es que sirva de herramienta de divulgación y visualización y facilitar la toma de decisiones a los gestores de las distintas administraciones públicas.
Para poder conservar los ecosistemas y el beneficio que ofrecen a la ciudadanía, es necesario diseñar “una red ecológicamente coherente y estratégicamente planificada” sobre las zonas naturales y seminaturales y de otros elementos ambientales del país, explica el geoportal.
Esto abarca espacios y otros elementos físicos verdes en áreas terrestres (naturales, rurales y urbanas) y marinas. Por ello, contar con una herramienta de divulgación y visualización como este geoportal es de utilidad para facilitar la toma de decisiones a los gestores de las distintas administraciones públicas, explica el Miteco.
Estrategia nacional
La Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas es el documento de planificación estratégica que regula la implantación y el desarrollo de la Infraestructura Verde en España. Establece un marco administrativo y técnico armonizado para el conjunto del territorio español, incluyendo las aguas marítimas bajo soberanía o jurisdicción nacional.
La Estrategia define la infraestructura verde como una red ecológicamente coherente y estratégicamente planificada de zonas naturales y seminaturales y de otros elementos ambientales, diseñada y gestionada para la conservación de los ecosistemas y el mantenimiento de los servicios que proveen. La Estrategia Nacional entró en vigor el 14 de julio de 2021, hace justo un año.
“Dentro de la infraestructura verde hay un elemento clave como es la llamada también infraestructura azul, marcada por el agua”
“El concepto de infraestructura verde es ambicioso, holístico e integral, ya que no sólo está dirigido a la conservación de la biodiversidad, sino que tiene una vocación multifuncional, pretendiendo mejorar el estado general de conservación de los ecosistemas y fortalecer sus funciones ecológicas que son las responsables de suministrarnos múltiples y valiosos servicios”, afirma la estrategia.
Su implementación requiere de una planificación temporal y espacial, y de un diseño integrado en los procesos de planificación y ordenación del territorio. La estrategia sienta las bases para establecer un nuevo modelo de planificación y gestión territorial donde se integren el desarrollo económico y social, la garantía del mantenimiento de los servicios ecosistémicos y la conservación de la biodiversidad, explica el texto legal.
Una estrategia europea
Según la CE, se trata de ayudar a comprender los beneficios que la naturaleza proporciona a la sociedad humana y a movilizar inversiones para sostenerlos y reforzarlos; asimismo, contribuye a evitar la dependencia de infraestructuras artificiales cuya construcción es costosa y puede contribuir de manera significativa a la aplicación efectiva de las políticas públicas cuando algunos o todos sus objetivos pueden conseguirse, parcial o totalmente, mediante soluciones basadas en la naturaleza.
Conectividad ecológica
El concepto de conectividad ecológica, que está en la base de la estrategia europea y española de infraestructura verde, se refiere a la configuración de los paisajes y cómo ésta afecta al desplazamiento y dispersión de las especies, tanto animales como vegetales, favoreciendo además los flujos de materia y energía.
Dentro de la infraestructura verde hay un elemento clave como es la llamada también infraestructura azul, que es la forma de designar espacios de valor ambiental donde el agua tiene un papel clave en el hábitat.
Desde el punto de vista normativo, la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad define corredor ecológico como «territorio, de extensión y configuración variables, que, debido a su disposición y a su estado de conservación, conecta funcionalmente espacios naturales de singular relevancia para la flora o la fauna silvestres, separados entre sí, permitiendo, entre otros procesos ecológicos, el intercambio genético entre poblaciones de especies silvestres o la migración de especímenes de esas especies».
La conectividad se traduce en un incremento del intercambio de individuos entre poblaciones y en un incremento de la persistencia local y regional de estas, reduciendo así la tasa de extinción y aumentando la tasa de colonización.


Más de 30 años de trabajos científicos demuestran que la mejora o aumento de la conectividad entre los paisajes o ecosistemas es útil para conservar la biodiversidad.
Datos recientes, obtenidos a partir de técnicas de análisis espacial de alta resolución y del uso de funciones que describen la reducción de densidad poblacional, indican que el impacto de la fragmentación sobre la fauna silvestre en España se extiende prácticamente por todo el país.
En el caso de las aves, el impacto de la fragmentación afecta al 55,5% del territorio, con una reducción prevista del 22,6% en el número de individuos.
Respecto a los mamíferos, las cifras son más alarmantes, pues el impacto que ejerce la fragmentación sobre sus poblaciones afecta al 97,7% del territorio y el descenso previsto alcanza el 46,6% en el número de individuos.
El ministerio señala que un objetivo es hacer un diagnóstico global y completo de la conectividad del territorio en España, o del grado de fragmentación del territorio, su afección a los recursos naturales y necesidades espaciales específicas de mejora de la conectividad. En todo caso, sí se sabe que la fragmentación de los ecosistemas está causada fundamentalmente por cambios en los usos del suelo y por la construcción de barreras locales como las impuestas por la urbanización, intensificación agrícola, cambios en la cubierta vegetal, infraestructuras lineales de transporte, presas y azudes, canales, vallados cinegéticos, tendidos eléctricos, alineación de aerogeneradores y barreras marinas como puertos, espigones, tuberías, etc.
Como se ve, si la imaginaria ardilla de Estrabón ya tenía un paisaje complejo delante de ella, mucho más lo tiene ahora con un territorio cortado por un sinfín de disrupciones humanas.
La herramienta impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica para visualizar la conectividad ecológica en España incluye los siguientes elementos:
1.- Visor de elementos básicos que aportan valor de infraestructura verde: muestra todos aquellos componentes que conforman, en su conjunto, la totalidad de la infraestructura verde de España (p.ej. la riqueza de especies animales en una zona determinada).
2.- Visor de infraestructura verde: permite descubrir iniciativas de infraestructura verde a nivel nacional.
3.- Visor de adecuación territorial: permite explorar la información ambiental y descubrir oportunidades, riesgos y limitaciones en un área
4.- Cuadro de mando de Áreas Críticas de Especies Amenazadas: listado de especies silvestres en régimen de protección especial y de especies amenazadas.
