1.200 millones de personas, en riesgo por calor extremo

1.200 millones de personas están en riesgo por el calor extremo

Las personas que viven en el umbral de la pobreza no tienen acceso a sistemas de enfriamiento o refrigeración lo que supone riesgos para la salud al enfrentarse a las olas de calor. El problema impide que una de cada siete personas tenga acceso a vacunas o incluso a comida nutritiva


Para millones de personas, la vida diaria continúa con las olas de calor. Pero aquellos que viven por debajo del umbral de la pobreza o sin acceso a energía confiable, asequible y sostenible, su capacidad para adaptarse y prosperar se ve frenada sin acceso a refrigeración. Hasta 1.200 millones de personas en el mundo, es decir, una de cada siete personas no tienen acceso adecuado a refrigeración y están en «alto riesgo» de sufrir calor extremo, 21 millones más que el año anterior. Esta es la conclusión del estudio de la ONG Sustainable Energy for All «Perspectivas escalofriantes» de 2022 tras evaluar 76 países «con retos en cuanto a refrigeración», divulgado este martes en Kigali en un evento conjunto con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, según un comunicado de la entidad.

El enfriamiento también es un problema decisivo para el planeta. La refrigeración ya consume el 17% de la demanda mundial de electricidad, y esta cifra podría triplicarse para 2050. Sin acceso a soluciones sostenibles y asequibles y una planificación para satisfacer las necesidades de refrigeración, se retrasará el logro del ODS7, lo que amenaza el Acuerdo de París y nuestra ambición de un futuro neto cero.

De aquí a 2030, los autores prevén que la población en alto riesgo de sufrir calor extremo aumente «si no se toman acciones para conseguir la electrificación universal y el fin de la pobreza extrema», objetivos que, de lograrse, podrían rebajar la cifra en un 36 % (450 millones de personas). Con poblaciones en «alto riesgo» se refieren a aquellas que no tienen acceso a electricidad, a refrigeración para alimentos o a cadenas de frío para agricultores o que cuentan con ingresos por debajo del umbral de pobreza, una mala ventilación y construcción y vacunas expuestas a altas temperaturas.

Hoy en día, son los más vulnerables los que más sufren por la falta de acceso a una refrigeración sostenible. Esto incluye a los agricultores, que no pueden cultivar y vender cultivos perecederos debido a la falta de acceso a las cadenas de frío que los conectan con mercados más lucrativos. También incluye a las mujeres, que corren un alto riesgo de estrés por calor en sus trabajos y durante el embarazo; jóvenes, cuyas oportunidades y productividad están disminuyendo en ausencia de ambientes de aprendizaje cómodos; y niños que pueden sufrir las consecuencias de vacunas ineficaces. Según una  investigación de The Lancet, en 2019 más de 350.000 personas en todo el mundo perdieron la vida debido al calor extremo.

Ciudades insostenibles

En 2050, se estima que el 68% de la población mundial vivirá en áreas urbanas y que el número de megaciudades -aquellas que superan los 10 millones de habitantes- llegue a 43, formándose muchas de ellas en regiones en desarrollo, de acuerdo con el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

El estudio de Sustainable Energy For All subraya que la vida diaria de millones de personas no puede detenerse cuando se registran olas de calor y recuerda que para aquellos que viven por debajo del umbral de la pobreza «su capacidad para adaptarse y prosperar se ve frenada por la falta de acceso a refrigeración». La ONG advierte que hay nueve países dónde la situación se considera de alto impacto y riesgo, por el número de personas que ahí habitan debajo del umbral de la pobreza: India, China, Indonesia, Pakistán, Bangladesh, Nigeria, Mozambique, Sudán y Brasil.

En zonas urbanas de rápido crecimiento situadas en Asia, África y Sudamérica, la vulnerabilidad de los hogares pobres «se ve agravada por la contaminación del aire, el efecto isla del calor urbano, el acceso limitado a construcciones de buena calidad y una infraestructura con buena refrigeración» , agrega el documento. Sustainable Energy for All plantea posibles medidas para combatir el calor extremo: por ejemplo, las llamadas «soluciones basadas en la naturaleza» , como plantar árboles en áreas urbanas para un mayor acceso a sombras, o las basadas en la tecnología, como aires acondicionados «hipereficientes» o «edificios bien diseñados».



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