9 millones de muertes anuales por la contaminación

9 millones de muertes anuales por la contaminación

Una de cada seis muertes en el mundo se deben a la contaminación de todos los tipos, esto según un estudio publicado por la revista médica ‘The Lancet’. Esto implica que la polución mata a más personas que el coronavirus en dos años de pandemia


La contaminación anual mata a más gente que el coronavirus en dos años de pandemia. Al menos eso es lo que afirma un estudio publicado en la revista de divulgación científica y médica The Lancet Planetary Health. La publicación atribuye a la contaminación de todos los tipos 9 millones de muertes anuales, es decir, uno de cada seis fallecimientos en el mundo. Además los autores afirman que las muertes a causa del aire sucio generado por los automóviles, camiones e industria aumentó un 55% desde 2000. La contaminación, según el estudio, mata aproximadamente a la misma cantidad de personas al año que fumar y el humo de segunda mano combinados.

El estudiose basa en cálculos derivados de la base de datos Global Burden of Disease y el Institute for Health Metrics and Evaluation en Seattle. Entre los hallazgos destaca que más del 90% de las muertes relacionadas con la contaminación ocurren en personas que viven en países de bajos y medianos ingresos. Estados Unidos es el único país completamente industrializado entre las 10 naciones con el  mayor total de muertes por contaminación, ocupando el séptimo lugar con 142.883 muertes atribuidas a la contaminación en 2019. El país norteamericano se sitúa entre Bangladesh y Etiopía, según The Lancet. India y China lideran el listado en fallecimientos por contaminación con casi 2.4 millones y casi 2.2 millones de muertes al año, pero las dos naciones también tienen las poblaciones más grandes del mundo.

Cuando las muertes se calculan por tasa de población, Estados Unidos ocupa el puesto 31 desde abajo con 43,6 muertes por contaminación por cada 100.000 habitantes. Chad y la República Centroafricana ocupan los primeros lugares con tasas de alrededor de 300 muertes por cada 100.000 habitantes, además cabe destacar que en estos casos más de la mitad se deben al agua contaminada. Mientras que Brunei, Qatar e Islandia tienen las tasas más bajas de muertes por contaminación, que oscilan entre 15 y 23. El promedio mundial es 117 muertes por contaminación por cada 100.000 habitantes.

Muertes prevenibles

«9 millones de muertes son muchas muertes», dijo Philip Landrigan, director del Programa de Salud Pública Global y el Observatorio de Contaminación Global en la Universidad de Boston al presentar el estudio. «La mala noticia es que no está disminuyendo», dijo Landrigan. «Estamos logrando avances en las cosas fáciles y estamos viendo las cosas más difíciles, que son la contaminación del aire ambiental (industrial al aire libre) y la contaminación química, que siguen aumentando».

Es importante destacar que las actas de defunciones no atribuyen la causa a la contaminación. Enumeran enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón, otros problemas pulmonares y diabetes que están «estrechamente correlacionados» con la contaminación según numerosos estudios epidemiológicos, explicó Landrigan. Para luego juntarlos con las muertes reales, los investigadores observan la cantidad de muertes por causa, la exposición a la contaminación ponderada por varios factores y luego los complicados cálculos de respuesta a la exposición derivados de grandes estudios epidemiológicos basados ​​en miles de personas durante décadas de estudio. Es de la misma manera que los científicos pueden decir que los cigarrillos causan muertes por cáncer y enfermedades cardíacas.

Cinco expertos externos en salud pública y contaminación del aire, dijeron a The Associated Press que el estudio sigue el pensamiento científico convencional. La doctora Renee Salas, médica de la sala de emergencias y profesora de Harvard que no formó parte del estudio, dijo que «la Asociación Americana del Corazón determinó hace más de una década que la exposición a (pequeñas partículas contaminantes) como las generadas por la quema de combustibles fósiles es causal de enfermedad cardiaca y muerte».

«Si bien las personas se enfocan en disminuir su presión arterial y colesterol, pocos reconocen que eliminar la contaminación del aire es una receta importante para mejorar la salud de su corazón», dijo Salas. Tres cuartas partes de las muertes por contaminación en general provinieron de la contaminación del aire y la parte abrumadora de eso es «una combinación de contaminación de fuentes estacionarias como centrales eléctricas que usan carbón y fuentes móviles como automóviles, camiones y autobuses. Y es simplemente un gran problema global», dijo Landrigan, un médico de salud pública. «Y está empeorando en todo el mundo a medida que los países se desarrollan y las ciudades crecen».

Soluciones

Los autores del estudio proponen ocho recomendaciones para reducir las muertes por contaminación, destacando la necesidad de un mejor monitoreo, mejores informes y sistemas gubernamentales más fuertes que regulen la industria y los automóviles. «Sabemos absolutamente cómo resolver cada uno de esos problemas», dijo uno de los coautores Richard Fuller. «Lo que falta es voluntad política» afirma Fuller.

El estudio afirma que «la mayoría de los países han hecho poco para enfrentar este enorme problema de salud pública». Y agrega que aunque los países de altos ingresos han controlado sus peores formas de contaminación, solo unos pocos países de bajos ingresos y países de medianos ingresos han sido capaces de hacer de la contaminación una prioridad. Para los médicos que publican el informe «el control de la contaminación recibe poca atención en la asistencia oficial para el desarrollo o la filantropía global».

Los autores del artículo son tajantes al decir: «No podemos seguir ignorando la contaminación. Estamos retrocediendo». Dicha afirmación viene acompañada de la reflexión de los especialistas al decir que, aunque la mayor parte de la contaminación permanece cerca de las fuentes de contaminación en los países de origen, un creciente cuerpo de evidencia muestra que los contaminantes transfronterizos pueden viajar largas distancias
en el viento, en el agua, a través de la cadena alimentaria y en productos de consumo.

En el caso de Europa, por ejemplo, una parte sustancial de la exposición a la contaminación del aire tiene su origen en fuentes no europeas. Los científicos reconocen que la actividad industrial en China ha aumentado los contaminantes transportados por el aire en lugares tan cercanos como Japón, Corea del Sur y Taiwán, y tan tan lejos como California, EE UU. Con esta certeza piden a la comunidad internacional mayor cooperación, y ponen como ejemplo el Pacto Verde Europeo que incluye un pequeño componente internacional. «Estas iniciativas son todos pasos importantes, pero mucho más es necesario».



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