El atlas ha sido presentado este lunes de forma oficial en un acto en el que se ha puesto de manifiesto las bondades de esta herramienta que, según detallan sus artífices, traslada el conocimiento de Sexto informe de Evaluación del IPCC al conjunto de la sociedad de una forma sencilla, para ayudar en la toma de decisiones y visibilizar el problema del cambio climático



El Sexto Informe de Evaluación (AR6) del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) confirmó con un altísimo nivel de probabilidad que la actual crisis climática tiene su origen en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producido por la actividad humana.
Entre otras realidades, en él se expone que la temperatura superficial media planetaria ha aumentado prácticamente 1,1 grados Celsius desde el inicio de la era industrial y habría que remontarse dos mil millones de años atrás para ver unos niveles de dióxido de carbono y metano tan altos como los actuales. Y no solo eso, también cambios en los océanos, precipitaciones, hielo marino y, como una autentica novedad, un atlas interactivo con sello español.
La principal novedad del sexto informe del IPCC es su enfoque regional, que analiza cómo está afectando el cambio climático a las distintas regiones del mundo. El atlas materializa ese nuevo enfoque en una herramienta que divide el planeta 46 regiones terrestres y 12 oceánicas.
Seleccionando alguna de ella, se puede obtener información sintetizada los principales resultados del informe sobre la evaluación regional del cambio climático para distintos tipos de fenómenos, como la temperatura, nivel del mar o aumento de las precipitaciones.
Tras casi dos meses de existencia, el atlas ha conseguido reafirmarse, arreglando errores y añadiendo nuevas funcionalidades, para ser presentado este lunes de forma oficial en un acto institucional en la sede central del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
A él han asistido algunas de los responsables del proyecto, como José Manuel Gutiérrez, investigador del Instituto de Física de Cantabria (IFCA) y coordinador del atlas, para quien esta herramienta constituye “un pilar en el que asientan las ideas del informe del IPCC”.
Según ha detallado, se trata una herramienta que analiza, visibiliza y compacta todos los impactos regionales del cambio climático incluidos en el informe para que puedan ser digeridos de forma sencilla o más avanzada por los públicos a los que está destinado, como los gobiernos, administraciones públicas y privadas, y sociedad en su conjunto.


“Desde que se lanzó el atlas infectivo el 9 de agosto hemos trabajado para completar las funcionalidades esperadas de este atlas, sobre todo, ayudados de los informes de errores y propuestas emanados por los usuarios de la herramienta”, ha señalado el experto, que también ha explicado que el proyecto ha contado con la participación de una veintena de investigadores del IFCA y Predictia (los dos autores colaboradores del atlas).
Daniel San Martín, responsable del desarrollo técnico de atlas y miembro de la empresa Predictia, ha comentado por su parte que “están muy contentos con los resultados del atlas” porque después de su primer mes de vida han conseguido que casi 3.500 personas al día visiten los mapas interactivos. “Mejor aun es que un 4,5% de las visitas inviertan más de 10 minutos visualizando el atlas”, ha añadido.
Apoyo a la ciencia
A la presentación del atlas también han asistido de forma presencial, Teresa Ribera, vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Rosa Menéndez, presidenta del CSIC, ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, Luigi Dell’Olio, vicerrector de Investigación y Política Científica de la Universidad de Cantabria, Valerie Masson, codirectora del grupo de trabajo 1 del IPCC, y Anna Pirani, responsable de la oficina técnica.
En su intervención, Teresa Ribera ha puesto de manifiesto el gran compromiso de España con el IPCC a través de investigadores y científicos de primer nivel, a pesar de que no siempre haya sido fácil dar visibilidad “a esas ciencias del clima jóvenes y críticas” y “poner en valor, a la altura que se merecen, el trabajo de nuestros investigadores”.
Tras ello, ha calificado el atlas como “una herramienta potente” porque ayuda a entender aquello que “de lo que hemos oído hablar” a través de imágenes. “El atlas permite entender de mejor forma los impactos del cambio climático y, por lo tanto, es una herramienta que permitirá una mejor toma de decisiones”, ha comentado, para añadir después que “actuar contra el cambio climático con datos científicos de calidad es la mejor receta”.


Del mismo modo, ha querido aprovechar para recordar que con este proyecto se convierte en el cuarto Data Distribution Center del IPCC y ha reiterado el compromiso del Gobierno a este «nuevo nivel de comunicación estable» para lograr mejores desarrollos. De ese modo ha asegurado que el Ejecutivo quiere mantener los recursos de este centro de distribución de datos que permitirá mejorar el conocimiento sobre los impactos del cambio climático.
Por su parte, Diana Morant, ha recordado que nos enfrentamos a una “verdad incómoda” con más medios tecnológicos que nunca, algo posible gracias a los esfuerzos de los científicos que “buscan la verdad y las respuestas que nos ayudaran a reducir las emisiones contaminantes”.
También ha destacado que solo unidos será posible “salir de cualquier atisbo de naufragio sin dejar a nadie a la deriva”, poniendo de relieve los beneficios de la colaboración público-privadas y las alianzas en la ciencia y que, a su vez, han sido un pilar fundamental para dar vida al atlas.
“Enfrentar la crisis climática el gran reto de la humanidad”, ha explicado la ministra, que ha aprovechado para anunciar la convocatoria específica de proyectos de I+D+i que se lanzará en noviembre próximo, dotada con 296 millones de euros. Asimismo, ha anunciado otra convocatoria contra emisiones que contará con más de 142 millones de euros de presupuesto y la participación de España en el programa Copernicus de satélites para la observación de la Tierra, cuya eficacia ha dicho que se está demostrando en la erupción del volcán de La Palma.
