Un nuevo estudio ha incluido el tamaño físico de las olas de calor, es decir, el espacio afectado por las mismas, a las variables normalmente analizadas, como la frecuencia, la duración o la magnitud en grados. Según haya más extensión, habrá más personas afectadas y más demanda de energía para refrigeración, indica el estudio



Nuestro planeta ha atravesado un verano de 2019 con cifras récord de temperatura y numerosas olas de calor por todo el mundo. Los científicos estiman que, a medida que aumente el calentamiento global, también lo hará la frecuencia y la intensidad de las olas de calor.
Sin embargo, hay un aspecto que, a pesar de sus importantes implicaciones, no suele ser tan estudiado, y es valorar la extensión de territorio afectado por las olas de calor.
A mediados de siglo, en un escenario de emisiones de efecto invernadero medio, el tamaño promedio de las olas de calor podría aumentar en un 50%, según una investigación publicada en Environmental Research Letters. Bajo altas concentraciones de gases de efecto invernadero, el aumento podría llegar al 80% y las olas de calor más extremas podrían duplicar su tamaño, es decir, su extensión espacial.
«A medida que aumenta el tamaño de las regiones afectadas, más personas estarán expuestas al estrés por calor», explica Brad Lyon, profesor asociado de investigación en la Universidad de Maine y autor principal de la investigación. «Las olas de calor más grandes también aumentarían la demanda máxima de energía en la red a medida que más personas y empresas enciendan el aire acondicionado en respuesta», señala.
Además del tamaño de la ola de calor y la población expuesta, los autores descubrieron que los atributos relacionados, como la duración, la magnitud y los días de grado de enfriamiento (una medida para el uso de energía) podrían aumentar sustancialmente.
Ante el escenario de calentamiento global, estos datos nos son particularmente sorprendentes, pero sí lo es la forma en que los han calculado que ha permitido incluir el tamaño como una nueva dimensión de las olas de calor.
Investigaciones previas generalmente han calculado estadísticas de olas de calor a nivel local, calculando atributos como la frecuencia para cada ubicación o punto de cuadrícula, y luego agregando los resultados para ver patrones espaciales. En este estudio, los autores siguieron las olas de calor y cuantificaron sus atributos como regiones conectadas que se mueven y cambian de tamaño y fuerza durante su vida útil.
Nueva perspectiva
«Es como mirar lo que hacen los grupos de personas mientras se mueven juntas en un parque, en lugar de contar cuántas personas de todos esos grupos entraron al parque», dijo Lyon.
Los autores explicaron que el estrés agregado de una ola de calor continua en una región es muy diferente de las condiciones dispersas que se suman a un área del mismo tamaño.
El nuevo enfoque servirá para probar la capacidad de estrés de los sistema de energía durante las olas de calor espacialmente extensas
Al observar las olas de calor desde esta perspectiva, los autores pudieron evaluar cómo el tamaño de una ola de calor, además de factores como su intensidad y frecuencia, puede afectar a las comunidades.
Los autores señalan que su nuevo enfoque podría ayudar a las empresas de servicios públicos a probar la capacidad de estrés de su sistema de energía para satisfacer los requisitos de demanda durante las olas de calor espacialmente extensas. Esta información podría informar las decisiones de gestión y la planificación para el futuro.
«El tamaño de la ola de calor es otra dimensión del calor extremo en el que la gente no necesariamente piensa», dijo Lyon. «Es un punto de vista diferente desde el cual verlos y evaluar sus impactos«.
