Las aves anidan antes por causa del cambio climático

Las aves anidan antes por el cambio climático

Las aves anidan antes por el cambio climático

Muchas especies de aves están anidando y poniendo huevos casi un mes antes que hace un siglo por el cambio climático, revela un nuevo estudio publicado en el ‘Journal of Animal Ecology’ y elaborado con los datos disponibles del noroeste de EEUU


Pedro Cáceres
Madrid | 13 abril, 2022


Disponer de datos de seguimiento a largo plazo del medio natural es algo fundamental para que los científicos puedan estudiar tendencias y entender los cambios que la actividad humana está provocando sobre los ecosistemas. Las bases de datos disponibles sobre la avifauna de EEUU, un país pionero en el estudio de las aves desde finales del siglo XIX junto a Gran Bretaña, es lo que ha permitido a los investigadores ofrecer un análisis que muestra hasta qué punto ha cambiado en breve tiempo el comportamiento de la fauna silvestre.

Según un artículo publicado en la revista científica Journal of Animal Ecology, una publicación de referencia que desde 1932 publica la Sociedad Ecológica Británica, muchas especies de aves de EEUU están anidando y poniendo huevos casi un mes antes que hace un siglo, y la causa más plausible es el calentamiento global.

En esta ocasión los investigadores han utilizado una fuente disponible de datos que desde los ojos de hoy en día son incompatibles para la conservación del medio natural o del bienestar animal: las colecciones de huevos recogidas de los nidos en tiempos pasados y que se conservan como material museístico en los departamentos de Ciencia Natural.

Imagen de agencia de huevos de aves depositados en un nido. | FOTO; Raydignity
Imagen de agencia de huevos de aves depositados en un nido. | FOTO; Raydignity

En el siglo XIX, tomar estas muestras era algo que hacían los zoólogos para aumentar su conocimiento sobre las especies, cuando no había una conciencia tan clara como ahora del deterioro de la biodiversidad y tampoco era evidente la disminución de la fauna que sufrimos actualmente. Recoger huevos fue una tarea científica que también se extendió a aficionados, personajes ilustrados de Europa y América, que coleccionaban puestas de nidos, como también buscaban fósiles o realizaban herbarios. Un tipo de ocupación que las clases ibéricas pudientes de la época sustituyeron por el juego de naipe, la caza o las distracciones cortesanas.

«En el siglo XIX, científicos y aficionados coleccionaban puestas de nidos, como también buscaban fósiles o realizaban herbarios»

En España no ha existido ese tipo de afición por el saber científico, una preocupación burguesa, ilustrada y anglosajona, porque nuestro país nadaba en las sombras de la oscuridad científica desde hacía siglos. Sea como sea, en los museos de EEUU y Gran Bretaña existen esas colecciones, diríamos cuestionables desde nuestro punto de vista actual, de huevos de de aves que permiten extraer datos de gran valor. Que es lo que la investigación publicada en Journal of Animal Ecology ha puesto en valor ahora.

Diferencias entre ayer y hoy

Al comparar observaciones recientes con huevos antiguos conservados en colecciones de museos, los científicos pudieron determinar que aproximadamente un tercio de las especies de aves que anidan en Chicago han adelantado la puesta de huevos en un promedio de 25 días. Y hasta donde los investigadores pueden afirmar, el culpable de este cambio es el calentamiento global, explica el Journal of Animal Ecology en un comunicado.

Para ello, los científicos compararon datos de anidación de 72 especies en el medio Oeste americano septentrional usando evidencias que ilustran un periodo de 143 años entre 1872 y 2015.

Huevos de aves conservados en el Field Museum de Chicago. | FOTO: Field Museum of Chicago
Huevos de aves conservados en el Field Museum de Chicago. | FOTO: Field Museum of Chicago

«Muchas especies de aves están anidando y poniendo huevos casi un mes antes, según un exhaustivo trabajo llevado a cabo sobre la avifauna de EEUU»

«Las colecciones de huevos son una herramienta fascinante para que aprendamos sobre la ecología de las aves a lo largo del tiempo«, afirma John Bates, experto en aves en el Field Museum de Chicago y autor principal del estudio. «Me gusta el hecho de que este documento combine datos antiguos y modernos para observar tendencias durante aproximadamente 120 años y ayudar a responder preguntas críticas sobre cómo el cambio climático está afectando a las aves», añade el experto.

John Bates se lanzó a estudiar las colecciones de huevos del museo tras editar un libro sobre ellos. «Después de conocer a fondo nuestra colección, empecé a pensar en lo valiosos que son esos datos y en el hecho de que no se replican en las colecciones modernas», afirma.

La colección de huevos del Field Museum ocupa una pequeña habitación repleta de estantes desde el suelo al techo, cada uno con cientos de huevos, la mayoría de los cuales fueron recolectados hace un siglo. Los cáscara vacía, conservada en forma inerte y calcáera desde hace un siglo largo con sus volúmenes y colores e información químca, se almacena en pequeñas cajas y se acompaña de etiquetas, escritas a mano, que indican la especie, el lugar y la fecha de recolección.

«En España no ha existido ese tipo de afición por el saber científico, burguesa e ilustrada y anglosajona, porque nuestro país nadaba en las sombras de la oscuridad desde hacía siglos»

«Estos primeros recolectores de huevos eran historiadores naturales increíbles, para hacer lo que hicieron. Hay que conocer muy bien las aves para salir y encontrar los nidos y recolectar», afirma Bates. «Estaban muy sintonizados con el momento en que las aves comenzaban a poner huevos y, en mi opinión, eso conduce a fechas muy precisas de cuándo se pusieron los huevos».

La colección de huevos de The Field Museum, como la mayoría de los inventarios mundiales, disminuye después de la década de 1920, cuando la recolección de puestas de aves pasó de moda, tanto para los aficionados como para los científicos. En eso influyó un hecho tecnológico como que el desarrollo de los visores lejanos a raíz nada menos que la I Guerra Mundial.

La evolución de la óptica portátil hizo que muchos seguidores de aves cambiaran el observarlas desde lejos gracias a las nuevas herramientas disponibles en el mercado, y disfrutarlas a distancia, que andar hurgando en los nidos. De repente, fue más cómodo e  interesante mirar las aves que alterar sus puestas.

El pasado se une al futuro

El encuentro entre datos antiguos y observaciones modernas es lo que ilumina esta interesante investigación recién publicada. Bill Strausberger, un investigador asociado en el Field Museum, llevaba años trabajando sobre el parasitismo en ciertas especies de aves el Morton Arboretum en los suburbios de Chicago, estudiando día a día el comportamiento de las mismas.

«Tenía que salir allí cada primavera y encontrar tantos nidos como pudiera y ver si estaban parasitados o no, por lo que se me ocurrió que tenía datos de anidación modernos«, explica Bates, ecologista evolutivo de la Universidad de Illinois en Chicago, que unió así entonces su aportación a la de Bates.

El ornitólogo también contribuyó a los datos recientes con aportaciones sobre la anidación de pájaros cantores recopiladas en el entorno de Chicago a partir de 1989, cuando comenzó a trabajar en el Morton Arboretum. A ello contribuyó también también Chris Whelan, un ecólogo evolutivo especialista en seguimiento de aves en la Universidad de Illinois en Chicago.

Las contribuciones de Whelan y Strausberger al estudio fueron esenciales, dice Bates, porque «encontrar nidos es mucho más difícil de lo que nadie cree«, afirma.

Una familia observa el esqueleto más completo de un Tiranosauriux rex, un antecesor de las aves que también ponía huevos, que se expone en el Field Museum de Chigago.| FOTO: James Kirkikis

La importancia del trabajo de campo

«Encontrar nidos y seguir su destino hasta el éxito o el fracaso requiere mucho tiempo y es un desafío», explica, en ese sentido, Whelan. «Aprendimos a estudiarlos a distancia y entender su comportamiento» Whelan y sus colegas usaron espejos montados en pértigas para mirar dentro de los nidos y poder anotar las fechas en que se pusieron y eclosionaron los huevos.

De esta forma, los investigadores pudieron contar dos grandes bases de datos de anidamiento: unas de entre 1880-1920 y otras de 1990 a 2015. «Hay una brecha en el medio, y ahí es donde entró Mason Fidino», dice Bates. Fidino, ecólogo del Lincoln Park Zoo de Chicago y coautor del estudio, construyó modelos para analizar los datos que les permitieron abordar el vacío de información de mediados del siglo XX, así como las diferencias en el muestreo entre huevos históricos de coleccionistas y la investigación sobre el terreno de Whelan y Strausberger.

Los análisis mostraron una tendencia sorprendente: entre las 72 especies para las que había datos históricos y modernos disponibles en la región de Chicago, alrededor de un tercio anidaba cada vez más temprano. Entre las aves cuyos hábitos de anidación han cambiado en este periodo, se obtuvo que están poniendo sus primeros huevos 25,1 días antes que hace 100 años.

Huevos de ave conservados en el Field Museum de Chicago. | FOTO Field Museum of Chicago
Huevos de ave conservados en el Field Museum de Chicago. | FOTO Field Museum of Chicago

Buscando las causas

Además de ilustrar que las aves están poniendo huevos antes, los investigadores buscaron una razón. Dado que la crisis climática ha afectado dramáticamente tantos aspectos de la biología, los investigadores consideraron el aumento de las temperaturas como una posible explicación para la anidación anterior, explica Europa Press.

Pero los científicos encontraron otro inconveniente: no hay datos de temperatura consistentes para la región que se remonten a ese momento. De ese modo, recurrieron a un indicador indiciario de la temperatura: la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.

«No pudimos encontrar una sola fuente de datos de temperatura a largo plazo para el Medio Oeste americano, lo cual fue sorprendente, pero se puede aproximar la temperatura con los niveles de dióxido de carbono, que están muy bien documentados», explica Bates. Los datos de dióxido de carbono provienen de diversas fuentes, incluida la composición química de los núcleos de hielo de los glaciares.

«Un tercio de las especies de aves que anidan en Chicago han adelantado la puesta de huevos en un promedio de 25 días»

La cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera a lo largo del tiempo se mapea claramente en tendencias de temperatura globales, y los investigadores encontraron que también se correlacionaba con los cambios en las fechas de puesta de huevos. «El cambio climático global no ha sido lineal durante este período de casi 150 años y, por lo tanto, es posible que las especies no hayan adelantado su fecha de puesta del mismo modo. Por lo tanto, incluimos tendencias tanto lineales como no lineales en nuestro modelo», afirma Fidino en el estudio publicado en Journal of Animal Ecology. «Descubrimos que los datos simulados eran muy similares a los datos observados, lo que indicaba que nuestro modelo hizo un trabajo aceptable», afirma el científico.

Según las conclusiones del estudio, los cambios de temperatura son aparentemente pequeños, pero se traducen en alteracioines en la floración de las plantas y la aparición de insectos, cuestiones de fenología o de adaptación de la vida silvestre a la meteorología que pueden afectar a la disponibilidad de alimento para las aves y su éxito reproductivo.

Cada vez menos aves

No nos damos cuenta, pero nuestros cielos están cada vez más vacíos.
Hay casi 3.000 millones de aves menos en los EEUU y Canadá que en 1970, según un estudio de 2019 del Laboratorio de Ornitología de Cornell y organizaciones de conservación de Cornell.

 

 



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